En Chile están a punto de destruir el sistema de pensiones basado en descuentos obligatorios a los trabajadores y manejo de sus cuentas de capitalización por administradoras privadas. El golpe de estado previsional eliminará la intermediación privada y se van a expropiar todas las cuentas individuales para ingresar sus montos a un fondo común. La pensión “indigna” que se iba a recibir dependiendo del valor capitalizado de los ahorros al momento del retiro pasará, por obra y gracia del Dios Estado Benefactor, a una “digna” que permitirá tener los fondos suficientes para vivir sin preocupaciones hasta el día en que nos despidamos en cama para siempre de los hijos y los nietos.
Advertí sobre el inicio de la campaña para un golpe de estado previsional en República Dominicana en el 2017. Un diputado de “la Raza Inmortal”, calificativo al que debemos añadir primada y única, porque parece que es el único episodio de la historia dominicana en que se ha mostrado valor, empezó con los aprestos para expropiar a las AFP y, claro que eso ni se menciona, a los cotizantes. Resumí la idea del aefepégolpista, expropiador de cuentas individuales de capitalización y repartófilo en este párrafo:
“Hay que volver al glorioso y solidario reparto, con una estrategia donde el Gobierno aumente de golpe y porrazo los salarios al nivel que pueda alcanzar la canasta familiar y le quite nombre y apellido a las cuentas de las AFP para formar un fondo común. Pedro ya no se va a retirar contando solo con sus propios aportes. Tendrá la solidaridad forzada que proviene de los fondos que acumularon Juan, María y el resto de los exafiliados a las AFP. Lo que falta para garantizar que se disfruten los nietos y se goce un bingo, se consiguen con un aumento directo de impuestos a los ricos. De no ser suficiente, con otros indirectos sobre el consumo de bienes no sean de primera necesidad. Necedad “revolucionaria” hoy veo promoviendo a diputado nuevo”.
Eso fue en el 2017, pero se pensó que no pasaba de una cantaleta revolucionaria, cansona y repetitiva donde el argumento es el mismo con personajes diferentes, como en la que lleva más de medio siglo el apoltronado cabecilla del PCD. Las AFP habían llegado para quedarse y reinar por los siglos de los siglos. Además, de ponerse la cosa difícil, estaba en reserva el talento histriónico de Raymond Pozo y Miguel Céspedes para explicar a los cotizantes y al público en general las bondades del sistema; una carta debajo de la manga o bala mágica del Lincoln Lawyer de efectividad garantizada.
Y sí que se puso difícil. Le entraron a la conga por la apatía con la situación de los afiliados fallecidos, caso del que opiné que las AFP no podían andar como Chochueca con los cheques para entregar en un velorio. Casi coincide eso con la campaña del diputado Botello para devolver el 30% en efectivo a los cotizantes, algo que pensamos era una de las habituales triquiñuelas para recolectar fondos de congresistas buscando reelección, destinadas al zafacón al minuto de la nueva juramentación. Nada que ver, reelecto es que ha tomado fuerza su clamor, especialmente por el Covid 19, donde tenía asidero por el desempleo al cerrar empresas. En medio de ese berenjenal se produce otro desastre de manejo de crisis al explicar el gremio que la devolución del 30% era para comprar televisores plasma gigantes.
La presión porque parte de los fondos vuelva a los trabajadores no cesa por parte del diputado que ahora compite con un grupo más aguerrido busca el golpe de bolsón: desbandar las AFP, y que no fuñan porque no se les hará proceso por haber ganado tanto dinero en su oligopolio, y expropiar todos los fondos para pasarlos a uno común donde los camaradas revolucionarios, que solo ven el bienestar general o la felicidad total del colectivo, van con pulcritud a manejar ese dinero para que todos recibamos una pensión que alcanzará de sobra para comida, ocio, medicinas, enfermedad y entierro sin misa de cuerpo presente. Sí, no tendrás nada en tu cuenta, pero serás feliz esperando esos beneficios gracias a la lucha de la Coalición por la Seguridad Social Digna.
En esta semana voy a coleccionar los artículos sobre este tema que he escrito en este medio y compilar un folleto en pdf para distribución gratuita. Acento es el único medio en que es posible conocer opiniones de la A a la Z sobre ese tema (y de cualquier otro de interés) y considero que si todos hacemos lo mismo podemos brindar un buen documento para invitar al discernimiento sobre la seguridad social. Tal vez no tenga el impacto tan efectivo de la magia de rompimiento de la voz de Raymond Pozo para iluminar la comprensión del ciudadano común, pero, caramba, recordemos el consejo del profesor Keating en la Sociedad de los Poetas Muertos: “la poesía puede venir de cualquier cosa en la que encontremos un espíritu de revelación, pero a cuidarse de que sus poemas no sean ordinarios”.