Cada vez más toma impulso el proyecto de reducir la jornada laboral en los Estados Unidos. El senador de Vermont, Bernie Sanders, presentó una propuesta de ley con la que busca establecer que sea de 32 horas semanales y no de 40. De la misma manera, varios países de Europa, Latinoamérica y Asia se preparan para dar este gran salto que busca optimizar la calidad de los empleados.

El origen de las 40 horas surgió bajo la presión de la revolución industrial, en el 1817 cuando Robert Owen conceptualizo la jornada laboral de ocho horas. Más tarde, en el 1886 La Federación de Oficios Organizados y Sindicatos de Illinois, sugirieron trabajar dicho periodo. En la actualidad, la reduccion de la jornada ha sido amparada por Francia, Irlanda, Bélgica, países bajos, Noruega que la tienen de 37.5 horas.

En la región, Colombia introdujo el proyecto de ley en el 2021, Chile pretende reducidla de 45 a 40. México el 48 a 40. La República Dominicana inicio un proyecto piloto. Así como Ecuador y Perú. Pero existen varios motivos y controversias sobre la flexibilidad laboral de que mueven a ciertos sectores a la solicitud de la reducción del tiempo que los empleados pasan en el trabajo; desde excesivos niveles de estrés y otras enfermedades asociadas a este; provocados por la presión estandarizada de los países industrializados.

Así como, la falta de un consenso de La Organización Internacional de Trabajo, (OIT) de formular una propuesta general que promueva la reduccion; por encima de la recomendacion 116 y el convenio 47, “que establecen la semana de 40 horas de trabajo como el escenario ideal y que abordan los elementos a considerar para reducir la jornada”. Entendiendo que en esta era moderna la productividad no es sinónimo de cantidad; sino de calidad.

Las naciones con mayores hora a la semana, tienden a desarrollar mayores padecimientos de salud. Ejemplo, Japón y Corea por las muertes por exceso de trabajo. En en mismo contexto 2016, Swiss Bank UBS publicó un análisis de “71 ciudades que mostraban a Hong Kong con un promedio de 50,1 horas semanales de trabajo”. Cuando antes de la pandemia del Covid-19, las empresas habían adoptado el trabajo remoto (desde la casa).

Y se han visualizado importantes niveles de optimización laboral, trayendo, en consecuencia, mayor crecimiento y competitividad; en material de oferta y demanda. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “El aumento más significativo del teletrabajo tuvo lugar en los países más afectados por el virus y en los que el teletrabajo estaba bien desarrollado antes de la pandemia” Por tanto, no se está hablando de algo nuevo, ya que el el trabajo remoto están contemplados en el Convenio 177 de la OIT (1966). En ese mismo orden, la globalización ha producido un fuerte impacto en la vida de las economías y de las personas, llevando a las empresas a pensar en los costos de producción, pero también en la calidad de la vida de los empleados, al abogar por el bienestar emocional de quienes trabajan, honrando la memoria de los obreros de la primera mitad del siglo XIX y sus luchas.

De manera que, adaptar la jornada laboral a estos tiempos es importante, especialmente donde la productividad es directamente proporcional a la calidad mental de los trabajadores y sus familias. La prouesta del senador Senador es progresista, porque piensa en los trabajadores.