Como ya se conoce, la Junta Central Electoral (JCE) ha informado que alrededor del 50% de ocho millones ciento cuarenta y cinco mil quinientos dominicanos que residen en el país y en el exterior, ejerció su derecho al sufragio el pasado 19 de mayo.

Como observamos, los dominicanos que fuimos a votar asumimos una actitud ejemplar, responsable y patriótica, ya que dicho proceso fue pacífico, democrático y transparente, bajo el liderazgo de los funcionarios de la Junta Central Electoral, a quienes el pueblo dominicano debería felicitar.

Según los criterios del Derecho Universal, para que un proceso electoral se considere legítimo, democrático y transparente, la mayoría de los ciudadanos habilitados para ejercer el derecho al voto debe hacerlo libre y democráticamente, como ocurrió en nuestro país este domingo 19 de mayo.

En tal sentido se sabe que los procesos electorales son escenarios que legitiman o cuestionan la democracia. En caso de nuestro país, la democracia salió en las quinceavas elecciones democráticas que hemos tenido los dominicanos tras el fin de la dictadura de Trujillo, ya que Leonel Fernández y Abel Martínez, los dos principales candidatos de la oposición, felicitaron  a Luis Abinader por su triunfo.

Por su parte, los medios de comunicación impresos, digitales, las redes sociales, los canales de YouTube, las estaciones de televisión y las emisoras de radio, jugaron un papel extraordinario en las elecciones presidenciales y congresuales del pasado 19 de mayo, cuyos propietarios, directores, inversionistas, conductores e influencers, jugaron un rol de primer orden.

Según se conoce a nivel universal, a los procesos electorales democráticos y transparentes, se va a ganar o a perder, debiendo los ganadores asumir una actitud de acuerdos estratégicos, consensos y conciliación y, los perdedores, aceptar sus derrotas con gallardía y dignidad.

No obstante, los ganadores deben de entender que, la Confianza y la Esperanza tiene fecha de Caducidad y que, en estos próximos 4 años, los dominicanos estaremos observando el comportamiento del Presidente, el de la Vice-presidenta, los senadores y los diputados 24/7, de quienes esperamos demuestren su capacidad, eficiencia, honestidad, transparencia y prudencia, en el manejo de los recursos y los bienes del Estado Dominicano.

Por lo que se observa en el ambiente sociopolítico y económico de nuestro país, las nuevas autoridades necesitarán de los aportes de los ganadores y de los perdedores, ya que a partir del próximo 16 de agosto, las nuevas autoridades están compelidas a Profundizar los Cambios que hemos logrados en la prevención de la corrupción y, en el manejo de los recursos y los bienes públicos.

Vista la complejidad de los problemas socioeconómicos que deberán enfrentar las nuevas autoridades, se impone que estas fomenten una Cultura de Planificación y Transparencia en todas las instituciones públicas y descentralizadas, lo que les permitirá concebir, estructurar, consensuar, aprobar y poner en marcha, Políticas Públicas Inclusivas bien pensadas y fundamentadas, dirigidas a satisfacer las expectativas y las esperanzas que tenemos todos los dominicanos.

En tal sentido, los electores que fuimos a los recintos electorales a ejercer nuestros derechos al voto, les estamos dando una Segunda Oportunidad al Presidente Abinader y la Vice-Presidenta, para que ambos conciban, promuevan y pongan en marcha con carácter de urgencia, la reingeniería o el reogrupamiento de los Ministerios y Direcciones Generales que están compitiendo entre sí o, que están duplicando sus funciones y/o roles.

Asimismo, el Presidente y la Vice-Presidenta deberán ser cuidadosos incorporar en su nuevo Gabinete, a los dirigentes, militantes y simpatizantes del PRM y de los partidos aliados, ya que ambos saben que no tendrán una Tercera Oportunidad para profundizar los cambios que se requieren en nuestro país en materia económica, educativa, ambiental y de salud, entre otros.

No obstante, tanto los ganadores como los perdedores, debemos estar atentos a la escogencia y a los nombramientos de los funcionarios que acompañarán al Presidente y a la Vice-presidenta de la República Dominicana, período 2024-2028, ya que el Estado Dominicano tiene una Deuda Social Acumulada con los dominicanos pobres y excluidos, cuyo péndulo está en manos de éstos.

Según el sentir de los electores, las nuevas autoridades deben invertir los recursos económicos necesarios para mejorar la calidad de la educación y los servicios de salud, fomentar la producción y la productividad agropecuaria e industrial, concebir, consensuar, aprobar y poner marcha Políticas Públicas Inclusivas, para generar nuevos empleos, bajar el costo de la canasta familiar, atacar las raíces que generan delincuencia y la criminalidad, trabajar estratégicamente en la reorganización del tránsito terrestre y en el mejoramiento de los servicios de agua potable, electricidad, entre otros.

Por lo que hemos visto en el cuerpo de este artículo, todos los dominicanos, sin importar nuestra ideología política, religión y estrato social, estamos llamados a participar activamente en la construcción de un proyecto de nación inclusivo, tal y como lo soñaron, entre otros, Duarte, Mella, Sánchez, Gregorio Luperón, Juan Bosch, Pena Gómez, Caamaño, Goyito, Orlando Martínez, Manolo y las Hermanas Mirabal.

“Vale más un gramo de hacer que un kilo de decir” (ANONIMO).