El Ministerio de Relaciones Exteriores (MIREX) del gobierno anterior había devenido en un antro de politiquería de la peor calaña. Mas allá de retener un personal supernumerario, muchos de sus nombramientos de funcionarios y diplomáticos representaban escandalosas canonjías. Había 42 vicecónsules en EEUU, una docena de embajadores ante las Naciones Unidas, cinco embajadores en Austria y así por el estilo. El gobierno del cambio comenzó a poner la casa en orden. Pero todavía en algunos consulados se reproducen odiosas prácticas de corrupción.
Wikipedia define la diplomacia como “una profesión cuyo objetivo es representar y velar por los intereses de un Estado y de su nación en relación con otro Estado u organismo internacional”. Los diplomáticos son funcionarios que ejercen unas cinco funciones: “negociar, representar, proteger a sus nacionales, fomentar las relaciones amistosas y recabar información”. Ofrecen sus servicios en embajadas, consulados y delegaciones ante organismos internacionales. Los embajadores ejercen funciones políticas de representación, mientras los cónsules no. Actualmente nuestro país tiene 48 embajadas y 81 consulados y otras representaciones.
Los consulados representan la administración pública de un Estado para colaborar con sus ciudadanos en otro país. Sus funciones incluyen: “1) establecer y renovar documentos oficiales (p. ej. pasaportes), 2) emitir partidas de nacimiento, de defunción, de matrimonio o a mano, 3) ofrecer atención y cuidado a los nacionales detenidos y controlar la legitimidad de los procedimientos judiciales correspondientes, 4) establecer visados a extranjeros e informar acerca de los permisos de residencia o de trabajo, 5) poder ejercer el voto popular si hay elecciones en el país de origen, y 6) asistir en situaciones de catástrofe.” “El cónsul es admitido en sus labores por una autorización llamada exequátur que le otorga el Estado receptor, luego de recibir y aceptar las cartas o letras patentes, y cuando son designados se someten a un curso intensivo sobre Diplomacia y Relaciones Internacionales impartido en cancillería, como pre-requisito para que puedan tomar posesión de sus respectivos cargos.”
Los consulados pueden ser rentados u honorarios. Los primeros son aquellos con cónsules que son remunerados por el Estado que los nombra, mientras los segundos ejercen sus funciones de manera honorifica. El gran problema que ha existido por décadas en nuestro pais es que muchos cónsules han interpretado lo de “rentado” para succionar rentas mas allá de la remuneración establecida. Así establecen precios a facturas consulares, visas y otros servicios que están muy por encima de lo autorizado o razonable; el extra no lo reportan al MIREX como ingreso del consulado y se lo embolsillan. Nuestra clase política ha impuesto la práctica de permitir esas desviaciones para favorecer a partidarios suyos. Algunos consulados permiten que sus incumbentes acumulen fortunas de manera ilegal.
Según la vox populi, en el Consulado de New York se cobran tasas exorbitantes por algunos servicios, mientras en los consultados en Haiti se esquilma a los haitianos con las visas. Los incumbentes del primero regularmente son políticos prominentes del partido de gobierno o personas que han invertido sumas considerables en la campana electoral. En el caso de los segundos son individuos de una menor jerarquía política, pero activistas del partido en el poder. En consulados tales como los de Hamburgo, Hong Kong y en Espana se han reportado casos de una actividad mercurial de los cónsules que raya en lo criminal y lo asqueroso. Pero son muy pocos los casos en que cónsules han sido llevados ante los tribunales por su prácticas dolosas.
En el periódico digital Al Momento un periodista dominicano denunció, por ejemplo, que el cónsul en New York extrajo más de un millón de dólares para su propio peculio en diciembre del 2020. “Como el Cónsul, después de pagar la deuda al MIREX y a la DGP, se queda irregularmente con todos los ingresos, la caja negra del Cónsul ganó solo en esos 30 días un total de US $1,155,777. Cualquier Cónsul de NY no necesita un año para hacerse millonario.” El Catálogo de Servicios Consulares del MIREX estable precios que son ínfimos comparados con lo que supuestamente cobra ese consulado. Un reporte de Diario Libre del 2005 estimo en casi US$6 millones anuales los salarios de 72 empleados del Consulado.
La situación de nuestros consulados en Haití es todavía mas alarmante. Según un reporte del Listin Diario: “Todo indica que la concesión de visas a los haitianos ha pasado a ser, en los últimos siete años, uno de los negocios más lucrativos para una mafia que las gestiona y vende en un “mercado negro”. Llama la atención que, en ese período, del 2015 hasta mediados de este año, el 89 por ciento de las 818,885 visas concedidas por el país, haya sido emitida por los consulados dominicanos en Haití. Una esmerada investigación de varios meses hecha por el LISTÍN DIARIO devela la existencia de una red paralela a los consulados, pero sin dudas en conexión con funcionarios, que promueve, diligencia y cobra comisiones por las visas.”
CDN, por su parte, reportó el pasado 4 de diciembre “un negocio lucrativo y mafioso detrás de la venta de visas dominicanas en Haiti.” “En los últimos años, un diluvio de denuncias sobre esta mafia que opera en las agencias de viajes y los consulados haitianos ha inundado a los medios de comunicación nacionales. Estas mafias utilizan la persuasión dentro de sus estrategias, para luego manipular y extorsionar a los ciudadanos haitianos. Al llegar al consulado reciben la información de que no hay visas, pero que pueden conseguirlas a través de las agencias de viaje.” “En medio de la incertidumbre, se enfrentan a un negocio lucrativo que, según datos constatados por el programa Reporte Especial con Julissa Céspedes, maneja más de 3 mil millones de pesos.”
La mafia de nuestros consulados en Haití ha llegado a ser tan grande que hasta algunos senadores se han hecho eco del desastre. “El senador por la Provincia Elías Piña, Iván Lorenzo, aseguró hoy que una visa ordinaria a un ciudadano haitiano le está costando entre los 400 y 500 dólares para poder ingresar a la RD”. “Nosotros tenemos 4 consulados y una sección consular que pertenece a la embajada. Los cónsules dominicanos se hacen multimillonarios con la emisión de visas sin ningún tipo de protocolos.” Por su parte, el senador por San Cristóbal ha dicho recientemente que “se han otorgado unas 726 mil 300 visas desde el 2015 equivalente a más de US$64 millones de dólares, cifra que representa un "gran" y "jugoso" negocio.” Los senadores Dionis Sánchez y Antonio Marte también han secundado estas denuncias.
Durante la campaña electoral pasada el PRM se comprometió, mediante una brillante declaración sobre su Política Exterior para el Gobierno del Cambio 2020-2024, a “rescatar, transformar, profesionalizar y modernizar” el servicio diplomático y a “evaluar rigurosamente los aportes que rinde al país cada embajada, misión o consulado, y tomara las medidas adecuadas para maximizar el retorno de los recursos invertidos.” Obviamente, las denuncias reportadas por la prensa y las hechas por los legisladores son motivo de alarma. Al ser un odioso remanente de la corrupción en el Estado, el negocio personal de los cónsules debe eliminarse.
Es tiempo ya de que las actuales autoridades del MIREX le pongan el cascabel al gato. La encomiable labor que hasta ahora ha realizado su actual ministro permite albergar esperanzas de que desaparecerá este déficit de integridad en la gestión de del ministerio. Debe reemplazar a los cónsules contra quienes existen denuncias de corrupción con personal que este calificado por mérito. Sera una dura batalla contra la corruptela de nuestra partidocracia, pero si hemos logrado avanzar con nuestro ministerio publico también debe ser posible hacerlo con nuestra diplomacia.