Lo primero, hay que definir reingeniería para evitar mala interpretación. Pues bien, de manera simple, es la reestructuración de una institución con el fin de mejorar sus resultados. Claro, en este caso, me refiero a una entidad política y todo lo relacionado con la vida y obra de la izquierda.
¿Qué se va a reestructurar a la izquierda? La mente, lo básico, lo que hay en la cabeza; expulsar toda la basura que hay en el cerebro, y crear una ambientación saludable. Entonces se podrá conseguir una visión objetiva de la sociedad dominicana. Y en consecuencia, sintonizar con las fuerzas motrices de la revolución y conectar con la población, al innovar la manera de hacer política.
Un país entrampado por la voracidad de la derecha y políticos corruptos, necesita de una izquierda con un pensamiento renovado y crítico, y una unidad alrededor de un Proyecto de Nación.
Además, hay que estar claro, para que no se vuelvan locos, en el tipo de capitalismo predominante, correspondiente a países subdesarrollados y ubicados en las zonas de influencias del imperialismo. Dependiendo de su evolución, aplica un conjunto de orientaciones y comportamientos que corresponden a su etapa histórica. Como país, atrasado, pobre y dependiente, se atraviesa por un proceso de acumulación originaria del capital que, manda madre, rompe todos los parámetros de corrupción, impunidad, explotación y servilismo al poder extranjero.
Generalmente, el capitalismo impone dictadura o democracia en los países subdesarrollados, para imponer su dominación de clase. Hago la salvedad, me refiero a la democracia del capital, una farsa muy bien montada. Con todo y eso, prefiero la caricatura democrática para intensificar el trabajo político y organizativo en los sectores laborales, sociales y populares; y disputarle el poder a la burguesía en sus alianzas con oligarcas, en todos los escenarios, incluyendo el electoral.
Para transitar en democracia capitalista hay que definir con claridad meridiana, qué se busca, y con cuáles fuerzas se dispone. Recorrer un camino tan delicado, como ese, se requiere de entidades fuertes; aliados naturales, sin marrullerías, que asimilen el proceso democrático, y los circunstanciales, necesaria, con el debido cuidado, depende del momento. Etapa democrática inevitable, si se desea avanzar hacia un estadio superior.
Desconocer la democracia es un error que provoca aislamiento de la población y del tren institucional dinámico de la sociedad. También, desperdicia la oportunidad por conocer y dominar el funcionamiento del Estado. Jamás reduzco el interés para sustituir el capitalismo, nunca jamás, pero hay que decidirse a la conquista, vía electoral, del poder. Y, para eso, es una obligación histórica prepararse, déjense de vaina, para echar la pelea donde sea, conquistando la voluntad política, el voto de los trabajadores y la gente.
La izquierda dominicana está constituida por la pequeña burguesía, en sus distintas capas sociales, con intereses personales y de grupos a flor de piel; en periodos electorales salen a flote, se expresan, en muchas ocasiones, copiando al pie de la letra a la derecha y corruptos. De ahí que se debe tener estricto control y un procedimiento institucional para evitar que se sorprendan por el tropel desbocado, y zancadillas, por doquier, que ocasionan daños emocionales irreparables, y golpes dolorosos y fugaces al movimiento revolucionario.
Algunos le temen, como el diablo a la cruz, a la democracia de calle, creen que solo se debe aprovechar los periodos electorales; graso error, hay que manejar con inteligencia las oportunidades, dependiendo del nivel de agitación y organización de la gente, para avanzar. Las protestas ni las movilizaciones sociales y populares van destinados a revolucionarlo todo. Son procesos de acumulación de fuerza, en la medida que se van agudizando las contradicciones, y resolviendo los conflictos planteados.
En democracia, la calle es el mejor escenario para reclamar reivindicaciones económicas, políticas y sociales, profundizar conquistas democráticas; las elecciones son las vías, con trampas y todo, en el proceso electoral para disputarles el poder a la derecha y ultraderecha, y a los políticos corruptos. En ambos escenarios se debe marchar unidos sobre la base de acuerdos políticos, programáticos y de acción. De lo contrario, continuarán arando en el mar y desacreditándose nacional e internacionalmente.