Desde Grense Jacobselv y Murmansk (línea divisoria entre Noruega y Rusia, al norte), hasta Georgia, y los límites marinos con Turquía, al sur, hay un largo recorrido de más de 6,740 kms de fronteras que Rusia comparte con nueve países de Europa del Este. Eso aparte de 863.3 kms de frontera marítima común en los mares Glaciar Ártico, Báltico y Negro.

En sentido general, Rusia comparte fronteras con 16 países (9 de Europa y 5 de Asia), sin incluir las fronteras marítimas con Estados Unidos y Japón, así como con los pequeños estados parcialmente reconocidos de Osetia del Sur y Abjasia, en zonas de Georgia.

Demasiada confusión hay respecto al desarrollo de los acontecimientos en lo que tiene que ver con la guerra de Rusia en Ucrania. Como van las cosas, expertos y medios internacionales no descartan que ese conflicto degenere en una conflagración de proporciones apocalípticas.

Mientras tanto, el país atacado va quedando en ruinas, con miles de víctimas inocentes, a causa de los sistemáticos bombardeos.

El expansionismo de hoy día cae en otra dimensión, difiere de lo que se pregonaba 30 años atrás: las luchas por ideologías. Y si de expansión se trata, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) ha sido más que avasallante en las últimas tres décadas en la que concierne a Europa del Este.

Debido al expansionismo de la OTAN, Rusia constituye un vecino a tomar muy en cuenta por Finlandia, Suecia, Noruega, Georgia, Moldavia, y hasta Turquía.Y ni hablar de Ucrania.

El presidente ruso Vladimir Putin todo indica que llegará hasta lo imposible para impedir que Ucrania, una ex república soviética y segunda en tamaño en Europa, pase a formar parte de la OTAN, como ha sido el caso de otros países que formaron parte del Pacto de Varsovia.

A principios de los años ´90, durante el contexto de la reunificación alemana, y para asegurar la aprobación soviética de una Alemania unida, se había acordado por parte del entonces secretario de Estado de EEUU, James Baker, y el presidente de la Unión Soviética, Mijhail Gorbachov, que la OTAN no se ampliaría a más países de Europa del Este.

A propósito de eso, George F. Kenan, diplomático, político e historiador norteamericano, afirmó en 1997 que expandir la OTAN “sería el error más fatídico de la política estadounidense en toda la era posterior a la Guerra Fría”, y agregaba que “se puede esperar que tal decisión inflame las tendencias nacionalistas, antioccidentales y militaristas en la opinión rusa”.

Rusia es una inmensidad de territorios, 17.1 millones de kms cuadrados, segundo más importante exportador mundial de petróleo, con una economía que tiene su ambivalencia, y un armamento militar a costa de enormes sacrificios en su presupuesto. Pero, todo indica que la gran nación euroasiática está inmersa en estos tiempos en asuntos muy distintos a los que dominaban cuando la otrora todopoderosa Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que conformaban 15 países de Europa y Asia.

Hasta 1989, los dominios del poder político y militar soviético en Europa del Este se extendían por un radio de 12 países, que de conjunto aglutinaban un área de 1,803,836 kms2, con una población que superaba los 154 millones de habitantes, incluida Ucrania.

Desde los mismos orígenes de la OTAN, en 1949, cuando 12 países la conformaron, Rusia ha compartido fronteras con naciones del bloque militar. Noruega estuvo en ese grupo, y sigue firme como miembro activo. Este año a Alianza realizó allí ejercicios militares con 30 mil efectivos de distintos países.

Pero también Turquía (desde 1952), y Finlandia, con una larga frontera con Rusia, aunque no es miembro titular, sí es un importante aliado. O sea, el militarismo de occidente está presente a escasos metros de Rusia.

Balanza con desbalance

Los años ’90 fueron decisivos para la expansión de la OTAN hasta prácticamente copar los países otrora satélites de la URSS en Europa del Este. Y en cuanto a aquellos que formaron parte de esta, casos de Estonia, Letonia, Lituania, Georgia y Moldavia, no pasó lo mismo con Ucrania, que Moscú desató los demonios ante sus aspiraciones a formar parte de la Alianza Atlántica.

Moscú trata de impedir, usando su poder político, pero mucho más el económico, la aproximación a Europa de países que formaron parte de la Unión Soviética, casos de Ucrania, Georgia y Moldavia. También, dificulta una mayor relación de la Unión Europea con los países del Cáucaso y Asia Central, con el fin de preservar su monopolio en el transporte de los recursos energéticos de esas regiones hacia Europa.

Con relación a Turquía, Moscú ha tenido que jugar a cartas sobre la mesa a nivel diplomático. Los turcos tienen soberanía sobre el estratégico Paso de Los Dardanelos, de 61 kms de largo y en lugares que registra un reducido ancho de solo 1.6 km, y que comunica los mares Mediterráneo y Negro, de estratégico interés para sus aspiraciones de controlar Ucrania, la península de Crimea y la región del Donbask.

Moldavia, ex república soviética, tiene una disputa interna con la región llamada Transnitria, con un área de 4,163 km2 que busca su emancipación y que es apoyada por Rusia.

Nunca será lo mismo una frontera en los confines de la zona ártica (196 kms con Noruega) que frente a las fértiles tierras de Ucrania, cordón umbilical entre Europa y Rusia, que comparten una frontera de 1,576 kms. Y por demás, hay que tomar en cuenta los estrechos lazos históricos entre las culturas rusa y ucraniana.

Creado por un grupo de escandinavos que se hacían llamar Rus, Kiev, la capital de Ucrania, era en el siglo IX el centro del primer estado eslavo medieval que los historiadores llaman Kyivan Rus, y que se asegura fue el origen tanto de Ucrania como de Rusia.

 

Pronunciado alejamiento

 

Es una realidad que Rusia ha perdido hegemonía en Europa del Este. En tiempos de la URSS, prácticamente toda Europa del Este, salvo muy pocas excepciones, estaba bajo la influencia de la política dictada por Moscú. Exceptuando a Bielorrusia y Ucrania todos los países del Pacto de Varsovia pasaron a formar parte de la OTAN.

 

Esos países eran Ucrania con 603,700 kms2 y 43 millones de habitantes; Lituania 65,300 km2 y 2,8 millones habitantes; Letonia 64,589 km2 y 1,9 millones habitantes; Estonia 45,338 km2 y 1.33 millones habitantes; Moldavia 33,846 kms2 y 2.61 millones de habitantes.

Y ha seguido la expansión. En 2017, la OTAN reconoció oficialmente a tres miembros aspirantes: Bosnia Herzegovina, Georgia y Macedonia. El tema de Osetia del Sur precipitó la entrada de Georgia a la OTAN.

Albania y Croacia se unieron a la Alianza Atlántica el 1 de abril de 2009.

 

Ha sido tan avasallante el avance de la OTAN en esas naciones que incluso países que pertenecían a la antigua URSS hoy día son miembros de la Alianza Atlántica, casos de Letonia, Estonia, Lituania, Georgia y Moldavia.

Ucrania, que también formó parte de las repúblicas soviéticas, es hoy día el punto neurálgico que Moscú defiende a capa y espada para que no acceda a la Alianza Atlántica.

Asimismo, países de Europa del Este que pertenecían al Pacto de Varsovia, la contraparte de la OTAN, y que tenían gobiernos afines a los dictados de Moscú, hoy día forman parte de la Alianza Atlántica.

Eran los casos de Checoslovaquia, ahora dividida en República Checa (78,867 km2 con 10.6 millones habitantes) y Eslovaquia 49,035 con 5.4 millones habitantes); Alemania Oriental (con 108,179 kms2 y 16.1 millones habitantes, unida hace 30 años a Alemania Federal), Hungría (93,208 km2 con 9,8 millones habitantes); Rumanía (238,391 km2 con 19,3 millones habitantes); Bulgaria (110,879 km2 con 6.9 millones habitantes), y Moldavia 33,851 km2 con 2.6 millones habitantes.

Tres décadas después del derrumbe de la URSS, que integraban 15 países con 22,402,200 kms2 y una población superior a los 293 millones en 1989, Rusia, sigue siendo la nación más extensa del planeta, con 17,098,242 kms2.

Ucrania y Bielorrusia, únicos países fronterizos con Rusia que no han ingresado a la OTAN, de conjunto comparten con la nación euro-asiática un total de 3,633.4 kilómetros de frontera: 2,295 kms con Ucrania y 1,239 con Bielorrusia. También, Rusia y Ucrania comparten 321 kms de frontera marítima en el mar Negro.