A nivel global se muestran tendencias de tipo sociopolíticas y económicas, que definitivamente conviene seguir de cerca. Podríamos señalar: la búsqueda de la sostenibilidad frente al cambio climático, los cambios radicales por la tecnología digital, el hecho de que la población se hace más longeva, las repercusiones geopolíticas de las potencias emergentes, la globalización, innovaciones a nivel de la salud integral, incremento en la desigualdad socioeconómica, entre otras.
Pero existen otras tendencias que vemos manifestarse a nivel individual o micro social, en nuestras vidas diarias, habiendo aspectos que debemos tomar en cuenta. Ya no tanto como funcionarios, comerciantes o profesionales, sino como seres humanos que somos.
Normalmente siempre ha existido la brecha generacional, sin embargo, en la actualidad es más notoria ante los vertiginosos cambios que está experimentando nuestra civilización. Sin embargo, cuando ponemos de nuestra parte, podemos disponer de una infinidad de recursos para facilitar nuestro proceso de adaptación a muestro mundo tan cambiante. Pero es necesario estar consciente de que requiere de un esfuerzo adicional.
A los nacidos después del 1977, se les ha llamado la generación “bisagra”, por ser la que ha experimentado estos cambios tan drásticos. Algunos cambios que estamos viviendo podría parecernos que siempre han sido así, pero son mucho más recientes de lo que a veces creemos.
La mujer hace apenas un siglo: tenía dificultad para poder estudiar de igual forma que el hombre, no era bien aceptada en el mercado laboral, dependía totalmente del hombre y ni siquiera tenía derecho al voto. Los cambios sociales no son repentinos o inmediatos, por lo que, si bien una mujer de hace un siglo se impresionaría al ver los cambios actuales, todavía hay grupos humanos que están notoriamente rezagados en ese proceso de igualdad de género. No obstante, hoy en día tenemos mujeres en cualquier nivel académico o empresarial, e incluso naciones han elegido a mujeres como gobernantes. Y aunque normalmente vemos quejas y protestas por las desigualdades, evidentemente la mujer está gozando de privilegios que durante miles de años ni siquiera soñó que podría tener. Hace tres o cuatro décadas, era muy difícil ver películas en las que la mujer fuera la heroína y ahora es cada vez más común.
Lamentablemente los hombres mediocres tienen dificultad para aceptar el empoderamiento de la mujer, llegando hasta la violencia de género al no poder adaptarse al cambio. Aunque evidentemente, dicha violencia es una patología que amerita enfoques multifactoriales, con componentes tanto individuales como sociales. Ahora la violencia de género es menos frecuente, porque cada vez estamos más alertas y avanzando hacia la tolerancia cero.
A nivel espiritual, se cultivaba el sufrimiento redentor como una opción muy loable. Así la idea de sufrir por amor, autoflagelarse, anularse, disponerse a vivir en condiciones miserables, etc., todas eran prácticas que se consideraban hermosas y meritorias. La juventud actual es incapaz de comprender la racionalidad detrás de esas prácticas y normalmente las iglesias tienen ahora otro enfoque, que en vez de incentivar que cultives méritos conformándote con una vida desgraciada, te esfuerces por lograr una existencia positiva y que más bien aporte a los demás. Lo que antes se denominaba entrega y sacrificio, moviendo a las personas a mostrarse en un perfil incluso inferior a su realidad, hoy en día se denomina victimismo y masoquismo. Actualmente a nadie le interesa que usted sufra terriblemente, sino que se desarrolle, sea feliz y contribuya a construir un mundo mejor.
En la Edad Media el conocimiento estaba subvalorado, de manera que, un intelectual o sabio, tenía dificultad para abrirse camino en la vida. Pero si además de tener un prodigioso cerebro era mujer, a no ser que se mantuviera en muy bajo perfil, habría sido quemada por bruja.
Hoy en día, podemos notar como los mayores intelectuales de la humanidad no sólo no son quemados ni perseguidos, sino que son admirados y bien remunerados, salvo que presenten deficiencias graves en su inteligencia emocional. Estamos en la era del conocimiento y la comunicación, y el conocimiento se desarrolla a tal velocidad, que ninguna persona por sí sola puede dar seguimiento a los cambios que surgen, por lo que solamente en la medida en que estamos interconectados es que podemos entre todos, mantenernos integrados a ese tren en movimiento. Recursos como los medios de comunicación, Internet y la Inteligencia Artificial, resultan indispensables para poder darle seguimiento a la evolución global. Tus ojos pueden decirte lo que pasa en tu barrio, pero solamente tu inteligencia debidamente conectada a los medios de comunicación es la que te puede orientarte sobre lo que está aconteciendo en todo el Mundo y a todos los niveles.
Estamos en la era del conocimiento y éste se desarrolla de forma exponencial, siendo nuestra inteligencia la facultad que más requerimos ejercitar. La forma ideal de enfrentar los cambios no es lamentándose, sino activando nuestro poder de adaptación, para lograr las mejores condiciones en las circunstancias que nos toque vivir, siempre recordando que la Tecnología es un medio y no un fin.