Con mucho estruendo la Directora del programa Supérate, antiguo Solidaridad, anunció que estaban siendo excluidas del dicho programa 50,000 personas por haber cruzado la línea de pobreza.

Junto al presidente Luis Abinader, la incumbente de Supérate, premiaron en un acto a doce mujeres cabezas de familia, que fueron las primeras que entregaron la tarjeta de subsidio en alimentos, por haber salido de su nivel de pobreza anterior y contar ahora con un pequeño negocio que les permite generar sus propios recursos.

En el acto en cuestión el Presidente señaló que no sólo se ha duplicado en su casi cuatro años de gestión los hogares dominicanos que reciben la ayuda, sino también que se duplicó el monto mensual aportado a cada uno de estos hogares de RD$800 a RD$1,600.

Luis Abinader aprovechó el acto para informar que la pobreza monetaria bajó de  7.2% en el año 2019 a 5.3% en el primer trimestre del presente año 2024.

Ante estas declaraciones surgen varías interrogantes:

Si hablamos que la extrema pobreza medida por análisis que hace el Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN) ha disminuido en los últimos cuatro años, ¿esto no resulta una contradicción que se haya duplicado la cantidad de personas que, según los criterios de dicho programa, son escogido para recibir el subsidio por su condición de pobreza?

Otra interrogante es: ¿por qué se celebra el hecho de que se ha duplicado el aporte en pesos que se hace a los beneficiarios de Supérate, si los niveles de inflación han llevado a que el poder adquisitivo o poder de comprar alimentos de esos pesos es prácticamente igual al del 2019, cuando recibían RD$800?

En definitiva la pobreza no se disminuye pura y simplemente porque se duplique o hasta que se multiplique el aporte monetario, sino porque estos recursos se transformen en elevar el nivel de vida de las miembros de los hogares que reciben esa ayuda del Estado, y esto no se ha producido satisfactoriamente con la intervención del programa Supérate, en términos nutricionales, de salud y de la economía familiar.