Dice un refrán que, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Un estudio liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) sobre la identidad personal y su modulación con el paso del tiempo ha demostrado que nuestra esencia como persona se mantiene "mayoritariamente estable" con el paso de los años.

Así, la 'continuidad del yo', o capacidad de autoconciencia y de reconocernos a nosotros mismos se mantiene estable.

Incluso, componentes como los rasgos de la personalidad suelen variar ligeramente con el paso de los años, pero "se preserva el sentido de ser uno mismo”

En otras palabras, las personas no cambian aun encubriendo su verdadera o nociva naturaleza con un nuevo disfraz.

Y eso los dominicanos deben tomarlo muy en cuenta cuando decidan por quién votar en las próximas elecciones.

En ese contexto, Luis Abinader seguirá siendo el mismo de siempre cuando sea nuevamente elegido presidente. Si alguien espera que cambie su política de total transparencia en el quehacer público, eso jamás sucederá.

Que nadie sueñe que volveremos a los años donde la impunidad era la regla convertida en ley.

La independencia del Ministerio Público, más que debilitarse, se fortalecerá y solo Abinader puede garantizar eso. Cualquier líder de la oposición, de llegar al poder, eliminaría esa independencia de un plumazo para volver a los tiempos tenebrosos del pasado.

Los dos partidos opositores más grandes usarían la justicia para perseguirse mutuamente ya que se odian, tienen viejas rencillas y la venganza estaría a la orden del día.

La economía seguirá manejada con prudencia, con una inversión externa que continuará su crecimiento por la confianza en el gobierno y la seguridad jurídica que ofrece el país.

Con Luis Abinader, la estabilidad macroeconómica con transparencia institucional está garantizada ahora y en el futuro aun en un contexto internacional desfavorable y lleno de incertidumbre. Lo ha demostrado en sus primeros 3 años con pandemia y guerra y eso es reconocido por el FMI, BM, BID, CEPAL, la UE y las veinte mil vírgenes.

Y su patriótica posición respecto al tema haitiano ningún otro presidente la mantendría.

Sobre la seguridad ciudadana, de la que tanto se habla, estamos entre los 6 países de la toda la región con menos homicidios por cada 100 mil habitantes. Los turistas vienen en manada porque lo saben, se siente protegidos y no le temen a la delincuencia como en México, Jamaica, Colombia o Puerto Rico. Hasta en Estados Unidos resulta peligroso estar en lugares públicos como en conciertos, centros nocturnos, playas, restaurantes, centros comerciales o en las mismas escuelas, donde desquiciados mentales ametrallan a mansalva sacrificando vidas inocentes.

Llegamos a ocupar uno de los primeros lugares entre los pises más corruptos del mundo, pero eso ha cambiado radicalmente. Y continuará cambiando hasta convertirnos en uno de los más transparentes del mundo, mejorando sustancialmente la competitividad y el Índice de Desarrollo Humano.

Las conquistas logradas en plano institucional no se miden con números, pero se sienten en todos los ámbitos. El cambio va y el cambio ha llegado y jamás retrocederá mientras la sociedad civil este vigilante y sea garante de ese nuevo paradigma.

Ningún presidente ha mostrado la sensibilidad de Abinader por ayudar a los sectores pobres. Más del 55% del gasto público hoy se dedica a las ayudas sociales, desde la educación, la salud, la seguridad social, la alimentación, los combustibles, el gas licuado, el transporte, las ayudas monetarias directa, la vivienda, saneamiento de barrios, hasta la construcción de obras de infraestructuras en el ámbito rural y municipal.

Las cifras sobre la pobreza demuestran que ese gasto ha valido la pena.

Finalmente: ¿Por qué alcanza el dinero ahora más que antes? Por el ahorro de más de 70 mil millones anuales debido a la disminución de la corrupción y el despilfarro del dinero público. Así de simple.