El Ministro de Educación ha acertado cuando plantea concentrar los esfuerzos en lo básico: Que los estudiantes aprendan. De allí deriva mejorar la experiencia en las aulas, como columna vertebral de los esfuerzos nacionales en el contexto del Pacto Educativo. Las reacciones, hasta ahora, han sido ampliamente favorables. Se augura un importante respaldo social, si el Ministro impulsa las reformas necesarias. Desde una perspectiva de gerencia pública, definir con precisión lo esencial de la Misión, el valor de la misma, da sentido y direccionalidad, justifica y da soporte a la planificación y programación y a la evaluación del desempeño, y favorece movilizar las energías de la sociedad. Esperamos que el Ministro Ángel Hernández tenga las oportunidades para impulsar estas ideas.

 

Si la misión del sistema educativo es lograr aprendizajes, la del Sistema Nacional de Salud es producir y reproducir salud, mejor situación de salud. ¿Cuáles de las muchas reformas, decisiones y acciones necesarias producen más valor, es decir, aportan más a la producción y reproducción de mejor salud colectiva e individual?  ¿Cómo medir y monitorear el valor producido? ¿Cómo vincular la inversión y gasto a estos resultados? ¿Cómo movilizar a la sociedad detrás de tales objetivos y no quedar atrapados en intereses particulares? La evidencia muestra que, movilizando la sociedad, pueden lograrse resultados que parecen milagrosos en la salud de las poblaciones. El PLANDES 2015, se propuso la conformación de la “Conferencia por la Salud y Calidad de Vida” como un sistema nacional permanente de monitoreo y evaluación de la ejecución del PLANDES, así como de construcción de consensos y compromisos entre el Estado y la Sociedad en salud, a nivel nacional, provincial y municipal. La experiencia de Brasil ha dado muy buenos resultados.

 

Nuestro Sistema Nacional de Salud, en los términos definidos por la Ley Orgánica 42-01 (Ley General de Salud), comprende el subsistema público y el privado; y el Ministerio de Salud Pública es Rector de todo el sistema, y garante del derecho fundamental a la salud establecido en nuestro marco constitucional.  En el 2005, el MSP formuló una propuesta técnica para la reforma y reorganización del sistema de servicios públicos de salud, basada en Atención Primaria. La Resolución No. 00026 del 08 de diciembre 2014, oficializó el denominado Nuevo Modelo de Atención para todo el Sistema Nacional de Salud, y fue asumido como primera prioridad en el Plan Decenal PLANDES 2006-2015.  En octubre 2018, la SISALRIL presentó ante el Consejo Nacional de Seguridad Social una propuesta técnica factible para la modificación del Catálogo del PDSS, para asegurar el financiamiento, en una fase inicial, de las atenciones correspondientes a la Atención Primaria de la Salud para toda la población y para todo el sistema de servicios de salud (público y privado).

 

Ahora que estamos formulando un nuevo Plan Decenal de Salud (PLANDES 2030), podríamos proponernos comenzar las reformas por lo básico misional, por la mayor producción de valor: Garantizar a toda la población el acceso a los servicios que le permitan proteger y mejorar su situación de salud a nivel personal, familiar y comunitario, reducir así la deuda social acumulada y superar algunos de nuestros vergonzosos indicadores de salud y calidad de vida. Podríamos comprometernos al menos con las metas de financiamiento público directo establecidas en la Estrategia Nacional de Desarrollo promulgada en el 2010; con aprobar en el Consejo Nacional de Seguridad Social la propuesta sobre Primer Nivel de Atención y Atención Primaria presentada por la SISALRIL en 2018, o una mejor. Sobre esa disponibilidad financiera, comprometernos, como país, con un conjunto básico de indicadores “ambiciosos” de salud individual y colectiva para el 2030.

 

Lograr, por ejemplo, que la mortalidad materna baje hasta alrededor de 45 por 100,000 nacidos vivos, y la Neonatal hasta nivel de los países con similar cobertura de atención profesional de los nacimientos; bajar nuestro gasto de bolsillo en salud hasta no más del 15% del gasto total, asegurar que nuestros pacientes crónicos (Hipertensión Arterial, Diabetes y sus complicaciones, etc.) tengan atención integral garantizada, incluidos los medicamentos, laboratorios, etc. sin onerosos copagos. Reducir la prevalencia de sobre peso y obesidad en un 50% y, en consecuencia, la de Hipertensión Arterial y Diabetes; garantizar a quienes sean afectados por enfermedades de muy alto costo su atención integral, sin limitaciones por su capacidad de pago.   Son solo ejemplos de temas misionales con alta producción de valor en salud.

 

Si partimos de cuáles son los principales desafíos para cumplir la Misión, y como incrementar la producción de valor en salud, los esfuerzos técnicos preparativos del Plan Decenal de Salud 2030 podrían concitar gran entusiasmo de los gobernantes y líderes de la sociedad y organizaciones sociales; conformar un movimiento nacional que lleve a puerto las reformas necesarias.

 

Construir un mejor Sistema Nacional de Salud (público y privado) y una mejor salud individual y colectiva no son solo una legítima aspiración ciudadana, sino requisitos esenciales para la gobernabilidad democrática y para una economía saludable y próspera con equidad.