Recientemente murió en Santo Domingo Leopoldo Franco Barrera. Decidí escribir este artículo para recordarlo como ciudadano virtuoso y profesional probo, eficiente, visionario e innovador. El libro es un compendio de 90 artículos que Leopoldo originalmente publicó en la prensa nacional en un periodo de varias décadas. Dentro de todos los artículos el más audaz es el titulado “Servicio Civil Obligatorio para la Foresta” que inicia con las siguientes palabras: “Tengo personal convicción de que los medios informativos recogen con suficiente amplitud y frecuencia las expresiones de inquietud sobre el oscuro destino de nuestro país en la eventualidad de que no actuemos con la necesaria urgencia en la reparación de los daños que hemos infligido al patrimonio forestal. Es precisamente debido a esta convicción que recurro a este medio para expresar la idea que recoge el encabezamiento de este artículo. No soy un experto en estos asuntos, pero, tengo entusiasta presiones ancestrales que me vienen moviendo en la corriente de opiniones y acciones dirigidas a lograr esa reparación.
En general, creo que es válida la visión del futuro apocalíptico para nosotros tal como ha pasado en nuestro vecino país Haití es la que nos mueve a despertar de ese letargo culpable y que también la hemos asumido por las vistas a las zonas ya deforestadas. Finalmente todo ello motivará a que abandonemos esa timidez en toma de decisiones dirigidas a preservar o mejorar los elementos primarios de soporte a las próximas generaciones tales como energía renovable, agua, alimentación, conservación de suelos, preservación de las cuantiosas inversiones realizadas en las presas y otros aspectos trascendentes.
En días pasados mientras recorría y observaba desde el aire parte de nuestro trayecto en actividades culturales de exploración de las reservas y la observación de los experimentos de fomento de fincas energéticas observé las posibles acciones que nos podrían conducir a impedir la actual tendencia devastadora. Dentro de mis observaciones deben destacarse las siguientes:
El Instituto Superior de Agricultura (ISA) está conduciendo, en una segunda etapa, una valiosísima serie de ensayos para desarrollo y futura reparación de bosques secos con una finca experimental ubicada en Mao. El éxito de sus ensayos con diferentes especies podría resultar en un cambio en las explotación alimentaria tradicional de eficiencia a rentabilidad de estos suelos secos. Este cambio radicaría en el fomento de especies de más alto rendimiento y sobretodo de que se desarrolle una objetiva planificación para el uso racional y renovable de ese recurso, eliminando los hornos de carbonización en todas las regiones del país. Así pues, debe eliminarse el nomadismo carbonero y conuquero.
Especialmente en las lomas de Mariano Chica y en todas las otras zonas al sureste de Villa Altagracia en las cuales no existe ningún control lo que es peor esas zonas son cercanas a un exitoso proyecto de reforestación como lo es el de Loma Novillero si continúa el vandalismo forestal en esa área nos hace presumir que el destino que correría ese gran proyecto sería idéntico al que están sufriendo las inmediatas vecindades que se ven inmensas tumbas de arboles, incendios y numerosos hornos de carbón en febril actividad.
Por otra parte es un espectáculo deprimente ver la deforestación de las lomas de Diego de Ocampo que son hechas a gran altura y que continúan destruyendo toda la foresta a nivel del mar y que pudieran también atacar en futuro cercano el valle mas feraz que tiene la isla, EL Valle del Cibao este deprimente espectáculo se ve agravado a cada instante por la conjunción de la acción negativa de la mano del hombre con gran apetito además con el enriquecimiento ilícito de algunas autoridades y finalmente con la indiferencia y desidia culpable de las autoridades de nuestra sociedad y sus poderes constituidos. Cabe destacar que, la abundancia y estabilidad que se veía hace unos años en los cursos naturales de agua obedecía a un sistema ecológico que ya se ha alterado profundamente y de ese sistema la parte principal era la cubierta espesa de arboles sobre todo los sistemas montañosos. Leopoldo señala que la deforestación no es causada por gran parte de los habitantes de zonas rurales si no, por el nomadismo carbonero y conuquero que debe ser cambiado a pobladores sedentarios.