El tema salarial, es en sí, uno de los temas más significativos para la vida de millones de personas en República Dominicana, pues casi RD$45 de cada RD$100 que reciben los hogares son generados por el trabajo asalariado. De acuerdo a las encuestas de opinión y de cultura política, los ciudadanos identifican sistemáticamente los bajos salarios como uno de los principales problemas del país.

 

Cada dos años, a propósito de las negociaciones sobre el salario mínimo en el Comité Nacional de Salarios (CNS), el tema de los bajos salarios en República Dominicana se convierte en trending topics en la opinión pública -debates y opiniones nacionales a través de medios de comunicación escritos y digitales, redes sociales- y en las tertulias y conversaciones cotidianas de muchos ciudadanos.

 

En los ámbitos gubernamental y académico, el debate sobre el salario menor o piso salarial gira en torno a los factores y criterios que debe ponderar el CNS en los montos de reajustes de los salarios mínimos, tales como la inflación o el costo de la vida, los costos salariales, la productividad, entre otros.

 

Al respecto, el Código de Trabajo establece en su artículo 458 que el Comité Nacional de Salarios deberá tomar en cuenta para la fijación de las tarifas de salario mínimo, entre otros criterios o informaciones “el precio corriente o actual de los artículos producidos” y “los cambios en el costo de la vida del trabajador, así como sus necesidades normales en el orden material moral y cultural”.

 

El Ministerio de Trabajo establece que “El salario mínimo debe ser ajustado en la medida que varía el costo de la vida, es por ello que, en cada revisión salarial de cualquier actividad económica del país, se toma como punto de partida el informe del valor de la canasta familiar del Banco Central de la República Dominicana” (http://www.ministeriodetrabajo.gob.do/index.php/servicios/asistencia-judicial-mt/comite-nacional-de-salario).

 

Empero, el CNS históricamente sólo ha tomado en cuenta la tasa de inflación o el efecto de los precios en el costo de la canasta básica familiar en los reajustes salariales, no así el valor de dicha canasta ni el crecimiento de la productividad de los trabajadores.

 

Dado el rezago de casi una década en los salarios mínimos, su cercanía con la línea de pobreza y el alto porcentaje de trabajadores pobres, el criterio predominante para la fijación y revisión de las tarifas de salarios mínimos debe ser el crecimiento de la productividad y el costo de las canastas básicas de pobreza y de las canastas de los hogares vulnerables o en riesgo de caer en la pobreza, ajustadas anualmente por inflación.

 

Un indicador de piso salarial justo que se alinee con las políticas sociales de combate a la pobreza será uno que esté por encima del ingreso de umbral mínimo de pobreza. Dado que el actual nivel de pobreza, de acuerdo a MEPyD, es de un poco menor de 20%, el costo de la Canasta Familiar del quintil 1 -no el costo de la Canasta Familiar Nacional, pues ésta no es representativa del consumo de los estratos de ingresos más bajos- puede ser un referente para la fijación del mínimo salario.

 

De acuerdo al Banco Central, el valor de esta canasta del quintil al mes de febrero de este año 2023 es de RD$25,928, muy por encima de los tres nuevos salarios mínimos no sectorizados. En otros términos, el salario mínimo ajustado correspondiente a las micro (RD$13,685) y pequeñas empresas (RD$14,835) apenas permiten cubrir el 52.8% y el 57.2% respectivamente del costo de las canastas del 20% de los trabajadores de los hogares de ingresos más bajos (quintil 1).

 

En el caso de los trabajadores que laboran en las empresas grandes y medianas, un trabajador de salario mínimo (RD$24,150 o RD$22,137) que resida sólo (en un hogar unipersonal) tampoco alcanza a cubrir el costo de dicha canasta. Sólo puede adquirir el 85% y el 93.1% de la canasta familiar del quintil 1.

 

Otro parámetro de referencia para los reajustes de los salarios mínimos es el que denomina Salario Mínimo de Subsistencia (SMS), es decir, el ingreso mínimo que requiere un trabajador en el ámbito de un hogar –unidad de consumo e ingreso donde se programa y realiza el gasto familiar- demográfica y laboralmente “típico” para cubrir el costo de la canasta básica de pobreza o para superar la línea de pobreza oficia, cumpliría ese rol.

 

Este SMS se calcula estimando el ingreso total del hogar mediante la línea de pobreza individual y el promedio de personas por hogar, y dividiendo este total de ingresos por el promedio trabajadores por hogar. Teniendo en cuenta que la línea oficial de pobreza nacional más reciente calculada por el Comité Técnico Interinstitucional para la Medición de la Pobreza (último trimestre del año 2022) es RD$6,456, el tamaño promedio de los hogares 3.026 y el promedio de personas ocupados (trabajadores) por hogar 1.29 -de acuerdo con la ENCFT del Banco Central-, el valor del SMS para 2022 es de RD$15,109.

 

Por consiguiente, las nuevas tarifas para los trabajadores de pequeñas y micro empresas no alcanzan para costear la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y no Alimentaria (CBNA) de pobreza.

 

El déficit que en promedio tendrá en su ingreso un trabajador asalariado de una microempresa será de RD$1,395 al mes, equivalente al 10.2% de su salario, y el de un trabajador de una pequeña empresa déficit será de RD$245, apenas el 1.7% del salario.

 

Con la decisión adoptada la pasada semana por el Comité Nacional de Salarios, con la inédita presencia del presidente de la República, de reajustar en 19% las tarifas actualmente vigentes de salario mínimo no sectorizado -14% en este año 2023 y el 5% restante en el próximo año 2024-, este organismo vuelve a desestimar el costo de las canastas básicas, especialmente de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y no Alimentaria (CBNA), como criterio para el reajuste del salario mínimo no sectorizado.

 

Si bien los montos de aumento recientes, al igual que los tres últimos anteriores realizados en los años 2017, 2019 y 2021, supera la tasa de inflación acumulada desde la última revisión (12.7%), las nuevas tarifas de salarios mínimos no sectorizados para trabajadores de las pequeñas y micro empresas siguen siendo de pobreza, pues no logran superar el salario mínimo de subsistencia (SMS).

 

Estas cifras sugieren ser cauteloso al ponderar el relativo avance logrado con el recién aumento del 19% en los salarios mínimos no sectorizados. A diferencia de la reacción de la representación sindical ante el CNS, entendemos que no hay razón para triunfalismo. No ha sido una negociación exitosa, toda vez que la resolución del CNS contribuye a perpetuar la pobreza entre los trabajadores que perciben los salarios mínimos más bajos en RD.

 

Desde la perspectiva de la economía política, como veremos en una próxima entrega, de nuevo son muy variadas las reacciones de los principales actores de las decisiones sobre salario en RD en torno a los nuevos reajustes salariales. La cúpula empresarial, representada en COPARDOM y los empresarios de la pequeña y los micro empresas, reiteran sus argumentos no sostenibles estadísticamente para oponerse a salarios mínimos dignos, que se correspondan con el elevado crecimiento del PIB y de la productividad laboral que ha logrado la economía y los trabajadores dominicanos de manera sostenida en las últimas tres décadas.