El retorno de Trump a la Presidencia de EE. UU. podría traer tanto oportunidades como desafíos para la economía dominicana, dependiendo de las políticas específicas que implemente. Aunque la relación comercial y de inversión podría beneficiarse si el país logra posicionarse bien, la política migratoria, las tensiones comerciales y los efectos secundarios de la desregulación global también podrían impactar de forma negativa. La República Dominicana y los Estados Unidos tienen un acuerdo comercial (DR-CAFTA por sus siglas en inglés). Este acuerdo fue firmado en 2004 y comenzó a implementarse en 2007. El acuerdo ha incentivado a muchas empresas dominicanas a mejorar su competitividad al abrirles el acceso a un mercado más grande y exigirles que cumplan con estándares internacionales.

Trump ha sido conocido por su postura proteccionista, promoviendo políticas como la guerra comercial con China y la renegociación de acuerdos comerciales. Si se mantiene esta postura, podría haber ajustes en el comercio internacional que afecten la economía de RD y de otros países. Si Trump implementa medidas arancelarias más altas, podría aumentar el costo de los productos exportados por otros países a EE. UU. Sin embargo, podría haber beneficios para el país, debido a que es considerado un socio preferencial debido al acuerdo CAFTA-RD.

El CAFTA-RD ha sido clave para las relaciones comerciales de la República Dominicana con EE. UU., y ha facilitado el acceso preferencial de productos dominicanos al mercado estadounidense. Aunque Trump podría intentar renegociar o aplicar nuevas medidas comerciales, el acuerdo sigue siendo un marco legal que no se puede modificar fácilmente de manera unilateral, por lo que es probable que se mantenga en vigor, aunque podría haber ajustes o tensiones según las políticas comerciales específicas que implemente.

Sin embargo, el impacto concreto dependerá de las políticas exactas de Trump, y RD probablemente buscaría adaptarse a cualquier cambio que surja, ya sea reforzando su relación con otros socios comerciales o ajustando sus propias políticas internas para seguir siendo competitivo.

Viendo parte de lo positivo, Trump podría fomentar un ambiente favorable para la inversión extranjera directa (IED) al reducir impuestos a las empresas, lo cual podría beneficiar a RD como un destino para la inversión, especialmente en sectores como la manufactura, la tecnología y el turismo.

También en el turismo tenemos oportunidades debido a la relación cercana entre EE. UU. y RD en términos de turismo (siendo EE. UU. el principal emisor de turistas a RD) va a seguir siendo positiva, aunque las políticas de Trump hacia los visados y la inmigración podrían afectar a los viajeros, dependiendo de las restricciones que implemente.

Los desafíos inician con la política monetaria, porque si Trump adopta políticas que desestabilicen el dólar (por ejemplo, debido a déficits fiscales o un enfoque hacia la inflación), esto influye en la tasa de cambio del peso dominicano frente al dólar estadounidense. Un dólar fuerte podría beneficiar las exportaciones de RD, pero encarecería los productos importados, lo cual afectaría a los consumidores locales. Poniendo el ojo en las políticas fiscales de Trump, incluidas las reducciones de impuestos y el gasto público, que podrían generar incertidumbre en los mercados financieros globales.  Siendo RD, un país que depende del flujo de remesas y del capital extranjero, podría ver variaciones en los flujos de inversión y en la demanda de su deuda soberana.

La parte de mayor controversia es la Política migratoria, en la cual Trump ha sido conocido por sus políticas restrictivas hacia la inmigración, lo que podría afectar a los dominicanos que residen en EE. UU. Si sus políticas migratorias se vuelven más estrictas, podría haber un impacto negativo en la cantidad de remesas enviadas a RD, que son una fuente significativa de ingresos para muchas familias. Y una disminución en las remesas podría afectar el consumo interno y, a su vez, los sectores como la construcción, la venta de bienes de consumo y otros servicios serian afectados.

Como la postura de Trump hacia América Latina ha sido algo distante en comparación con otras administraciones. Podemos decir que, si mantiene esta tendencia, RD podría necesitar reforzar sus relaciones diplomáticas y comerciales con otros actores internacionales, como China, la UE o las naciones del Caribe, para diversificar aún más la economía.

En otro orden, Trump ha favorecido la desregulación del sector energético en EE. UU., lo que podría tener implicaciones en el mercado global de energía, por lo que RD podría beneficiarse de precios más bajos en los combustibles si esto se traduce en menores costos de energía, pero también podría verse afectado por la volatilidad de los precios internacionales. Hay que ver también, cómo afrontará los acuerdos internacionales sobre cambio climático y en caso de que recorte aún más las regulaciones ambientales a nivel mundial, RD, al igual que otros países del Caribe, podrían enfrentar riesgos más altos por fenómenos climáticos extremos, como los huracanes. Esto podría afectar el crecimiento económico si no se toman medidas preventivas adecuadas.