El Núcleo de ingenieros químicos del CODIA y la Escuela de ingeniería química de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura (FIA) de la UASD  se vistieron  de gala  el  cuatro de julio del 2023, en ocasión de celebrar el día del   ingeniero químico dominicano rindiendo tributo a un puñado de  hombres y una mujer: que tuvieron el coraje y la visión de ser los primeros dominicanos, por nacimiento o adopción, que se atrevieron a dar un salto a lo desconocido cuando tomaron la decisión de estudiar la carrera de ingeniería química, una profesión desconocida en los países no industrializados, como era el nuestro todavía en las primeras seis décadas del siglo pasado.

Los nombres de los ingenieros químicos que fueron declarados por el CODIA y la UASD como “Pioneros de la ingeniería química en la Republica Dominicana” son: Agustín Abreu Núñez; Mario Cabrera Morin (f); Héctor Donastorg, Padre (f); William Rafael Jerez (f); Víctor Manuel Feliz Pérez; David Massalles Lafulla (f); Juan Luis Marte Marión; Ana Ilse Mena; Carlos Morales Troncoso (f); Horacio Ramírez Almanzar; Néstor Rodríguez Silberberg y Juan Bautista Vicini Cabral (f). Ellos, no solamente fueron los primeros ingenieros químicos dominicanos, sino que también, cada uno dentro de su ámbito, tuvo una carrera excepcional, por todo lo cual merecen el reconocimiento que hoy se les otorga.

Para entender la trascendencia de este homenaje se tiene que señalar que la ingeniería química es una de las ramas de la ingeniería más reciente, y la menos conocida en el país. Esta profesión surge a finales del siglo XIX simultáneamente en Inglaterra y Los EE. UU, dos naciones que despuntaban como líderes de la revolución industrial iniciada a mediados del siglo XVIII.

El punto de partida de la revolución industrial lo constituyo la invención de la máquina de vapor, seguido con la mecanización de la industria textil, el mejoramiento de la técnica para obtener acero a partir de los minerales de hierro y los grandes desarrollos científicos, fruto de las investigaciones en el campo de la física, la química y la biología que dieron lugar a la producción a escala industrial de centenas de productos cuya elaboración implicaba transformaciones físicas, químicas y biológicas, en ese escenario los fundamentos de la ingeniería civil, ingeniería mecánica, los conocimientos de física o de química, cada uno de forma aislada, no eran suficientes, para dar solución satisfactoria a la producción industrial.

“Fue así que George Davis -profesor en el Manchester Technical College- acuña el concepto de ingeniería química y escribe el primer texto de esta disciplina en 1901. Pocos años más tarde en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MTI) los profesores Walker, Lewis y McAdams le dan forma al concepto de operaciones unitarias, que permite unificar -a la vez que dar sustento científico y leyes generales- tan diversas operaciones y procesos. Es válido decir que el progreso de la química industrial no habría podido continuar sin esta visión unificadora y generalizadora que le da la ingeniería química2.

En la República Dominicana la Ingeniería Química se conoció muchos años después de estar consolidada en el mundo industrializado y en algunos países de Latinoamérica; es entendible que así ocurriera, dado que las primeros vestigios  de industrialización en el país, surgen con la mecanización de la producción azucarera en la última década del siglo XIX  y no es hasta casi la mitad del siglo XX, cuando el régimen de Trujillo promueve la instalación en el país de cerca de una decena de plantas industriales relacionadas con el quehacer de los ingenieros químicos.

Ese incipiente desarrollo industrial dominicano, induce a que arriben a nuestro territorio algunos profesionales foráneos con formación en ingeniería química, tal es el caso de un joven español en ese entonces, David Masalles Lafulla, quien viene por primera vez al país en 1955 contratado por Instituto Politécnico Loyola de San Cristóbal con la responsabilidad de instalar los laboratorios de ciencias agrícolas de esa institución. Luego el profesor Masalles pasó a formar parte del cuerpo docente de la recién creada Facultad de Ciencias de la Universidad de Santo Domingo y fue inspirador y mentor de otro de los pioneros hoy reconocidos, el INQ Juan Luis Marte Marión. El profesor Masalles abandonó al país en 1960, poco antes del ajusticiamiento de Trujillo y regresó en febrero de 1965 y desde ese momento hasta la hora de su deceso en 1977 tuvo una fructífera labor como profesor de la Facultad de ciencias de la UASD donde enseñaba Fisicoquímica, asignatura fundamental para la formación de los ingenieros químicos. David Masalles en el año 1957 formuló, a petición del gobierno de Trujillo, el proyecto para la instalación en la República Dominicana  de un Instituto Químico Industrial, un proyecto completo de carrera universitaria con planes docentes, características del profesorado y plan de implementación, incluía también los planos constructivos muy detallados de un futuro edificio, pero nunca se ejecutó esa idea, por eso la carrera de ingeniería química en el país tuvo que esperar hasta el año 1966 para iniciarse. Por todo lo dicho, David Masalles es un pionero de la ingeniería química de la República Dominicana.

El primer dominicano, aunque nació en Italia, que obtuvo un grado de Ingeniero Químico fue Juan Bautista Vicini Cabral, quien se graduó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en ingles) en 1946. Don Gianni, como le decían sus amigos, lideró los negocios de la familia Vicini en su tercera generación por más de 50 años. Fue el responsable de sentar las bases para transformar tecnológica y administrativamente al Grupo VICINI, convirtiendo a este grupo en uno de los consorcios líderes de la producción azucarera y otros negocios del Caribe y Centroamérica.

Tuvieron que pasar once años para que otro dominicano se graduara de ingeniero químico, le correspondió a Héctor Donastorg que, al igual que Juan Bautista Vicini Cabral, tenía relación con la industria azucarera, Donastorg nació en el Ingenio Angelina de San pedro de Macorís y era hijo del ingeniero de planta Fausto Donastorg. Héctor Donastorg obtuvo su grado de ingeniero químico en la Universidad de Michigan en el año 1957 y tuvo una larga y fructífera carrera en trabajos de diseño e instalación de decenas de plantas químicas en el país y en el extranjero.

Otro de los ingenieros químicos pioneros es Carlos Morales Troncoso (1940-2014), nacido en Santo Domingo, más conocido por su carrera política que por profesión de ingeniero químico e ingeniero azucarero, grados que obtuvo en la Universidad Estatal de Luisiana (LSU por sus siglas en ingles) en los años 1962 y 1963 respectivamente. La profesión de ingeniero químico del Ing. Morales Troncoso, fue totalmente desarrollada en la industria azucarera, específicamente en el consorcio de la Gulf and Western Américas Corporation, actualmente Central Romana, de la cual fue presidente y formó el Consejo Estatal del Azúcar de la Republica Dominicana del cual fue presidente.

Juan Luis Marte Marión es un pionero cuya vocación por la ingeniería química no nace, como algunos otros por su vivencia en la industria azucarera, sino por la influencia de su mentor y maestro en el Instituto Politécnico Loyola de San Cristóbal, el ingeniero David Masalles, un brillantísimo ingeniero químico que indujo al maestro Marte Marion a estudiar esa carrera el Instituto Químico Superior de Sarria, Barcelona, donde obtuvo su grado en el 1962. Marte Marión desde su regreso al país el 20 de diciembre de 1962 hasta su retiro en el 2015 tuvo una muy exitosa carrera profesional, ora en el sector público, ora en el sector privado y como emprendedor. El maestro Marte Marión tiene entre sus méritos profesionales la gestión de la Ley 299 de incentivo industrial del año 1966.

Mario Cabrera, también pionero, fue un reconocido líder empresarial dominicano graduado de ingeniero químico en el año 1957 en el Colegio Loyola de la Universidad de Montreal, hoy Concordia University.

El ingeniero químico Mario Cabrera fue secretario de la Cámara Oficial de Comercio Agricultura e Industria del D. N; presidente de la Fundación Dominicana de Desarrollo; Presidente de la Asociación de Industrias; Presidente del Consejo Nacional de Hombres de Empresa y Miembro del Consejo de Directores de la Corporación de Fomento Industrial.

Se destacó como un alto ejecutivo de las empresas Industrias Lavador y Casa Vitienes. Asimismo, participó activamente en organizaciones empresariales y educativas, llegando a ocupar la presidencia de la Asociación de Industrias y del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP). Además, formó parte del consejo directivo de EDUCA, del consejo de directores del Grupo BHD, así como del directorio de Financiera Dominicana y la Corporación de Fomento Industrial.

Mención aparte entre los pioneros de la ingeniería química en la República Dominicana merecen los que podemos denominar el grupo de Monterrey. Este grupo surge de un proyecto para formar cuadros técnicos que estuvieran en capacidad de contribuir con los objetivos plasmados en  los planes de desarrollo del país,  iniciativa está  que nació en la Corporación de Fomento Industrial, una institución autónoma y descentralizada del Estado Dominicano creada en virtud de la Ley No.5009 de fecha 19 de mayo de 1962, cuya finalidad era administrar los bienes y capitales de las empresas que estuvieron en manos del dictador Trujillo y confiscadas por el Estado poco después de su ajusticiamiento.

Como parte del proyecto de formación de recursos humanos, citado en el párrafo anterior, se creó un programa de becas para estudios en el exterior, para ello se identificaron y reclutaron decenas de jóvenes promesas de diferentes provincias del país para enviarlos a estudiar en varias universidades del extranjero, una de las academias seleccionadas fue el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Bajo esas circunstancias, entre los años 1962 y 1963 fueron a estudiar ingeniería química allí cinco de los pioneros hoy reconocidos, son ellos: Agustín Abreu, William Jerez, Ana Ilse Mena, Víctor Feliz Pérez y Horacio Ramírez. Ellos se graduaron de ingenieros químicos entre los años 1966 y 1967. Cabe decir que la cosecha que se obtuvo de esa cepa fue de una calidad fuera de serie. Por razones de espacio y tiempo, no vamos a leer la reseña biográfica que preparamos de cada uno de ellos, pero lo que le puedo adelantar que todos tuvieron un ejercicio profesional sobresaliente, destacándose unos en la industria de alimentos, otros en la gestión bancaria para el financiamiento de proyectos industriales, los demás en la carrera académica y otras áreas diversas. La totalidad del grupo de Monterrey ejerció la docencia, unos a tiempo parcial y otros a tiempo completo, en la escuela de Ingeniería Química de la FIA de la UASD, creada por el Consejo Universitario de la UASD, mediante la Resolución No. 66-145 del 26 de mayo de 1966, los primeros estudiantes de la nueva carrera comenzaron a recibir clases en el mes de julio de ese año. Victor Feliz Pérez fue el primer director de la escuela de Ingeniería Química y aún se mantiene activo en las labores docentes.

El más joven de todos estos pioneros es Néstor Rodríguez es graduado   con honores de Ingeniero Mecánico de la Universidad de Puerto Rico en Mayagüez (1970), así como una maestría en Ciencias de la Ingeniería Química de la Universidad de Purdue University (1972), en Lafayette, Indiana, Estados Unidos.

 

El Ing. Rodríguez trabajó por más de cuarenta y cinco años para Shell Oil Company en Refidomsa en República Dominicana y durante tres años en Shell Australia. En Refidomsa, Néstor se desempeñó como Ingeniero de Procesos, Coordinador de Planificación, Gerente de Mantenimiento, Gerente de Ingeniería, Gerente de Operaciones y Director Técnico, retirándose como Gerente General en agosto 2021. Simultáneamente a sus labores gerenciales, Néstor se mantuvo durante 50 años como profesor de la Escuela de Ingeniería Química de la FIA de la UASD.

 

Después de este breve paseo para auscultar las vidas y obras de estos doce pioneros, no nos queda ninguna duda que merecen este alto reconocimiento, no solo por ser los primeros, sino porque a través de sus vidas ejercieron su profesión con desempeño sobresaliente, fueron y son ciudadanos ejemplares y sirvieron a su país poniendo su talento para contribuir a tener una mejor nación.

 

*Freddy Lara es ingeniero químico y presidente actual de Consejo de Dirección del Núcleo de ingenieros químicos del CODIA