Luego de que se diera como ganador al presidente Luis Abinader, reelegido en primera vuelta, en las elecciones del pasado 19 de mayo, su primer pronunciamiento fue anunciar que el gobierno se va a abocar, junto al congreso nacional, a reformas institucionales, sociales y económicas. También dijo que buscará el consenso con la oposición para lograr ese propósito.
Una de las tareas pendientes, que el presidente había prometido para el periodo 20-24, ya casi en fase de culminación, fue la reforma fiscal, plateándolo propiamente como una reforma integral. Cuando nos referimos a una reforma fiscal integral es que esta debe impulsar el mejoramiento de la calidad de vida de la gente y del gasto público.
En primer término, al hablar de mejorar la calidad de vida de la gente se debe pensar en dos direcciones, la que tiene que ver con no castigar más la mayoría de la población con una carga de impuestos regresiva como sucede en la actualidad, es decir relativamente paga más quienes reciben menores ingresos, que son la mayoría de las familias dominicanas. Históricamente y principalmente desde que se creó el impuesto a los bienes industrializados y servicios (ITBIS), en las reformas fiscales que se han creado la mayor carga se ha trasladado a este que es el principal impuesto al consumo, que paso de 6% en el año 1983 a 18% al día de hoy.
Una muestra de regresividad del sistema de cobro de impuesto en la Republica Dominicana, es que para año 2023 el ITBIS represento 2.4% del Producto interno bruto (PIB), en tanto que el impuesto sobre los ingresos 0.76% y el impuesto sobre el patrimonio 0.68% del PIB.
Tomando como referencia el informe de coyuntura fiscal 2023 de la Dirección General De Análisis Y Política Fiscal, del Ministerio de Hacienda, tenemos que el aumento de 12.2% en las recaudaciones de impuestos se explican en un 88.2%, por la recaudación sobre ingresos y utilidades y sobre todo por otro lado a los impuestos sobre el consumo de bienes y servicios.
Si observamos las recaudaciones por partidas, de los RD$969,021.8 millones recaudados en el año 2023, el gravamen sobre bienes y servicios fue de RD$552,800.6 millones, que representa el 57% del total recaudado y el ITBIS en particular de RD$336,693.7 millones el 34.5% del monto total de ingresos
En tanto los ingresos por impuesto sobre la propiedad ascendieron a RD15,667.2 millones, que representa el 1.6% del total recaudado.
Es importante destacar que la carga tributaria en la República Dominicana para el pasado año 2023 era de 15.7% con relación al PIB, lo que significa que estamos por debajo de la carga tributaria promedio de América Latina que es de 21.5% con relación al PIB, de acuerdo a informaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Una reforma tributaria, entonces debe ir orientada a aumentar la carga tributaria, para reducir el déficit fiscal, pero en correspondencia con un aumento de la carga hacia el impuesto sobre la propiedad inmobiliaria, sobre todo hacia aquellas propiedades que como resultado del aumento del valor de terrenos y edificios, a partir de inversiones públicas, como avenidas, circunvalaciones, carreras y otras edificaciones con recursos del presupuesto público, ha representado aumento del valor de dichas propiedades hasta mas de un 100% de su valor, por lo que se debe aplicar una tasa de impuesto adicional sobre este incremento de valor influido por las inversiones públicas.
Una reforma fiscal integral, entonces, debe implicar mejorar en cantidad y calidad los servicios y obras que desarrolla el Estado a la vez de reducir el déficit del presupuesto público.
En conclusión, se puede lograr consenso en la sociedad y sus representantes en la medida que se aplique reformas económicas y sociales y en particular una reforma tributaria que contribuya a reducir las desigualdades e impulsar el progreso colectivo del pueblo dominicano.