Parece generalizada la convicción de que nuestro sistema de salud necesita importantes y urgentes reformas. Necesitamos ponernos de acuerdo sobre los cambios y el horizonte hacia el cual remamos. Como una vez dijo Goethe, “no preguntarnos si estamos plenamente de acuerdo, sino si marchamos por el mismo camino y en la misma dirección”.
El recién pasado jueves 10 de agosto, el Ministerio de Salud de Chile y la Comisión Económica para América LATINA (CEPAL. Naciones Unidas), con el respaldo de la OPS y OMS, cooperación española, el Fondo Nacional de Salud (FONASA) de Chile, y Fundación Ford, realizaron un importante seminario internacional sobre “Aprendizajes y Lecciones Internacionales para Avanzar hacia Sistemas de Salud Universales, Integrales y Sostenibles”. En este evento participaron, además de la Dra. María Begoña Yarza, el Dr. Cristóbal Cuadrado, y el Dr. Camilo Cid (Ministra de Salud, Subsecretario de Salud y Director del FONASA, de Chile), el Dr. Mario Chimano (Secretario General interino de la CEPAL), Dra. Carissa Ethiene, Directora de la OPS y varios de sus funcionarios, Dr. Alberto Arenas (Director de Desarrollo Social de CEPAL), Dr. Joseph Kutzin (OMS), Dr. Gregory Marchidon por Canadá, Dr. Pere Ibern de Cataluña, España, y un nutrido grupo de expertos y técnicos nacionales y de organismos internacionales. Más de 500 personas de muy diversos países, atendimos la invitación y participamos en forma remota de este banquete científico técnico.
En la primera parte del evento, se revisó las experiencias de Canadá, Australia, España, Suecia, Corea del Sur, Taiwán, Alemania, Estonia, Brasil, Uruguay y varios otros países, cuyos sistemas de salud son considerados universales, integrales y sostenibles, o están avanzados en procesos dirigidos a este propósito. Se conoció las semejanzas y diferencias y, sobre todo, como han sido, en cada caso, los inicios y los procesos, así como los entornos económicos y políticos en los cuales se iniciaron y desarrollaron los respectivos procesos de reforma exitosos.
En la segunda parte, fueron presentados los lineamientos de las reformas que impulsa el Gobierno de Chile, en el campo de la salud.
Aun cuando la pandemia de la COVID 19 no fue tema central, el desempeño de los sistemas de salud en el contexto de la misma constituyó por su impacto sanitario y social, una oportunidad para apreciar la importancia de contar con sistemas de salud universales, integrales y sostenibles, resilientes ante las crisis.
La evidencia revisada mostró que varios de los países estudiados dieron inicio a las reformas en circunstancias de dificultades económicas y políticas importantes, como parte destacada de las políticas contra cíclicas para superar dichas dificultades. Las crisis fueron oportunidades aprovechadas para avanzar. Otros, minoría, aprovecharon oportunidades de auge económico y circunstancias políticas favorables. En general, hubo consenso y pudo constatarse que, sin sistemas de salud universales, integrados y sostenibles, que reduzcan o eliminen la segmentación de los servicios según la capacidad de pago de las familias, resulta muy difícil avanzar en el desarrollo de democracias estables y economías prósperas. Aquellas reformas que surgieron o fueron acompañadas por demandas organizadas, movimientos sociales y con participación activa de diversos sectores de la sociedad, avanzaron con mayor prontitud y profundidad.
En la mayoría de los países revisados, las reformas comenzaron por modificaciones en los esquemas de financiamiento y posteriormente avanzaron en la reforma estructural de los servicios. Se destaca la amplia coincidencia en la mayoría de las experiencias, de la transición hacia Fondos Unificados de Salud y modelos de pagadores únicos o al menos unificados en forma sistémica. En casi todos ellos, un propósito central fue la eliminación o reducción significativa de los copagos y del gasto de bolsillo.
En todos los países estudiados, los Prestadores de Servicios de Salud son públicos y privados. Pero, aun en aquellos que predominan los privados existen marcos regulatorios y mecanismos de financiamiento que consolidan un sistema único o unificado bajo la rectoría del Estado.
En lo referente a aspectos estructurales de los servicios, se destaca el desarrollo de servicios de primer nivel de cobertura universal, y un claro compromiso con la Atención Primaria, así como con los valores y objetivos de equidad. Como contraste, los sistemas de salud más segmentados y fragmentados obtienen peores resultados en la situación de salud y resultan menos eficientes en el uso de los recursos.
Hubo un fuerte consenso sobre la relevancia de superar dos de las formas de segmentación características de los sistemas de salud que no son universales, integrales y sostenibles. La segmentación del acceso según forma de financiamiento para diferentes clases y sectores sociales, que reproduce desigualdades sociales e incrementa el gasto familiar; y la segmentación o desintegración en la atención continuada necesaria, sobre todo para personas afectadas por patologías crónicas y multimorbilidades. Esta última segmentación de carácter estructural de los servicios tanto públicos como privados, dificulta y a veces impide la adecuada atención continuada de calidad, compromete los resultados agravamiento los problemas de salud y los costos para las familias.
Sobre la sostenibilidad, fue consenso generalizado que adquiere sentido y significado relevante, solo cuando se considera en función de los resultados esperados en salud, equidad y gasto de las familias.
Quedamos a la espera del informe oficial de este evento; mientras compartiré progresivamente nuestras notas.