A pesar de las tensiones geopolíticas provocadas por la Guerra entre Rusia y Ucrania, que de prolongarse en el tiempo podría presionar aún más al alza los precios del crudo en los mercados internacionales. Al momento de escribir estas líneas, el precio del crudo Intermedio de Texas (WTI, por sus siglas en inglés), se encuentra a US$111.60 el barril, para un alza de US$1.00 con respecto al día anterior. Sin embargo, los contratos a futuro de crudo del Intermedio de Texas se encuentran cotizándose más bajos, pero esto podría cambiar en los próximos días, no solo por el conflicto bélico que ocurre actualmente en Europa sino por fallas del mercado que continuarán agravándose en los próximos meses. Los contratos a futuro del WTI para entrega en mayo, junio y julio se encuentran en: US$107.92, US$102.22 y US$97.44, respectivamente.
Algunos inversionistas institucionales han pronosticado un precio del crudo de US$125 el barril o más, como es el caso de Goldman Sachs, estas proyecciones fueron realizadas previendo la conflagración bélica entre Rusia y Ucrania. Ojalá, esa fuera la única mala noticia para los países importadores netos de crudo como es el caso de la República Dominicana. Al inicio del 2022, muchos analistas (incluyendo este servidor), pronosticamos una reducción significativa de los precios del crudo, debido a una utilización importante de sus reservas de gasolinas por parte de varios países, entre los que podemos destacar a: los Estados Unidos, India y China, entre otros. De igual manera, teníamos previsto un aumento de la producción por parte de los productores de esquisto en los Estados Unidos, que podría frenar la negativa de los países miembros de la OPEP de aumentar la producción, pero la triste realidad es que ya no existe ese frenesí entre los productores independientes de esquisto en los Estados Unidos, algo que podría prolongar los altos precios del crudo.
Muchos esperaban que los precios del crudo por encima de los US$100 el barril iban a provocar un boom de nuevas perforaciones por parte de los productores independientes en los yacimientos de esquisto en el estado de Texas, y en los estados localizados en las Grandes Llanuras de los Estados Unidos como es el caso de Nuevo México. Sin embargo, grandes jugadores de esta industria solo se han comprometido a aumentar la producción en un 5% para este año 2022, muy por debajo del 20% anual que ocurría antes de la pandemia. De igual modo, la mayoría las empresas que controlan los equipos de perforación son empresas de capital cerrado, que también quedaron muy endeudadas por las fuertes inversiones que hicieron antes de la pandemia, y el costo marginal por barril en muchas de ellas es de US$60. Por tal razón, es importante para estas empresas esperar paciente una recuperación significativa de los precios del crudo antes de iniciar nuevas perforaciones.
Como podemos apreciar, el desbalance entre la oferta y la demanda en el mercado del crudo continuará por todo lo alto en este año 2022, lo que provocará alzas significativas en los precios, independientemente de cuanto dure el conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que la demanda de energía seguirá en aumento debido al relajamiento de las restricciones por gran parte de los países en el mundo. A diferencia de lo ocurrido en los últimos 8 años, donde los precios del crudo estaban cotizando en: Contango. Cuando un mercado está en Contango, los contratos a futuro a más largo plazo, los precios son más altos que los contratos a más corto plazo. Hoy en día, los precios a futuro a largo plazo son más bajos.
Dado este escenario adverso, nuestra recomendación al Gobierno dominicano es que debe abocarse a realizar compras de contratos a futuro de crudo, dada su baja cotización en estos momentos, para de esta forma amortiguar las inminentes alzas que se aproximan en los próximos meses. Un evento de cisne negro, que, sin dudas, podría torpedear la vertiginosa recuperación económica que viene experimentando la economía dominicana. Esto se traduciría en aumento generalizados de precios y en una laceración de las finanzas públicas, lo que podría limitar el accionar del Gobierno para favorecer a los sectores más vulnerables.