Todo es silencio.

Todo transitar es frágil apoyado en el viento,

materia de luces diluidas,

blanquecino color y mirar profundo.

Todo fue carácter forjador,

inevitable luces,

disciplinar austero sobre la prole engendrada.

Disciplinar preciso, para la vida encarar,

emprendedora natural con inteligencia visionaria

empresaria de sueños,

y transitar seguro,

vivir lo que es vivir,

vivir sin descansar.

Toda tú  luz opaca la sombra,

todo sol resplandece en tú rostro,

de silencio sepultado

y de réquiem amoroso para caminar contigo.

Es como caminar con todas las flores de amarillo intenso,

y de blanco jazmín tú sonrisa permanece.

Capaz de demandar hasta el último momento,

con un suspiro de sol con un suspiro de beso,

adiós sin despedida,

que transita el riachuelo

y  así dejar la vida,

así dejar los sueños,

como se apagaron tus ojos aquellos que eran eternos.

Y ya te presenta dictaminando conducta,

espiritual presencia,

de amarillo tornar,

​ ¡ay!, lo sabía,

que estaría presente,

que no dejaría de amar,

porque eres tan fuerte,

que a la muerte desafía,

y no me sorprende,

tú regreso prematuro entre brisas y sal,

de mañana soleada lista para zarpar a la mar,

para transfigurar tú presencia,

en tú sorprendente niña amada.