En la convivencia diaria, tanto en el ámbito laboral como en el personal, los patrones de interacción entre las personas juegan un papel crucial en la calidad de las relaciones y en el éxito de los equipos. Desde hace mucho tiempo he reflexionado de manera particular sobre las características de mi perfil, por la forma en que me comporto y me entrego en todos los espacios en los que participo y en mis interacciones personales. Hoy tuve la oportunidad de participar en un conversatorio cercano en Barna Management School, una de mis casas de estudio, con el expresidente de Colombia, Iván Duque, y en una de las enseñanzas que nos compartió sobre su experiencia como mandatario, nos habló sobre la gran cantidad de colaboradores cercanos con perfil de “giver” en su equipo, gente que se compromete, que se entrega y da más de lo que se espera y que siempre están ahí, dispuestos. Concatenando mi consciencia personal de los perfiles con lo compartido por el Sr. Duque, me motivé a escribir sobre este tema.

Existen tres perfiles básicos que destacan por su enfoque en el dar y recibir: los “givers” (dadores), los “takers” (tomadores) y los “transactionals” (transaccionales). Cada perfil tiene una manera única de abordar el intercambio de valor y la colaboración, lo cual influye en la cultura organizacional y en el bienestar general de un equipo de trabajo.

Los “givers”, o “dadores,” son aquellos individuos que tienden a ofrecer su ayuda sin esperar algo a cambio. Su enfoque en el bienestar de los demás, y no solo en sus propias metas, hace que sean personas altamente valoradas en cualquier equipo de trabajo (donde no exista la mezquindad del jefe o la paranoia de ver a un giver como sombra). En los equipos, la presencia de “givers” se convierte en un factor esencial para fomentar un ambiente de apoyo y confianza. Estos individuos no solo comparten conocimientos y recursos, sino que también facilitan una cultura de cooperación que mejora la comunicación y la cohesión entre los miembros.

Desde el punto de vista psicológico, los “givers” generan un impacto positivo al contribuir a un entorno de seguridad psicológica. Los estudios muestran que los equipos en los que las personas sienten que pueden confiar en sus compañeros y que están respaldados son más propensos a ser innovadores y a enfrentar desafíos sin temor al fracaso. Además, los “givers” promueven la reciprocidad: al ofrecer ayuda de manera constante y sin expectativas, animan a otros a adoptar actitudes similares, lo cual fomenta un ciclo de apoyo mutuo y colaboración.

Un aspecto relevante es que los “givers” también ayudan a reducir el estrés laboral, dado que su disposición a apoyar y cubrir las necesidades de sus colegas alivia cargas de trabajo y mejora el ánimo general. La empatía y la disposición de estos colaboradores les permite notar cuando un compañero necesita ayuda, anticipándose a problemas y mejorando la resolución de conflictos dentro del equipo. Sin embargo, el desafío para los “givers” radica en la necesidad de establecer límites saludables para evitar el agotamiento emocional o la sobrecarga laboral, ya que su naturaleza altruista puede llevarlos a asumir tareas adicionales que impacten su rendimiento y bienestar.

En contraste, los “takers” son individuos que buscan maximizar sus beneficios personales, a menudo con poca consideración por el bienestar de los demás, su prioridad es la competitividad. En el trabajo, los “takers” tienden a centrarse en el logro de sus objetivos individuales, lo cual puede ser beneficioso para ciertas tareas que requieren un alto grado de independencia y enfoque. Sin embargo, en el contexto de un equipo, su actitud suele ser percibida como competitiva y egoísta, generando tensiones y afectando la colaboración. Los tomadores, son capaces de robar ideas y proyectos para tomar ventaja, por lo que de tener un perfil así combinado con algunas actitudes de miserias humanas, es un peligro para cualquier persona a su alrededor y a cierto plazo, acarrea en destrucción de equipos, de instituciones, etc.

Aunque los “takers” pueden obtener logros a corto plazo, su enfoque generalmente no contribuye a la sostenibilidad y cohesión del equipo. Esto se debe a que los compañeros de trabajo pueden percibir que los “takers” son poco confiables y que tienden a aprovecharse de la disposición de otros, especialmente de los “givers”. A nivel psicológico, esto puede crear un ambiente de desconfianza, donde los demás miembros del equipo se sienten menos inclinados a ofrecer ayuda, lo cual impacta negativamente en la productividad y la satisfacción laboral.

Los transaccionales, o aquellos que buscan un balance entre dar y recibir, tienden a operar en base a la reciprocidad. En sus relaciones, valoran el equilibrio y prefieren colaborar en entornos donde el intercambio es mutuo y justo. Este enfoque permite a los transaccionales evitar el agotamiento y mantener relaciones laborales más estables, pues saben cuándo dar y cuándo esperar algo a cambio.

En un entorno de trabajo, los transaccionales, funcionan bien en equipos donde existen expectativas claras y donde los esfuerzos son valorados de manera equitativa. Su enfoque en la reciprocidad puede contribuir a la equidad dentro del equipo, ya que tienden a colaborar siempre que perciban que el esfuerzo será mutuo. Sin embargo, en momentos de gran desafío o en contextos donde se necesita un compromiso desinteresado, el perfil transaccional puede resultar menos efectivo. Al centrarse en la reciprocidad, podrían desaprovechar oportunidades de crear lazos sólidos y de construir una red de apoyo genuina.

La convivencia de “givers”, “takers” y transaccionales en un mismo equipo puede tener efectos variados. Los “givers”, con su disposición a ayudar, impulsan una cultura de apoyo y colaboración que eleva el rendimiento colectivo, además de generar un ambiente de respeto y empatía. En este sentido, son fundamentales para crear un clima de trabajo positivo donde todos se sientan valorados y apoyados. Si una persona con este perfil, está además muy capacitada, esa combinación le ayuda a trascender y ascender, por lo que donde se encuentra puede ser vista con recelo.

Por otro lado, los “takers” y los transaccionales también pueden aportar al equipo, siempre y cuando exista un liderazgo que promueva la equidad y el reconocimiento de esfuerzos y que sepa reconocer el perfil de cada quien. Los “takers”, si bien suelen centrarse en sus metas personales, pueden ser valiosos cuando se asignan a tareas que requieran una alta dosis de independencia y competitividad, siempre que de verdad estén capacitados porque si no utilizarán a alguien, probablemente a un “taker” inocente para lograr sus propósitos. Los “Transaccionales”, en tanto, ayudan a mantener el equilibrio en el equipo, promoviendo relaciones justas y una distribución equitativa de las responsabilidades.

El éxito de un equipo depende de la capacidad de sus miembros para entender y respetar estas diferencias, así como de una gestión directiva que fomente el respeto y la colaboración entre todos. En un entorno de trabajo donde los “givers” son valorados y se reconocen los esfuerzos individuales, los equipos pueden alcanzar una productividad y un bienestar significativamente mayores, promoviendo una cultura organizacional en la que todos los perfiles encuentran su espacio y aportan al logro de los objetivos comunes.

La reflexión sobre las características de estos perfiles, aplica también para las relaciones humanas amorosas y amistosas, lamentablemente. Puedes estar involucrado con alguien que se entrega por completo y se compromete (un dador o “giver”), o al contrario, con alguien que toma todo de ti emocionalmente, físicamente, etc., sin dar nada a cambio (un tomador o “taker”), o en caso intermedio, con un perfil transaccional, que se involucra a medida que obtiene algo, un tú me das – yo te doy.

Es importante reconocernos y reconocer a los demás en cuanto a su perfil psicológico, esto nos permite mejorar en lo que sea necesario si estamos dispuestos, nos permite cuidarnos de los demás y tratar de ser justos en nuestras interacciones humanas laborales o no, así como saber dirigir a las personas en nuestro equipo, si es el caso.

¿Y tú, eres un Giver, Taker o Transaccional? Yo siempre dadora.