La recién iniciativa por parte de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), al otorgarle a Florida licencia para importar medicamentos desde Canadá, abre una posibilidad de equilibrio más allá del afán de lucro.

De igual manera, estados como Colorado, Maine, Dakota del Norte, Texas, Vermont, Wisconsin, Nuevo Hampshire y Nuevo México también la han solicitado. Todo, por los altos costos de los medicamentos en Estados Unidos, debido al oligopolio de las corporaciones farmacéuticas locales. El privilegiado sistema farmacéutico estadounidense funciona por medio de un impenetrable monopolio empresarial que se aprovecha de las necesidades de la población.

Los consumidores pacientes vienen pagando sumas altísimas por medicamentos que se encuentran mucho más baratos al comprarlos a mayoristas extranjeros. Por este motivo, la liberalización de las importaciones de medicamentos dará un giro importante al obsoleto sistema de comercio de medicinas en EE.UU.

Según las estadísticas, el 66 por ciento de todos los adultos en los Estados Unidos usa medicamentos recetados, lo que representa un gasto de unos 73 mil millones de dólares, casi el 16 por ciento del gasto total en atención médica.

Como las corporaciones no querrán perder sus privilegios, lo ideal sería que se vote en el Congreso por una profunda reforma del sistema de salud, en general.

Esta reforma deberá contemplar el acceso a coberturas médicas de calidad y mucho más accesibles. Fuentes de La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) “el gasto (personal) en salud en EE.UU. ha crecido más rápido que otros países”.

La decisión de la FDA y los estados respecto a la importación de medicina da un golpe a un sistema farmacéutico que opera como un entramado mafioso legitimado por el gobierno federal.

“Estados Unidos ocupa el ranking de los países desarrollados con el sistema de sanidad más caros del mundo”, según Health Affairs.

La importación de medicamentos desde Canadá ofrece posibilidades para todos. Y estamos a la espera de las posibles repercusiones legales por parte de las empresas farmacéuticas.