Hace unos meses, el notable poeta peruano Renato Sandoval nos pidió responder a una singular Prueba de Bonifacio, de la que él solo esperaba “respuestas breves y nada serias”. Así, nuevamente vemos cómo el estrato lúdico de la cultura saca provecho de toda tentativa humana, extrayéndole sustancia creativa.

Aunque desde los años 20 del siglo pasado se han estado desarrollando los test de personalidad y psicológicos (los que han generado además una gran industria), querría imaginar lo opuesto: que tanto las costumbres cotidianas como el arte, en este y otros casos, son los que influencian a los métodos científicos, transformándolos. Y es que, desde 1800 y tantos los álbumes de confesión eran una práctica social común –en forma de juego de sala–, que solían incluir cuestionarios como el famoso Test de Marcel Proust, respondido por este en 1890 y posteriormente aplicado a grandes personalidades históricas.

El Test de Bonifacio (si se trata del mismo), de acuerdo con la revista de la Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología, el Cuestionario de Afrontamiento del Estrés (CAE), también llamado Cuestionario de Sandín y Chorot (por sus creadores Bonifacio Sandín y Paloma Chorot, psicólogos y catedráticos españoles), es “una medida de autoinforme diseñada para evaluar siete estilos básicos de afrontamiento: 1) focalizado en la solución del problema, 2) autofocalización negativa, 3) reevaluación positiva, 4) expresión emocional abierta, 5) evitación, 6) búsqueda de apoyo social, y 7) religión”. Vale destacar el actualísimo aporte de Sandín y Chorot con estudios y tratamientos de ansiedad, depresión, problemas de sueño, incertidumbre, etc., causados por la pandemia por el coronavirus.

Naturalmente, como técnica moderna especialmente en el entorno de la medicina, los cuestionarios involucran estadísticas, mediciones, etc., y su instrumentación implica ética y deontología profesional, debido a que penetra el campo de la Psicometría. Pero esa es arena de otra clepsidra: a ustedes y a mí nos interesa el zumo espeso de imaginación que podamos extraerle. Por ejemplo, este acrónimo del Cuestionario de Afrontamiento del Estrés: CAE. Pues yo también caí.

  1. León Félix Batista: ¿Tienes alguna objeción contra el mar?

Las islas de plástico, de modo que mi objeción va en contra de los que están contra el mar.

  1. ¿En qué partes de la Tierra crees que se podría plantar árboles de poesía?

En las islas de plástico que flotan en el mar, si conseguimos procesarlas y convertirlas en lápices y libros.

  1. ¿Es la soledad principio o fin de todo lo que existe?

No: lo único que existe desde el principio es el fin de la soledad.

  1. ¿Qué sabes de los animales, las plantas, la naturaleza? ¿Hablas con ellos? ¿Te ignoran o tú los ignoras?

Con animales y plantas he sostenido las conversaciones más importantes y relevantes de mi vida, especialmente con el árbol contra el cual estrellé mi auto a cien por hora. Eso sí, sólo hablo con animales terrestres, porque los acuáticos son sordos y tienen un sabor irresistible que me convierte en su depredador.

  1. ¿Es la locura un ingrediente básico del verdadero genio?

De la vida, Renato, de la vida.

  1. Imaginando que alguna vez te han traicionado, ¿has traicionado tú a alguien?

¡Por supuesto que sí! Practico la traducción literaria, de modo que he traicionado a muchísimos escritores. Entre mis víctimas se cuentan Ashbery, Tomlinson, Walcott, Rich, Plath, Antin, Hughes y un largo etcétera.

  1. ¿Has dicho la verdad cuando has mentido o mentido cuando hablabas en serio?

Ah, caray, infinidad de veces.

  1. ¿Qué hacemos con el dolor?

Cultivarlo.

  1. Sabiendo que cuentas con una razonable autoestima, ¿sabes de alguna falla o miseria que en ti habite?

Bueno, sí: soy un individuo perfecto, pero incapaz de reconocerlo.

  1. Si alguien te dijera que en realidad no le gusta tu trabajo artístico, del tipo que sea, aunque muchos digan lo contrario, ¿cómo te sentirías y qué le dirías?

Que ya somos dos, aunque seamos los únicos a los que no nos gusta mi obra, lo cual nos hace casi hermanos.

  1. ¿Alguna opinión sobre los políticos y la política de tu medio?

Que los mejores políticos no han podido detentar el Poder, o no por mucho tiempo. Y que la política es el peor contaminante del arte y la cultura.

  1. ¿Por qué no has leído todos los libros que reposan en tu biblioteca? ¿Haces poda periódica de ellos?

No los he leído todos porque: 1) pese a que he comprado libros para leer el resto de mi vida, siguen sumándose otras lecturas perentorias y 2) alrededor de la mitad de mis lecturas han sido libros de otras bibliotecas, especialmente de las públicas de Nueva York. No hago poda periódica, pero a estas alturas de la edad, a mi biblioteca sólo entran libros que pienso leer.

  1. ¿Sirve para algo el sexo? Y si lo desterramos de cuajo, ¿qué pasaría?

El sexo sirve para hacer ejercicio, y si lo desterramos de cuajo aumentará la tasa mundial de sobrepeso.

  1. ¿Cuánto te está afectando la situación creada por la COVID-19? ¿Puedes pensar con relativa cordura? ¿Qué te sobra y qué te falta en este caso?

Los poetas ya traemos incluida la soledad propia del aislamiento, así pues, qué más da. Me ha dado por creer que mi generación ha sido agraciada con la oportunidad de conocer de primera mano los abismos del alma gracias a una pandemia, en vez de enterarnos por los libros de historia de cómo pudo haber sido. Y, en cuanto a mí, cuando vi que también a cientos de otros amigos el virus les impedía escribir, me lancé a escribir un libro –inédito y que aún no termino– sobre el hecho de no escribir.

  1. ¿Libros de cabecera, de sala, de micro, de metro, de baño?

De cabecera, varios: Dante, Pessoa, Vallejo, Lezama Lima… De sala, micro y metro ninguno: desde que regresé a vivir en Santo Domingo leo acostado en cualquier cama o diván, o sentado en mi biblioteca o en el traspatio de casa. En el metro de Nueva York leía narrativa y ensayos de todo tipo. Libros de baño: lecturas ligeras y revistas.

  1. ¿Qué sucedería si no existieran las ostras y las uvas Malbec o Tannat?

Habría vida, pero muy empobrecida espiritualmente, las papilas pasarían a ser tan inservibles como el apéndice, y las pupilas dejarían de ver a través de los cuerpos sólidos.

  1. Si no fueras humano, ¿qué cosa concreta o abstracta te gustaría ser?

Un agujero negro, creo que ya lo dije alguna vez. Como poeta narcisista me encanta controlar los horizontes de sucesos y los sucesos de los horizontes.

  1. ¿Has amado u odiado más de lo debido?

Demasiado de ambos.

  1. ¿Piensas que el mundo sería distinto si no existiera la poesía o si no existieras tú?

No, en absoluto, pero si yo no existiera ¿qué importancia tiene que el mundo sea igual o distinto? No me enteraría.

  1. ¿Qué prefieres: al poeta o a su amante?

Son indisolubles, no tengo respuesta.

  1. Los artistas, como ellos así lo creen, ¿sufren y gozan más intensamente que los demás mortales?

Claro que no: sufren más intensamente, pero gozan al mismo nivel.

  1. ¿Algún problema con el suicidio?

Con el mío, sí. El resto, que disponga de sí mismo como desee.

  1. ¿Qué tanto de lo que crees que proyectas en los demás consideras cierto en ti?

Todo. Cada uno tiene su versión del otro, y cada versión es desmentida por las otras, por incompleta.

  1. ¿Cuál ha sido tu déjà vu más persistente?

Me encuentro caminando por una calle, y de repente siento que un poco más adelante me encontraré con alguien conocido, que nunca sé quién será, hasta que ya es muy tarde, porque estamos frente a frente.

  1. Si hoy a la medianoche fuera el fin del mundo, ¿exactamente qué es lo que harías?

Hablaría con mi madre, y volvería a agradecerle por todo lo que hizo por mí.