A Héctor Guerrero Heredia y a Ricardo Nieves.
Debemos agradecer al filósofo surcoreano Byung-Chul Han el empleo de toda su inteligencia creativa para ayudarnos a comprender el mundo en que vivimos, cuya primera dificultad es cercarlo con un pensamiento categorial que lo defina. La deriva de la posmodernidad, el ciberespacio, el dataísmo, el marco de las relaciones sociales en que nos desenvolvemos es muy difícil de ser pensado. El capitalismo clásico fue más que pensado diseccionado, reflotada su intrínseca naturaleza, tanto en la ponderación del trabajo humano como valor de la riqueza social (Adam Smith), así como en la insuperable calistenia intelectual de Carlos Marx al enfrascarse a escribir “El capital” para fundar en la mercancía todo el funcionamiento del capitalismo. Esculpir “lo concreto pensado”(Marx ) del capitalismo clásico ha sido una tarea ciclópea en la cual miles de pensadores han dejado sus aportes. Inabarcables los numerosos autores que han trabajado la especificidad del capitalismo en todos los aspectos.
Lo difícil es pensar AHORA esa “transición de la era de las cosas a la era de las no-cosas”. “Porque el orden terreno está siendo sustituido por el orden digital, y este desnaturaliza las cosas del mundo informátizándolas”. Es lo que Byung Chul Han ha ido tejiendo en al menos dieciséis libros, y que, a mi modo de ver, al fin aterriza con sus dos últimos textos: “No-Cosas”(2021), e “Infocracia”, (2022). Pese a que Byung Chul Han descompone todo el andamiaje tecnológico del mundo actual, para poder entender en qué tipo de sociedad vivimos, se empina sobre los grandes pensadores de la historia. Hegel, Heidegger, Hannah Arendt, Kant, etc. Oponiéndolos a las interpretaciones que extrae directamente del papel que cada uno de los artefactos del mundo actual desempeña.
En primer lugar, vivimos en el capitalismo de la información, que es una forma intensificada del capitalismo. El lugar que habitamos en el mundo de hoy es la transición de la era de las cosas a la era de las no-cosas. Según Byung- Chul Han “es la información, no las cosas, la que determina el mundo en que vivimos. Ya no habitamos la tierra y el cielo , sino Google Earth y la nube”. En el capitalismo anterior “las cosas” (todo tipo de mercancía) permitían recuperar la unicidad del ser, es decir una identidad. Pero ahora producimos y consumismo más información que cosas, lo que genera la “infomanía”. “El fetichismo de las cosas se ha acabado”- dice Byung-Chul Han, rememorando aquel célebre capítulo de Carlos Marx “El fetichismo de la mercancía”. “Nos volvemos fetichistas de la información y los datos”. Pero las informaciones no son polos de reposo de la vida, como sí son las cosas que nos rodean, y es imposible detenerse en ellas. La información está cambiando siempre. Es aditiva, no narrativa. “Pueden contarse, pero no narrarse”- dice Chul Han-. Solo que en la existencia real el relato es el significado, construye la historia. El orden digital, por lo tanto no tiene relato, fragmenta la vida, atomiza el ser.
Lo que la utopía digital describe es “una prisión inteligente”, porque “en el mundo controlado por los algoritmos, el ser humano va perdiendo su capacidad de obrar por sí mismo, su autonomía”. En este punto, Byung-Chul Han relieva dos aspectos básicos de su descodificación de la sociedad de hoy. El primero es capital: El cúmulo de información pone en crisis el sistema cognitivo de los seres humanos, lo que plantea un hallazgo de enorme trascendencia. Y el segundo le permite crear el concepto de “infórmatas”. Un infórmata puede ser cualquier artefacto, es decir actores, que van más allá de sus funciones primordiales. Un Smartphone es mucho más que un medio de comunicación, orienta, informa, manipula, sirve para condicionar la voluntad etc. El automóvil habla, “dice” su situación. La computadora te copia y se anticipa a tus deseos, hace una calcomanía de tu voluntad, falsifica la capacidad volitiva, entrampa al sujeto.
Lo importante es saber que “hoy percibimos la realidad principalmente en términos de información”. Y ello nos lleva al descubrimiento de mayor calado dentro del esfuerzo de Byung- Chul Han para hacernos entender el mundo: “Hoy corremos detrás de la información sin alcanzar un saber. Tomamos nota de todo sin obtener un conocimiento. Viajamos a todas partes sin adquirir una experiencia. Nos comunicamos continuamente sin participar en una comunidad. Almacenamos grandes cantidades de datos sin recuerdos que conservar. Acumulamos amigos y seguidores sin encontrarnos con el otro. La información crea así una forma de vida sin permanencia y duración”.
Byung-Chul Han no se opone a la tecnología, ni su pensamiento construye un sistema filosófico. Su papel es ayudarnos a entender una realidad en la que el pensamiento humano deja actuar a las cosas, y pensar por él. Por ejemplo, las reacciones al uso de la inteligencia artificial con la creación del ChatGPT. En el próximo artículo veremos qué parte de eso que él llama “Quiebras del mundo de hoy” representa el ChatGPT.