Son muchas las personas de toda clase que siguen con interés los temas relacionados con el turismo. Esto incluye a periodistas miembros o no de la Asociación Dominicana de Prensa Turística y a la legión de “comunicadores” y “creadores de contenido”; y no es una simple moda.
Esta atención es motivada por el creciente peso de esta actividad en la economía y por el comprensible encanto que emana de ella, que atrae a millones de turistas y visitantes que aumentan cada mes, cada año.
Se entiende. No es una atracción gratuita. El turismo ha incrementado su incidencia en la economía. Aporta el 19% del producto interno bruto de manera directa, indirecta e inducida. En los años 70 y los 80, muchas comunidades solicitaban al gobierno que creara una zona franca en su territorio. Como reportero primero y ejecutivo de medios después, tuve la oportunidad de procesar y publicar esas peticiones. Era una manera relativamente “fácil” de resolver la falta de empleos productivos.
En los últimos 25 años, el enfoque cambio hacia el turismo. Lo dijo la semana pasada Joel Santos, Ministro de la Presidencia: “somos un país turístico”.
Esto lo confirman los hechos. Cito algunos. Los éxitos de Punta Cana (inhóspito lugar convertido en erial por el turismo en 20 años, y sigue creciendo), el cambio aportado por esta actividad, principalmente en comunidades de las provincias Samaná, Puerto Plata, La Romana, San Pedro, Espaillat y otras. Estos resultados han provocado que muchos líderes y legisladores hayan promovido leyes declarando sus demarcaciones como “Provincias Turísticas”, o “Provincias Ecoturísticas”, asignando muy limiados recursos a entidades locales para promover esa condición.
La aspiración se entiende. Es motivada por el éxito inicial de Puerto Plata en el período 1970-2000, el faro deslumbrante que es La Altagracia convertida en una de las primeras 5 provincias; y las informaciones que se divulgan sobre Samaná, de los avances de los proyectos de desarrollo turístico en Pedernales y el de Punta Bergantín (que favorece la recuperación de Puerto Plata). También por la divulgación mensual del éxito turístico del país en los último años, reconocido por ONU Turismo y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Esto constituye un incontenible alud de informaciones positivas que circula y envuelve a toda la sociedad.
El turismo es, sin lugar dudas un sector líder, por su impacto en casi todo el aparato productivo, los recursos que aporta al Estado, la capacidad para crear empleos y porque está conectado con una industria mundial que no para de crecer y esto se refleja en el escenario local, donde a pesar de las “imperfecciones”, crece, crece y no para de crecer.
La semana pasada el presidente de la Cámara de Comercio de España en RD, Francisco Pérez, identificó las razones que atraen la inversión turística española que tiene aquí el 67% de las habitaciones hoteleras: estabilidad económica, social y política; seguridad jurídica (aunque puedo testificar que no es tan “segura”); ubicación geográfica estratégica, incentivos fiscales, infraestructura en desarrollo, sectores económicos en crecimiento y tratados comerciales internacionales. ¿Mantendremos estos atractivos? Las playas y el buen clima abundan, esta colección de atractivos no.