Bueno, el primer inconveniente que tuvimos para escribir este artículo fue su título. Por favor, al leerlo atrévase a ponerle el que mejor crea se ajusta a su propio criterio. El hecho es que me surgió al darle un vistazo y examinar dónde ha ido a parar las proles de los apellidos sonoros de los pueblos. Y no solo ese segmento. También nos preguntamos qué sitial de la historia han ocupados los hijos de los grandes héroes y líderes del mundo.

Empezando por los hijos de los grandes líderes del mundo. Solo se veían los herederos de los tronos de los sistemas monárquicos descollar como figuras. –De estos especímenes, está lleno el parnaso de la historia-. O sea, por herencia del poder. Entre los grandes empresarios, si se ven hijos descollantes, es porque heredaron grandes fortunas y recibieron unos negocios establecidos, incluso en lo que los especialistas en mercadeo, identifican como periodos de las vacas gordas. O sea, posicionado en los mercados y que prácticamente solo tienen que tener sus puertas abiertas y ligeros controles. Por otro lado, por ejemplo, la historia de la herencia de liderazgos en materia política o religiosa ha sido mucho más escasa que los hijos se inclinen por los afanes de sus padres. Esta desconexión respecto a seguir los ejemplos de sus progenitores, podríamos decir, que prácticamente es nula. Y en las carreras tradicionales, de derecho, medicina, odontología, y así sucesivamente, es donde mayor cuota de hijos se ven seguir el camino de sus padres.-posible inferencias-

En casos concretos, los hijos de papi y mami y de líderes, según se ha apreciado en los espacios de liderazgo mundial,- aunque muchos hijos han superados el liderazgo de sus padres, pero ha sido la excepción-, la mayoría en el mundo o se han quedado mediocres, de baja iniciativa, vida contemplativa y baja utilidad social  o política. La constelación es amplia o inmensa en el mundo clásico y en la actualidad, por citar varios de clase mundial, se cuentan; Mahatma Gandhi-su hija descolló, pero murió una mártir-, Margaret Thatcher, Hugo Chávez, Mandela, Luther King, el propio, Barack, etc, etc. En este sentido, nos permitimos referir el caso de Carlos Marx, por poner algún ejemplo concreto. Sus hijas fueron de mucho apoyo para que este publicara sus grandes obras, pero, sin embargo, la historia recoge que tuvieron un trágico existir marcados por enfermedades, tragedias y desengaños amorosos -admitiendo que tuvieron un aporte capital en la intelectualidad de su padre, principalmente en las publicaciones y redacción de textos de sus obras clásicas, pero, fueron eclipsadas por él-, no descollaron, incluso con el potencial que mostraron.

En Estados Unidos, la historia recoge pocos casos. Los más sonoros serian; los Bush, (Uno presidente 41 y otro el 43 de USA). Y digo, no es que no haya habido grandes hijos que han superado las proezas de sus padres. Pero el punto focal de mi planteamiento es que los  hijos y familiares pocos han continuado el camino de sus padres. Repito, al menos que no sean por herencia de poder, pocos vástagos han emulado a sus padres. Por lo menos en la dimensión de sus progenitores.

En la República Dominicana, pudiéramos decir que el descollar de los hijos de los grandes líderes, la tasa es casi cero, aunque han hecho pininos se han quedados rezagados. Desde Santana a Peña Gómez. Y no mencionamos nombres de hijos, porque su historia está en sus improntas. Por ejemplo, los apellidos Bosch, se quedaron atrás, honrosas excepciones aplican, pero lideres promedios. Los de Balaguer -aunque en el anonimato- se quedaron muy cortos. Ni hablar de los demás hijos de papi y mami de la política. Ahí se quedaron, en la pequeñez política la gran mayoría.

Ahora bien, me permito tomar como tubo de ensayo, -ya en el plano social, comercial y económico, y al efecto, echo una mirada al comportamiento y la suerte de los hijos de papi y mami de una gran mayoría de los pueblos pequeños, – y aclaro, lo dicho a partir de aquí no se refiere a la pasividad expuesta en los casos de muchos hijos de líderes, aunque les pueda pegar, solo aplica- o por lo menos esa es nuestra intención-, para este segmento en especial-.

En este sentido, acotamos que, en estos lares, -en los tiempos del desarrollo social, se cuentan apellidos muy sonoros y millonarios, y los hijos de estos personajes, que han descollados, o han sido muy pocos, o si los han hecho, ha sido en los planos mayormente promedios, y los que no, se quedaron como parias sociales o merodeadores y ambulantes sin tan siquiera, haber fijado asientos fijos donde vivir. Y lo peor, sin ninguna responsabilidad ciudadana. –como se define paria, seres humanos marginales, explotados, invisibilizados como integrantes decisivos de la sociedad (…https//www.uv.mix-reseñas-) ¿Y dónde están esas proles de esos grandes apellidos y gente de prestigios y éxitos profesionales y comerciales-Si, esos hijos de los Don fulanos- que no los veos en la gloria del éxito o sentados en las cumbres de las realizaciones?

Dicho y visto el cuestionamiento anterior, debo plantear que según se aprecia ha habido una baja existencia de hijos de las altas estirpes sociales en posiciones cimeras o siendo grandes figuras. Por lo tanto, todo parece indicar, que es un patrón de conducta, y, por lo tanto, el asunto ha adquirido la categoría de fenómeno social, por cuya razón me permito apuntar hacia los posibles causales, apuntando en primer término la presunción o hipótesis de que al haber tenido todo bajo sus pies. Todas las comodidades y protecciones, no se les desarrolló el paradigma de la expectativa, pero tampoco el interés de descollar ya que nacieron como las auyamas. Y pero, en su gran mayoría asumió un estilo de vida de vicios y placeres, que cuando vendrían a reaccionar ya era demasiado tarde. Por poner un ejemplo concreto, en mi sitio se habla de un caso de hijo de unos de los mayores millonarios, que murió con serones de dinero, pero no se casó nunca, porque planteaba que no tenía con que mantener una mujer. -ese es un ejemplo bobo e inocente, pero, una buena señal de un hijo de rico no prender vuelo social- Pero además, según los bártulos de los corrillos societarios, se zambulleron, muchos de ellos, en un submundo, lo cual sin pretender ser psicólogo, pero si, asumiendo la definición de estado ambivalencia que es que una persona es presa de sentimientos, actitudes, intenciones, deseos o emociones opuestas (…), o sea un trastorno socio sicológico, o lo propio, confusión, que tiene que ver con estado mental caracterizado por desorientación (…) desconcierto, perplejidad, ausencia de pensamiento ordenados e incapacidad para elegir o actuar con decisión, o de otra forma, epicúreos, que se contrae a la definición de que solo busca placer.

En fin, lo que perseguimos es resaltar que si los hijos, incluso de los grandes clásicos, y en tasa diminuta como la expuesta en la fijación de conducta de un determinado conglomerado, la sociedad, el Estado, los padres, deberíamos vernos en ese espejo, y preguntarnos, ¿Por qué mi hijo no quiere ni en pintura ser como yo cuando se trata de líderes o de grandes emprendedores? ¿Sería que les cogen fobias a las cosas que les arrebataron sus ídolos secretos o que los propios patrones de comportamientos jamás convencieron a sus hijos, o que al final imperó un descuido de formación? Sería bueno conjeturar que a los hijos, aunque sea por Jesucristo, que ellos sean abandonados, la reacción sería la que exponemos en el presente esbozo. Reacción adversa.