Si deseamos pasar por este calvario de luchas constantes que es la vida, les voy a dar un “recetario” para lograr pasar al “más allá” “intactos” y sin ninguna cicatriz o magulladura.
Pongan atención y sigan al pie de las letras estos secretos recopilados de una larga lista de “sabios” de antaño y de todos los rincones del planeta.
No duerma nunca con una sola almohada, si lo hace, su vida no será distinta a los demás habitantes del planeta. Tiene que dormir con ¡siete almohadas! Cual, si fuera un maharajá, ¡como yo! Y sentirá como todo cambia en un acto de magia.
Nunca salga de su casa de frente, tiene que salir de espalda y así las vibraciones negativas que andan por la calle no entraran a su casa y su “matrimonio” se mantendrá estable… y feliz.
Si quiere dinero, súbase al techo de su casa en una noche despejada y de luna llena. Lleve una tinaja de agua y completamente desnudo pegue un grito de tarzán que despierte a los vecinos mientras se vacía con la bacía toda el agua.
Para el estrés agarre por la cola a una serpiente y antes que lo muerda dele vueltas como si fuera el aspa de un helicóptero. A la quinta vuelta la suelta y si no está mareada usted no tendrá jamás de que preocuparse.
Si se encuentra en una misma noche con tres gatos negros y uno blanco andando juntos, corra a comprarse la lotería porque es un seguro ganador.
Si no es correspondido en el amor, esta es la más fácil, cuele café negro con miel de reina. Cuando lo bata no le aparte los ojos, quítese la ropa sin dejar de ver el café y póngasela otra vez. Si logra que, el o la, incúmbete sé dé un traguito… Usted dormirá esa noche acompañadito…
Para espantar a los hijos de la casa porque ya están grandes y encima no hacen nada, vaya al hormiguero más cercano de su casa, con una pala levántelo de raíz y llévelo al hormiguero más lejano y colóquelo encima. Los muchachos recogerán su ropa ese mismo día.
Esas libras de más se van con subirse a un árbol de guanábana y coger tres de las hojas más altas. Se hace un té, que no se toma, solo lo deja en la puerta trasera de la casa y así como se irá esfumando se esfumaran sus libras.
Para las libras de menos, se hace el procedimiento al revés. Se coloca la tasa vacía del té en el piso del patio y con la primera lluvia de mayo se espera que se llene y se recogen las primeras hojas del mismo árbol. Se calientan y se lleva la tasa al frente hasta que se seque.
Como ven, hay muchos “trucos” que nos facilitarían la vida si tan solo los conociéramos. Solo hay que leer un poquito más y “descubrir” toda la magia. La lista es larga, así que les daré unos cuantos más.
Para que nos olviden, tomamos una fotografía de cuerpo entero de nosotros y la sembramos en un ladito de la glorieta del parque del pueblo, si no vive en un pueblo, pues se busca uno. La foto tiene que enterrarla de espalda y algo profundo, ya que, si alguien la encuentra, volverá esa persona no deseada a deambularnos.
Si no está cayendo bien en su trabajo a alguno o todos de los compañeros, váyase a la playa y cómase un racimo de uva de playas moradas. Y llévese otro de las verdes a su trabajo. Allí las coloca en su gaveta y cuando maduren, todos le adoraran.
Para “posponer” las enfermedades es preciso tomarse en las mañanas un vaso lleno de “jagua”, no sé cómo se llamará en otros lugares, pero por ahí averigua. Se toma este jugo en ayunas y verá más atardeceres que cualquiera.
Para concluir, ya que me está dando sueño, precisamente si quiere dormir como un lirón, coloque sus dos palmas de las manos detrás de su cabeza, recostado y boca abajo por cinco minutos. Luego se da vuelta y se coloca las siete almohadas como mejor le asienten.
La vida es un juego de aptitudes y “actitudes” usted decide como se dejará sugestionar para “intentar” vivirla mejor. Mientras se crea las “posibilidades de las cosas” seguro le servirán para vivir mejor.
Total, esto es un sueño inconcluso, un pataleo al aire que nos da vida y que no nos enseña… como vivirla. La receta a la eternidad constante de placer, amor y vida se encuentra paradójicamente en su contrario, la muerte. Lo demás son ¡pendejadas! ¡Salud! mínimo caminero