Muy a pesar de nuestra negativa de participar en discusiones estériles, sobre la posible reforma fiscal, que ya esta diseñada, hemos querido manifestar nuestras consideraciones, respecto a la potencial reforma.
En primer orden la reforma debe ser Fiscal y no solo Tributaria, o sea que debe ser más amplia y abarcar todas las políticas y medidas relacionadas con la gestión de las finanzas públicas del país y no solo los impuestos o tributos que pagan las personas físicas y jurídicas. Además, tiene que ser una reforma fiscal integral y progresista, que tenga como objetivo mejorar la equidad, eficiencia y sostenibilidad del sistema fiscal.
Por lo que los aspectos más importantes a tomar en cuenta deben ser:
- Progresividad del Sistema Tributario: Aumentar la carga impositiva sobre los ingresos más altos y reducirla sobre los ingresos más bajos para disminuir la desigualdad. Revisar y ajustar las tasas del impuesto sobre la renta y establecer tramos impositivos más progresivos, generando incentivos a las pequeñas y medianas empresas, que permitan su formalización y así minimizar la evasión.
- Ampliación de la Base Imponible: Reducir las exenciones, deducciones y beneficios fiscales que distorsionan el sistema y benefician desproporcionadamente a los más ricos. Incluir en la base imponible ingresos actualmente no gravados, como ciertos tipos de ingresos de capital.
- Impuestos al Patrimonio y a la Riqueza: Reforzar impuestos sobre el patrimonio, herencias y donaciones para gravar adecuadamente la riqueza acumulada. Establecer impuestos sobre las ganancias de capital y los dividendos a tasas más alineadas con los ingresos ordinarios.
- Impuestos Indirectos: Mantener o aumentar el IVA o ITBIS sobre bienes de lujo mientras se reduce a bienes esenciales para reducir la carga sobre los más pobres. Considerar y revisar impuestos especiales sobre productos perjudiciales como el tabaco, alcohol y bebidas azucaradas.
- Impuestos Ecológicos: Implementar impuestos ambientales para desincentivar actividades contaminantes y promover la sostenibilidad. Gravar las emisiones de carbono y otros contaminantes para fomentar la transición hacia una economía verde.
- Mejora en la Administración Tributaria: Fortalecer la capacidad de las autoridades fiscales para reducir la evasión y elusión fiscal. Implementar tecnologías avanzadas y mejores prácticas para mejorar la eficiencia en la recaudación. Promover, incentivar y facilitar la formalización de las pequeñas y medianas empresas. Mejorar la fiscalización del profesional independiente.
- Gasto Público Eficiente y Equitativo: Asegurar que el gasto público se dirija hacia áreas que promuevan la equidad, como educación, salud, y protección social. Evaluar y reorientar el gasto público para maximizar su impacto en el bienestar social y el crecimiento económico. Mejorar la inversión de capital, de forma que se promueva el crecimiento económico, el empleo, la mejora de la infraestructura del país, logrando innovación y desarrollo tecnológico y promoviendo la inversión privada, para así aumentar la productividad, el desarrollo y la resilencia de la economía.
- Transparencia y Rendición de Cuentas: Mejorar la transparencia en la gestión de las finanzas públicas y asegurar una rendición de cuentas clara y accesible. Involucrar a la sociedad civil y a otros actores en el proceso de diseño y monitoreo de la reforma.
- Coordinación y Consistencia con Políticas Económicas: Asegurar que la reforma fiscal sea coherente con otras políticas económicas y sociales, como la Ley 1-12 de Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo. Evaluar el impacto macroeconómico de las reformas para evitar efectos negativos en el crecimiento económico.
Otros aspectos indispensables a colocar en la mesa de discusión de la reforma fiscal tienen que ser:
- El Déficit Cuasi Fiscal y La Ley de Capitalización del Banco Central.
- Las crecientes pérdidas del Sector Energético.
Al considerar todos estos aspectos, una reforma fiscal integral y progresista podría contar con nuestro apoyo, ya que podría ofrecer un sistema fiscal más justo, eficiente y sostenible, que promueva tanto la equidad social como el desarrollo económico a largo plazo.