Contribuir a las cargas públicas es un deber constitucional de todo ciudadano, pero estos deben ser en proporción a su capacidad contributiva, y a la vez estos sacrificios fiscales han de ser revertidos en protección social, cumpliendo con el principio de universalidad para beneficiar sin discriminación de ningún tipo a todos los ciudadanos y ciudadanas, bajo el criterio de que los recursos humanos constituyen la mayor riqueza de nuestra nación.

Pero, aun así, consideramos que  la equidad debe de prevalecer en el reparto de las cargas impositivas, es decir que cada contribuyente pague lo que le corresponda pagar, lo que está sucediendo en nuestro país que una clase social  asume la mayor parte, y es que la  carga impositiva con lo que están gravadas todas las actividades comerciales en nuestro país es sumamente alta, por lo que esperamos que la reforma fiscal de la cual se está hablando, tomen en cuenta rebajar algunos de los impuestos que hoy en día la clase trabajadora y empresarial están cargando con ella y no aumentar más a esos sectores.

Cuando hablamos de reforma fiscal, estamos hablando de un proceso o una disposición que modifica la legislación impositiva. Al hablar de tributación, se hace referencia a los impuestos que las personas, empresas u organizaciones deben de pagar al Estado por distintos aspectos y por esa razón, quiero llamar la atención de que, de haber una reforma, es con el objetivo de mejorar la calidad de vida de todos los dominicanos y no crear nuevos impuestos que (vaya) vayan en detrimento (a) de la clase trabajadora.

Los impuestos desmedidos y abusivos empobrecen más al trabajador, porque disminuye su capacidad de compra, la economía no avanza y los comercios van desapareciendo, más aún incentivan la evasión, que es el mayor problema que tenemos, porque a mayores impuestos mayor es la tasa de evasión, lo que debemos de hacer es buscar las medidas efectivas de control para evitar este mal.

Estoy muy claro, que contribuir a las cargas públicas es un deber constitucional de todo ciudadano, pero estos deben ser en proporción a su capacidad contributiva, y a la vez estos sacrificios económicos han de ser revertidos en protección social, cumpliendo con el principio de universalidad para beneficiar sin discriminación de ningún tipo a todos los ciudadanos y ciudadanas.

Para que una reforma fiscal sea efectiva debe cumplir por lo menos tres objetivos fundamentales: el primero, sin dudas, fortalecer la capacidad del Estado dominicano para que este pueda llevar a cabo sus objetivos: educación, salud e infraestructura que nos lleven al crecimiento. Segundo, para tener un sistema más justo, un sistema donde paguen más los que ganan más, por tanto, contribuyan más al gasto público.  Y tercero realizar una reforma que nos impulse a ser más competitivos, y eso tiene que ver con tener un sistema tributario más simple, un sistema que le cueste menos a las empresas y a la clase trabajadora. Finanzas para no financieros.