Hace tiempo que nuestra economía demanda de una revisión de sus estructuras. No hay que ser experimentado economista ni político para saberlo, cuando usted ve constantemente el incremento de los gastos del gobierno sin solución de nada y su necesidad de coger prestado para completar el presupuesto cada ano, a pesar de que no satisface las necesidades de la población.
El presidente reelegido Luis Abinader, prometió con bombos y platillos que el dinero le alcanzaría para solucionarlo todo, antes de ser elegido presidente, pero los ignorantes votantes así le compraron el discurso. La realidad es que la situación ha empeorado con el incremento desorbitantes de los gastos del gobierno, la poca inversión y la enorme suma de dinero prestado que agravan cada vez mas las finanzas del gobierno.
Retos a tener en cuenta:
Nuestra población tiene muchas necesidades. La nación necesita tener mejores diseños del manejo financiero de los pocos recursos que dispone, y no tenemos muchas alternativas como país en desarrollo, con el vecino mas pobre del planeta presionando nuestra economía peligrosamente. La inmigración, el calentamiento global y la obsolescencia de nuestro sistema productivo con mala educación y baja productividad, es una amenaza a la paz social.
Estas circunstancias ponen en peligro el crecimiento que por anos hemos disfrutado. Es urgente dotar a las estructuras económicas y sociales un marco más amigable que no interrumpa el crecimiento y la producción de riquezas que nos sirvan para avanzar con equilibrio hacia una sociedad mas civilizada y con mejores oportunidades para sus ciudadanos.
Las prioridades que ganan confianzas:
Necesitamos una reforma integral con sentido común. Como decíamos, no es solo recaudar dinero. Necesitamos también que los Administradores asuman una responsabilidad y los gobernado, la vigilancia para una mejor administración. No es justo ni correcto, poner en mano del gobierno mas recursos para seguirlo gastando mal sin resultados a la vista. Ese debe ser el primer elemento para satisfacer en una reforma. El Estado debe reducir sus gastos innecesarios, superfluos para ganarse la confianza.
El segundo elemento de sentido común es poner a pagar a todos. Existen muchos sectores que mueven mucho dinero, y ganan dinero, que no aportan o no aportan lo suficiente a la economía, pero interactúan y se benefician en el mismo marco social que lo hacen los que pagamos impuestos. Lo justo y razonable es que el Estado los localice y los obligue a contribuir como todos tenemos la obligación de hacerlo.