Más allá de ser una de las mejores propuestas audiovisuales de los últimos tiempos, que les tomo una década a sus realizadores perfeccionar parte de la tecnología que se implementó en ella, más allá de asegurarse varios reconocimientos internacionales en fotografía, vestuario, maquillaje etc., Avatar, el camino del agua es una invitación para un despertar de conciencia en la humanidad.

Y es por ello, que vale la pena disfrutar cuando el mundo del entretenimiento nos regala producciones cinematografíacas que nos ponen a reflexionar. La propuesta continúa consagrando al productor, escritor y explorador de océanos James Cameron, como uno de los mejores cineastas del momento.

Por el gran trabajo investigativo que gira en torno a sus producciones y en este caso, por la belleza épica de la pieza, reflejando la cuidadosa armonía de los elementos que conjuga. El film es una proyección futurista de lo que sucede en la actualidad; donde la destrucción del entorno conduce al ser humano a su propia autodestrucción.

La pelicula te va envolviendo, como si llevara a los espectadores a formar parte de ella. Porque desnuda la realidad de cuales son los valores y principios que deben prevalecer y los que nos permitiran detener el proceso irreversible de autodestrucción del planeta.

La situación actual está llevando al colapso de todo lo existente en nuestro entorno y es provocada por la crisis de la propia existencia humana. Y debe llevarnos a reflexionar sobre la importancia de estar conectados a lo que realmente es transcendental, la naturaleza, principios como la lealtad, la familia, la ciencia, la búsqueda de la espiritualidad- fuera de la religiosidad-.

La película de ciencia ficción nos invita a mantenernos conectados con aquello que aún creemos y es en definitiva, lo que debemos defender. La producción es de muy alta calidad, porque profundiza hacia donde nos dirigimos ocasionando fenómenos que atropellan nuestro entorno. Ella nos invita a tomar acción en el ahora sin procrastinar. Avatar, el camino del agua, quizás fue inspirada en las exploraciones que el cineasta.

Comenzó a realizar en solitario en las profundidades de los océanos hace unos años, pero la verdad es que su busqueda orientada a aspectos en el ambito científico le dieron la oportunidad de recrear en la película la peculiar belleza aún poco explorada de dichas profundidades.

Belleza que solo refleja la necesidad por integrar elementos nuevos en propuestas de ese nivel. Esta plagada de simbolismos ancestrales, siendo el agua el eje central de la producción, que encierra la búsqueda mística de este vital recurso y clave esencial de la propia supervivencia humana en civilizaciones pasadas.

Muestra de esto, la importancia del Tigris y el Éufrates para los sumerios, o el Nilo para los egipcios. Avatar, el camino del agua cumplió su papel ahora y para la futuras generaciones, de llevar al espectador a un mundo repleto de señales que solos las descodifican quienes despierten su conciencia.

Hace tambien una profunda referencia sobre el paso de la muerte como un acontecimiento transitorio, que se encarga de completar un ciclo y no que determina el final. La pelicula es la oportunidad para que las presentes y futuras generaciones comprendan que en el universo todo ciclo se cumple.