En Twitter encontré un combo de congoja de mendigo en los semáforos con auto bombo de fariseo frente a un altar en este tema de los salarios por horas de profesores por asignatura en universidades privadas. Con emoji de carita con una lágrima, se explica que de requerirse traslado en taxi al centro educativo es probable que el pago efectivo por hora no alcance para las carreras. ¿Cómo?  Si jornada de tres horas requiere tres para preparar clase y corregir actividades hay que poner cien pesos para lo justo, sin propina, de los dos servicios en un Apolo.

Sin tiempo para que se expresen condolencias, el emoji de aplausos que sustituye los brazos abiertos en oración del que en voz alta se dirige a Dios hablando de sus virtudes: se da clase por tener vocación para enseñar sin interés pecuniario, para devolver a la sociedad parte de lo que recibimos y porque no somos como otros colegas egoístas que no tienen responsabilidad social.

En los comentarios, por supuesto, no faltan los que aprueban la catarsis, indican que las universidades privadas “se aprovechan de esa nobleza” y se lucran con la contratación de profesores con competencias a precios de vaca muerta.  Lo triste del mensaje y los comentarios, en realidad, se encuentra en que educadores en esa situación no son capaces de analizarla con principios fundamentales de economía básica. El tema es muy simple, funciona de la forma que explico a continuación y es útil para que dejen la autocomplacencia de fariseos o el desdén a los rectores que les imputan pagar mal. Lo presenté como tarea a mis estudiantes y trece de catorce dieron con la respuesta correcta.

En la imagen se presenta un ejercicio de la cantidad de horas por semana que ocho profesores, con las competencias requeridas para dar una materia, estarían dispuestos a ofrecer en el momento los contactan de la universidad para ver su disponibilidad en una sección de tres horas a la semana.  Los ocho profesores tienen el grado mínimo requerido para ser docente y la experiencia laboral adecuada para hacer la asignatura interesante. Para quien los quiere reclutar son homogéneos, intercambiables, no importa si unos tienen doctorado y en el grupo esté uno que en experiencia supera la edad del más joven.

La universidad requiere cubrir seis secciones de tres horas y los contacta uno a uno al azar. Desconoce la cantidad de horas que cada profesor estaría dispuesto a impartir a diferentes salarios por hora. Esa información es personal, subjetiva, y se va revelando en las conversaciones para llegar a un acuerdo. El profesor D, por ejemplo, les explica que está complicado en este cuatrimestre, que pudiera con una sección de tres horas si el pago es de mil pesos, por menos de ahí, nada.  El profesor C les cuenta que su agenda da para dedicar una hora a docencia, no importa el salario, su asunto es que no tiene más tiempo disponible.  Su caso difiere del profesor F que indica tener disponibilidad de seis horas este cuatrimestre, pero que no le hace sentido si el salario es menor de 500 pesos.  En los demás profesores vemos que llegan aumentos por hora en el salario en el que estarían dispuestos a dedicar más horas a la docencia.

Es de cajón, como me entere en España dicen a lo que es obvio, que los profesores por asignatura construyen sus ofertas individuales de horas sin referencia a la retribución por hora de su actividad principal. El costo de oportunidad de la decisión está mas cerca del sacrificio de ocio y, por supuesto, en una comparación en que se valoran más los intangibles que la transferencia monetaria.  Ese es el contexto en que se da la contratación, ambas partes los saben y el tuit de la congoja porque no da para los taxis es un leerse la carta entre gitanos.

La solución del ejercicio es simple: la universidad necesita seis secciones de tres horas, 18 horas, que deberá encontrar entre estos ocho profesores con competencias similares y diferentes preferencias u ofertas de horas por salario.  A 500 pesos la hora podría contratar 18 horas, pero solo puede llenar cuatro secciones de tres horas con los profesores E, G y F (éste último dando dos secciones).  Subiendo 100 pesos a todos, porque no puede discriminar, el profesor B pasa de dos a tres horas y completa la quinta. Cuando sube 100 más, y el precio por hora es 700, tiene más horas en total que las que necesitaba, pero justo la cantidad de profesores para cubrir secciones de tres horas.

Así es que los directores de facultad contratan profesores por asignatura y así es que el creador del tuit pagará a sus colegas en caso llegue a tener esa responsabilidad. ¿O ustedes creen que si las preferencias y la necesidad de secciones se mantiene igual para el próximo cuatrimestre logrará que las autoridades le aprueben contratar a 3,000 pesos? Las universidades privadas no son barril sin fondo para pagar a una logia de profesores donde los puestos son hereditarios y se cobra sin dar docencia cuando llaman a huelgas por una “remuneración profesoral digna”.  Los que tienen el privilegio de vivir en ese paraíso universitario socialista es probable se burlen del “infierno neoliberal en que están sumidos los colegas de centros con fines de lucro”.  Con esos no hay nada que hacer hasta que el subsidio educativo vaya directo a los estudiantes y se termine su burbuja, pero para los demás tal vez este ejercicio ayude a los que en las redes se desenreden.