A: José Ignacio Galparsoro, coordinador del Máster filosofía en un mundo global conducente al doctorado “La Globalización a Examen: Retos y Respuestas Interdisciplinares” Universidad del País, Vasco.

“La Filosofía constituye una reflexión teórica sobre lo real y su sentido, esencial para la comprensión reflexiva del mundo y de nuestro lugar en él. Puede definirse como la aspiración a la inteligibilidad metódicamente trabajada, centrada en la indagación sobre fundamentos, donde se intenta articular los distintos ámbitos del saber y proporcionar, en cada caso, los elementos para un examen crítico de las instituciones y las prácticas en que se organiza la vida social” (2).

La Filosofía es siempre una discusión crítica, en virtud de la relación teórica indisoluble entre los conceptos de lenguaje, sujeto y discurso con el pensamiento propio y el de los demás.

Esta disciplina, con sus preguntas y respuestas contribuye a la reflexión guiada metódicamente sobre las condiciones, contenidos y límites de las diferentes formas de nuestro pensamiento, conocimiento y acción, al examen crítico de nuestras pretensiones fácticas, al examen teórico de los sistemas políticos, sociales, tecnocientífico , económicos y culturales, la discusión y clarificación de los presupuestos, alcance, límites y consecuencias del creciente proceso de desglobalización y globalización virtual .

Esta explora los fundamentos e impactos de la ciencia y la tecnología al examinar los valores, el lenguaje, la historia, la política y la economía que han surgido del mundo cibernético.

En estos tiempos acelerados en que la velocidad de la información, si no hay reflexión teórica, el sujeto se pierde en las redes sociales y enlaces ciberespaciales, que van desde un “me gusta” hasta compartir diversos escenarios virtuales. En la actualidad, es muy urgente filosofar, pero más urgente es inventar pensamiento a fin de no rumiar lo ya sabido o naufragar o intoxicarse en los océanos del cúmulo de informaciones que arropan al cibermundo.

Como bien dice Epicuro, en Carta a Meneceo:

“Que nadie, mientras sea joven, se muestre remiso en filosofar, ni al llegar a viejo, de filosofar se canse. Porque, para alcanzar la salud del alma, nunca se es ni demasiado viejo ni demasiado joven (…); uno, para que, aun envejeciendo, pueda mantenerse joven en su felicidad gracias a los recuerdos del pasado; el otro, para que pueda ser joven y viejo a la vez mostrando serenidad frente al porvenir”.

Hay que comprender que la filosofía no sólo pretende transformar el mundo, sino también de que  nos comprendamos a nosotros mismos y orientar nuestro presente y futuro. Esta, como sabiduría se coloca en el pensamiento continuo, intempestivo, como creación de vida, de un discurso entre el decir y hacer, orientación de vida, no de muerte.

André Comte-Sponville nos da una visión de la filosofía en su texto “La filosofía. Qué es y cómo se practica”, en el cual el filosofar adquiere un valor fundamental, siempre y cuando se entienda que “es una práctica teórica (discursiva, razonable, conceptual) aunque no científica; solo se somete a la razón y a la experiencia (…), aspira menos a conocer que a pensar (…), menos a aumentar nuestro saber que a reflexionar sobre lo que sabemos o ignoramos” (2012, p. 28).

Pero más aún, también se puede entender, pues, como una ciencia metódica en cuanto búsqueda sistemática del conocimiento; así como una actividad argumentativa que reflexiona sobre los problemas e intenta aportar claridad y orientación para su posible solución. Tal como puntualiza el filósofo del lenguaje Wittgenstein (2008), al decir que la filosofía es una actividad que apunta a la clarificación lógica de los pensamientos y sus delimitaciones, siempre y cuando recorramos nuestro propio camino entre el lenguaje y la vida.

La filosofía está constituida por diversos mundos o discursos que han sido diseñados por los respectivos filósofos. Por eso el pensador que anda los mundos de la filosofía sin construir uno propio se perderá por esas andanzas, divagando sin rumbo, como esas almas errantes que no han podido descansar en paz en ningún lugar y que según la tradición mítica son verdaderos fantasmas atormentados (Merejo, 2005).

Es por eso, que el trabajo de los filósofos versa sobre la construcción de un discurso crítico, creativo e innovador, pero también en torno al ámbito de la docencia, la investigación, la administración pública y el trabajo en casas editoriales.

El filósofo se mueve como pez en el agua: en los centros de enseñanza (profesión docente), casas editoras, medios de comunicación, principalmente escritos, fundaciones culturales, bibliotecas, servicios de publicaciones, centros de educación permanente, gestor de “sociedad-ciencia y tecnología”, ética de la tecnociencia y ciberepistemología y creación de contenidos en el ciberespacio .

Con estos ejes filosóficos planteados, se comprende que la Filosofía, más que una disciplina, es una intensidad, es decir, como un campo magnético que puede atravesar cualquier ámbito y cualquier disciplina. Sin abandonar su investigación propia (Morin, 2010) envuelve todas las relaciones de lenguaje, sujeto, discurso, poder y cultura, del mundo y el cibermundo global.

En fin, la Filosofía se entreteje no solo con orientación tecnocientífica hacia los problemas, sino también, y esto es lo importante, como actividad de autorreflexión y de reflexión en general, algo de lo que carecemos en esta sociedad de consumo, de inmediatez, de coger y tirar y donde todo o casi todo es o se reduce a espectáculo y a la vida light (Rojas, 2012) y loca.

Notas con relación a una línea de investigación :

(I). Este ensayo se encuentra en mi libro “Filosofía para tiempos transidos y cibernéticos” y algunas de estas ideas forman parte de unos trabajos que escribí para acento.com.do (15-07-2016) y que le dediqué a Ursua Lezaun, en su condición de coordinador del Máster Filosofía en un mundo global, por la Universidad del País, Vasco (UPV).

(2). Este epígrafe aparece como parte del cuerpo en el trabajo “Salud filosófica hoy, mañana y siempre “y no separado de las reflexiones que hago sobre el. Esta definición de la filosofía formó parte de la cruzada que libre a favor del Máster junto Ursua Lezaun, en mi condición de coordinador (UASD), hace más una década  y que es una cita que hace Ursua Lezaun, sobre “La “ficha técnica de la propuesta del Título Universitario de Grado en Filosofía”( 21 de enero de 2005) y que está contenida en su artículo (2012): http://blogfilosofia.ucv.es/articulos-filosoficos/el-estudio-de-la-filosofia-hoy/) y al cual hice referencia: Ver Merejo (2016): https://acento.com.do/opinion/filosofia-mundo-global-1-2-8364650.html) donde solo aparece como material no citado, aunque si dedicado a Ursua Lezaun), en una segunda edición del libro introduciremos esta nota en la cibergrafía.