¿Qué es un reductor de velocidad?  Son dispositivos que se construyen o instalan sobre la superficie de rodadura de una vía, para obligar a los conductores a disminuir su velocidad de circulación mediante deflexiones verticales, vibración, sonido o efecto visual, con la intención de reducir el riesgo potencial de accidentes de tránsito.

Los reductores de velocidad pueden presentar muchos riesgos, salvo que sean empleados con extrema cautela y ciñéndose en forma rigurosa a las normas que rigen su instalación.  Ha llegado el momento de crear unas normas y retirar todos los sistemas colocados en forma arbitraria que, aparte de destruir los vehículos y maltratar a las personas, no sirven para nada.  Los reductores modernos están diseñados para no molestar a los conductores que los pasen a las velocidades reglamentadas y para no destruir sus vehículos.  La mayoría de los actuales, aunque se pasen a 5 km/h, destrozan a todos, personas y vehículos, pues son unas boyas que no se pueden colocar en forma transversal en las  vías.

A continuación se detallan las características de los reductores de velocidad más utilizados a nivel internacional, distinguiendo entre los utilizados en zonas urbanas (resaltos) y los utilizados en vías con velocidades iguales o superiores a 60 km/h.

REDUCTORES PARA ZONAS URBANAS:

  1. Resalto circular o sinusoidal (speed hump). Son los reductores de mayor uso en zonas urbanas y se les conoce comúnmente como “policías acostados”.  Estos resaltos, que son los más coercitivos, deben cumplir ciertas normas técnicas de diseño geométrico, ubicación y capacidad estructural, con el único objetivo de obligar a los conductores a mantener el límite de velocidad establecido. Se colocan ocupando todo el ancho de la calzada

No podrán instalarse resaltos de este tipo en los siguientes casos:

  • En autopistas, carreteras de cuatro o más carriles o en vías cuyas velocidades máximas permitidas sean iguales o superiores a 60 km/h
  • En puentes o túneles, y en los 25 m anteriores o posteriores
  • En tramos con pendiente de la vía antes del resalto mayor del 5%
  • En tramos de vía donde la geometría pueda afectar la visibilidad del conductor, tales como curvas horizontales y verticales
  • En inmediaciones de edificaciones destinadas a la prestación de determinados servicios, tales como bibliotecas, instalación médico-hospitalaria, etc. etc.

La geometría de este tipo de reductores será un segmento circular, sinusoidal o parabólico, con una altura de 10 cm y una longitud entre 3 y 4 m. Los antiguos policías acostados (speed bump), tenían una longitud inferior a 1 m.

  1. Resalto con cruce peatonal (Flat top speed hump). Deberán tener una sección transversal trapezoidal, con una zona elevada y dos partes en pendiente, llamadas rampas.  La longitud de la zona elevada será de entre 3 y 4 m y su altura  de 10 cm, situando en ella el paso de peatones. La longitud de las rampas será entre 1 y 2.5 m (1 m para zonas con limitación a 30 km/h, 1.70 m para limitaciones de 40 km/h y 2.50 m para velocidades de 50 km/h). Estos resaltos se colocan en todo el ancho de la calzada.
  2. Resalto tipo cojín (speed cushions) y resalto speed kidney. Son resaltos especiales, cuya utilización responde a la necesidad de crear dispositivos que obliguen a disminuir la velocidad sin afectar la seguridad y comodidad de los usuarios. Se deben instalar en cada carril, en forma individual o en serie y dependiendo del ancho de la calzada, se podrán definir distintas configuraciones. El primero tuvo su origen en el Reino Unido y el segundo en España. Su utilización no está muy extendida.

Hasta hace pocos años se utilizaban unos resaltos muy restrictivos (speed bumps), pero en la actualidad todas las normas de Europa y América no los contemplan.  En nuestro país, todos los que no se han realizado con boyas están hechos con resaltos de los antiguos, por lo que incumplen los reglamentos vigentes a nivel internacional.

REDUCTORES PARA VÍAS DE VELOCIDADES IGUALES O SUPERIORES A 60 KM/H:

  1. Bandas con espaciamiento logarítmico. Son demarcaciones sobre la superficie del pavimento que generan un efecto óptico en el conductor de que su vehículo se acelera.  Se colocan transversalmente al eje de la vía y solo deberán abarcar el carril o los carriles de un mismo sentido de circulación.  Serán siempre de color blanco reflejante de 30 a 60 cm de ancho.

Las líneas se distribuyen obedeciendo a un espaciamiento logarítmico y la distancia longitudinal, y el número de líneas requeridas, será en función de la diferencia entre la velocidad de proyecto y la requerida en el punto de restricción.

  1. Bandas transversales de alerta. Son bandas complementadas o realzadas con botones (estoperoles), los cuales, mediante una ligera vibración, transmiten a los conductores una ilusión óptica y acústica que permite anunciar la llegada a un lugar que requiere reducir la velocidad (cruce con otra vía, caseta de cobro de peaje, entrada a zona urbana, etc.).  La forma del botón (estoperol) es la de una sección de esfera con una altura máxima de 2 cm.

Algunas normas internacionales  contemplan parejas de bandas de 50 cm. de ancho, espaciadas entre sí 0.5 m, y separadas en progresión logarítmica.  En Europa la altura de los resaltes suele ser inferior a 1 cm, mientras que en varios países de América del Sur sus normas permiten resaltes de 2 cm,  pudiendo llegar en ocasiones especiales hasta 3 cm.

Existen unos dispositivos de concreto armado y corrugado, construidos a nivel del suelo, con una longitud de alrededor de 5 m, que causan trepidación y ruido, los cuales transmiten a los ocupantes del vehículo una pequeña molestia cuando se pasan a más velocidad de la adecuada. Su uso está poco extendido.

Considerando todo lo anterior, queda claro que los reductores de velocidad colocados por el MOPC en las calzadas de ciudades y carreteras del país están muy lejos de cumplir normas internacionales.  Incluso, las normas de Colombia, Paraguay, Argentina, Manual Centroamericano de Dispositivos Uniformes para Control del Tránsito, etc., dejan claramente establecido que las “boyas” colocadas en nuestras vías se pueden utilizar para canalizar el tránsito, especialmente para bordes de isletas, pero nunca deberán ser utilizadas como reductores de velocidad.  Aparte de producir rotura de las telas internas de los neumáticos y averías de los componentes del tren delantero de los vehículos, son altamente riesgosas y deslizantes para motocicletas.

Considero que llegó el momento de modificar todos los reductores de velocidad de las ciudades a resaltos modernos (speed humps), y en las carreteras elegir cualquiera de los sistemas utilizados internacionalmente, sin que ninguno de los elementos sobresalga más de 2 cm por encima de la superficie de rodadura de la vía.03