La escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial. En África, dos de cada tres habitantes (300 millones de personas) no tienen acceso a agua potable; mientras que en América Latina y el Caribe, ciento seis (106) millones de personas no cuentan con agua suficiente y saneamiento adecuado. La escasez de agua es un problema real y una cuestión mundial que nos afecta a todos (ONU-FAO/2020).

Según los datos del World Resources Institute (WRI-2019), para el año 2,035 la escasez de agua afectará a 3,500 millones de personas a nivel mundial. Son diversas las causas que producen la escasez de agua en el mundo, entre las ellas, la deforestación, la desertificación, la erosión y la contaminación de los suelos, así como la sequía y el uso irracional de la misma en los procesos agroproductivos, industriales, comerciales y el consumo humano.

La escasez de agua en el mundo es un problema que produce consecuencias graves, tales como enfermedades gastrointestinales, hambre y desaparición de especiales de flora y fauna. La falta de agua es una de las principales causas de la inseguridad alimentaria a nivel mundial. En muchos países en desarrollo, las mujeres y niñas son las más afectadas, ya que son ellas quienes se encargan de ir a buscar agua lejos de sus respectivos hogares. Según las estadísticas globales, en los países desarrollados una persona utiliza en promedio 350 litros de agua al día; mientras que, en la mayoría de los países en vías de desarrollo, una persona utiliza entre dos (2) y cinco (5) litros al día (ONU-FAO-2014).

En tal sentido se sabe que, el acceso al agua es un derecho contemplado en el sexto numeral de los dieciséis (16) Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el cual procura “garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible, así como su saneamiento para todos los ciudadanos para el año 2030”. No obstante, los datos resultantes de las investigaciones realizadas a nivel mundial por epidemiólogos y salubristas refieren que, el 10% de las muertes de niños menores de cinco años está relacionada con el agua contaminada (ONU-ODS-2030).

Los hallazgos de los estudios arriba mencionados refieren que alrededor de 842,000 personas mueren cada año por diarreas como resultado de ingerir agua no potable o por falta de higiene (OPS-OMS-ONU-2018). Según otros estudios realizados por la OMS, mil ochocientos (1,800) millones de personas utilizan fuentes de agua contaminadas por materia fecal. No obstante, se sabe que, sin agua el fenómeno de la vida no hubiera ocurrido. Según los datos científicos disponibles, el 77% del agua dulce se encuentra en forma de hielo y nieve; mientras el subsuelo dispone de un 21,3% del agua dulce en todo el Planeta.

No obstante se sabe que, el 0.69% del agua dulce está en los lagos, ríos, pantanos y otros reservorios a los que tienen acceso los seres humanos y algunos animales. Lo anterior significa que sólo alrededor de un 22% del agua dulce está disponible para su consumo. Los datos que maneja la comunidad científica internacional refieren que, el uso excesivo del agua y la distribución irregular de las precipitaciones a nivel mundial, hace que el agua se convierta en un recurso escaso en todo el Globo Terráqueo (ONU-FAO-2019).

Según varios estudios realizados por la FAO en el período 1989-2012, el mal uso de los recursos renovables provoca que los mismos dejen de ser tales, afectando su recuperación y perdurabilidad. Por su parte, los recursos no-renovables son aquellos que existen en cantidades limitadas, pudiendo llegar a agotarse de continuar su uso irresponsable. Un claro ejemplo de este tipo de recurso es el agua, el cual si se sigue explotando tal y como se viene haciendo irracionalmente, terminará generando serios problemas para la sobrevivencia humana (FAO-2020).

Observando el panorama mundial sobre el recurso agua, los dominicanos deberíamos hacernos las siguientes preguntas: ¿Valoramos nosotros el recurso agua en nuestro contexto isleño?. ¿Recibimos los dominicanos el agua suficiente en calidad y cantidad que necesitamos?. ¿Pagamos los dominicanos el precio justo por cada litro o metro cubico de agua que consumimos?. Quizás usted amable lector tengas algunas interrogantes más sobre el recurso agua, su producción y gestión a nivel nacional.

Responder a las tres interrogantes anteriores nos resulta fácil a los dominicanos, ya que en casi todos los rincones de nuestro país hay demandas permanentes de agua, incluyendo el Municipio de Jarabacoa, cuyas montañas fueron denominadas “Madres de Las Aguas” por el doctor Domingo Marte, ex ministro de Agricultura de nuestro país. Ni hablar de la escasez de agua en los barrios marginados de las principales ciudades de nuestro país, especialmente en el Gran Santo Domingo, San Cristóbal, Santiago, San Francisco de Macorís, la Vega, Monte Cristi y Dajabón (FAO/2019).

Como se sabe, tener acceso al recurso agua en cantidad y calidad, es un Derecho Universal, según la Carta Universal de los Derechos Humanos, de la cual nuestro país es signatario. Sin agua en cantidad y calidad inocua, los seres humanos nos encaminamos hacia el colapso total. Los dominicanos sabemos que la producción agrícola y pecuaria, la expansión urbana y la industrialización, están demandando el agua que nuestros bosques actuales no están en capacidad de producir y nuestras cuencas hidrográficas conservar y suministrar durante los doces meses del año.

En tal sentido, se impone definir políticas publicas para sembrar agua (reforestar), según las características de las cuencas hidrográficas (altas o medias) que conforman nuestras hermosas montañas. Según los estudios realizados por hidrólogos asociados a dos universidades dominicanas, período 2006-2014, los índices de erosión de nuestros suelos son altos y que no se estaban implementando programas y proyectos para detener la erosión de dichos suelos. No obstante, la degradación de las cuencas hidrográficas altas y medias, incrementa los costos de mantenimiento de las presas, los canales de riego y las infraestructuras de abastecimiento de agua para el consumo humano e industrial. (Inf. FAO/2017).

Según el sexto informe del IPCC de la ONU sobre el cambio climático de Julio del 2021, la República Dominicana está expuesta a una serie de riesgos naturales que podrían ser catastróficos, tales como huracanes, tormentas, inundaciones, sequías, terremotos e incendios forestales que, podrían complicar y reducir la producción y el suministro de agua para el consumo humano, agropecuario e industrial. Diseñar e implementar programas y proyectos innovadores para sembrar, producir y conservar agua en coordinación con los productores agropecuarios, forestales e industriales, es una de las iniciativas que han implementado los gobiernos de Honduras, el Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Perú, Panamá, Paraguay y Argentina con extraordinarios resultados.

Desde nuestro punto de vista, la escasez de agua en nuestro país se debe a la falta de estrategias e inversión en infraestructuras y tecnologías para sembrar, conservar y extraer el agua de los ríos, acuíferos y otras fuentes con criterios de sostenibilidad. En tal sentido, los dominicanos estamos acostumbrados a abrir  la llave y recibir agua, sin tener conciencia del costo ambiental, económico y social involucrado en la siembra, producción y manejo de un litro o metro cubico del agua que llega a nuestros hogares, a las fincas y a las agroindustrias diseminadas en todo el territorio nacional.

En tal sentido, la siembra de agua requiere “el involucramiento de las escuelas, los liceos, los colegios, las universidades, los agroempresarios e industriales, las iglesias de todas las denominaciones, los medios de comunicación y los líderes sociales y comunitarios con arraigos en sus respectivas comunidades”, ya que los programas, proyectos e iniciativas que se han implementados hasta ahora en nuestro país para reforestar (sembrar y conservar agua), no han tenido los resultados que esperaban sus gestores.

No obstante, aspiramos a que la Iniciativa “Pacto por el Agua” que anunció el presidente Luis Abinader, en el julio del recién año 2021 en Santiago, involucre a todas las fuerzas sociales, comunitarias y políticas de nuestro país para materializar las aspiraciones que tiene el presidente dominicano Luis Rodolfo Abinader Corona en materia de agua.

“El agua es crítica para el desarrollo sostenible, incluyendo la integridad del medio ambiente y el alivio de la pobreza y el hambre, y es indispensable para la salud y el bienestar humanos” (ONU/2020).