El pasado miércoles, en el INTEC, se llevó a cabo un foro sobre la Reforma Fiscal, donde resultó curioso observar el consenso entre los expositores en cuanto a la necesidad de mejorar la calidad del gasto público en cualquier reforma o pacto que se considere. A pesar de mantener una deuda sostenible en el tiempo, un análisis detallado del gasto del Estado dominicano revela la urgencia de redefinir nuestra economía.
Por otro lado, tenemos la ya mencionada Reforma Constitucional. Aun cuando la misma Constitución incluye mecanismos de protección, los mismos parecen ser ignorados por la clase política, la cual siente la necesidad de intervenir directamente para "solucionar" los problemas que perciben cada vez que la reforman. Esta falta de confianza en los mecanismos constitucionales refleja una visión y comportamiento estatal que prioriza otros intereses, dejando de lado la responsabilidad gubernamental.
La cuestión central radica en si el Estado está actuando conforme a principios de responsabilidad y ética gubernamental. La evidencia sugiere que tenemos un sistema ineficiente que no solo falla en la gestión económica, sino que también actúa de manera poco ética, utilizando la Constitución más como una herramienta de conveniencia que como una guía de principios.
Esta situación plantea una pregunta crucial: ¿qué tipo de reformas realmente necesitamos para asegurar que el Estado actúe de manera eficiente y ética? La respuesta no reside únicamente en cambiar leyes o aumentar la supervisión, sino en un cambio profundo en la cultura política y administrativa. Necesitamos un Estado que valore la transparencia, la responsabilidad y la eficiencia, y que vea la Constitución no solo como un documento legal, sino como la base moral y ética de todas sus acciones.
Las reformas fiscales y constitucionales que parecen avecinarse deben ir de la mano con una reforma en la actitud y el comportamiento del Estado. Solo así podremos aspirar a una administración pública que realmente responda a las necesidades y expectativas de la ciudadanía dominicana.