La historia de los semáforos data de mas de 150 años, con la instalación del primer semáforo en 1868, por el ingeniero ferroviario John Peake Knight, primer diseño que no era operado de manera automática, ni movido eléctricamente. En el 1910, Ernest Sirrine logró convertirlo en automático con dos luces (roja y verde) y posteriormente se incluyó la luz amarilla que completaba el circulo de la actuación principal de este artefacto, es decir rojo parada, amarillo advertencia y verde paso libre. Así han ido transformándose los semáforos y hoy día ya se han desarrollado los semáforos inteligentes que suman grandes avances y que permiten un mayor y mejor control de la movilidad vial.
Es importante destacar que para que un semáforo sea considerado inteligente es necesario que tenga capacidad para actuar o tomar decisiones “por si mismo”, de tal manera que puedan realizar un trabajo efectivo, en función de las condiciones del flujo del tráfico en cada momento.
El tema del proyecto que tiene como objetivo la instalación de un sistema integrado para el control del tráfico, que involucra la semaforización en base a semáforos inteligentes, ha estado recientemente en las noticias que indican que el país se propone (“o está llevando a cabo”) este proyecto que debe tener el propósito de mejorar la movilidad vial principalmente en nuestras grandes ciudades, pero en este caso iniciándose en el Gran Santo Domingo. Este señalamiento lo hacemos, porque resulta que se entendía de acuerdo con las declaraciones del ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, que este proyecto al mes de septiembre del año en curso llevaba instalados el 70% de los semáforos que se incluyen en el proyecto y que al finalizar el año se esperaba la instalación del 100%. Este tiempo necesariamente no indica que el sistema podría estar funcionando para finales del presente año, ya que la experiencia e historia de los países que ya los han instalados los han ejecutados en periodos que van de dos a tres años y nosotros no somos precisamente los que vamos a realizarlo en tan solo unos meses.
Resulta que este proyecto, ha sido paralizado aparentemente por irregularidades en los procesos de licitación, cuando ya los actores estaban cruzando el río y de seguro cuando ya se ha realizado un considerable porcentaje de la inversión que requiere su ejecución.
De acuerdo con informaciones aparecidas en la prensa nacional, la primera etapa de la instalación de los semáforos inteligentes involucra una inversión de RD$1,317 millones y contempla la colocación de 2,000 semáforos, 1,200 cámaras y mas de 400 sensores en diferentes intersecciones del Gran Santo Domingo. Si se realiza un cálculo simple del costo de este sistema se determina que el costo unitario por conjunto de un semáforo, una cámara y los sensores requeridos(3600 entre todos) arroja un total de RD$ 365,833.00. Hay que indicar que a estos equipos habría que añadir el costo del centro de control del sistema. Estos proyectos se podría señalar que todavía resultan costosos, ya que es una tecnología relativamente nueva que se espera que vaya reduciendo sus costos en las próximas décadas.
Indudablemente que, este es un proyecto que podría contribuir en gran manera a mejorar la situación del caos en las vías que viven los habitantes del Gran Santo Domingo, pero habría que señalar algunas consideraciones importantes que es necesario tomar en cuenta para obtener los resultados esperados de tan considerable inversión:
Que se lleve a cabo una campaña intensiva de educación vial, de orientación de como operan estos nuevos equipos, del cumplimiento de las señales y las sanciones que se aplicarán. Esta campaña debe involucrar a todos los actores del escenario vial, es decir, conductores de automóviles en todas sus versiones, autobuses, motocicletas, bicicletas, peatones y agentes oficiales. Entendemos que este es el principal escollo que tendrá este proyecto, porque en este país, la actuación de los conductores está viciada de irrespeto a las reglas establecidas y al otro conductor. En este sentido si no se aplican los regímenes de consecuencias, toda la inversión será al final del camino como otras tantas de las que se han realizado en el país cuyos resultados difieren en prácticamente la totalidad de los objetivos proyectados. Quizás esta campaña debió iniciarse desde hace un tiempo por el peso que tiene la educación vial en lo que se espera en cualquier proyecto de esta clase.
Que no sea festinado este proyecto y que se obtengan de estas instalaciones las informaciones necesarias que permitan que los semáforos inteligentes puedan realizar su trabajo en concordancia con lo que está ocurriendo en las vías durante todas las horas del día y la noche.
Que hay que señalar que todo este sistema será controlado desde una estación central, la que debe ser controlada por técnicos especializados en el área con la suficiente autoridad para realizar su trabajo en beneficio de los resultados esperados. Hay que olvidarse como hemos señalado en ocasiones anteriores, de que los agentes de la DIGESET sean los que controlen el tráfico y que en su lugar deberán ser entrenados debidamente para que sirvan de soporte en la aplicación de la ley, penalidades y acciones necesarias.