El ser humano de manera intuitiva  y espontánea siempre tiende a recordar y revisar el pasado reciente, como si quisiera con ello enmendar errores o afianzar aciertos, con la finalidad de tratar de predecir algunas situaciones futuras.

 

Es por ello que casi siempre al finalizar un año examinamos con carácter crítico los hechos y situaciones de más relevancia ocurridos en ese lapso, para tratar de  tener alguna percepción de lo que pueda ocurrir en el futuro cercano.

 

El año que está por concluir ha sido un año de muchas situaciones inquietantes que influyeron de manera muy destacada en los aspectos políticos, económicos y sociales de nuestro país. El mundo de hoy, caracterizado por la velocidad de las informaciones y la interrelación  entre los países del mundo se vió sacudido por la pandemia, generada por la covid-19, que transformó el estilo de vida de sociedades que se caracterizaban por la rigidez de sus costumbres.

 

Nosotros los dominicanos no fuimos la excepción; el  2022 estuvo marcado por la presencia generalizada de la covid-19, lo que obligó a que el Estado se viera obligado hacer asignaciones de recursos muy elevados para enfrentar esa pandemia.

 

Debemos reconocer que los sectores públicos y privados se manejaron de manera extraordinaria para enfrentar esa preocupante situación. Los programas de vacunación aun con el cuestionamiento de una minoría, fueron ejecutados con éxito disponiendo a tiempo de las vacunas necesarias, y la ciudadanía acudiendo a los centros de vacunación, y cumpliendo con todas las indicaciones sanitarias ordenadas por las autoridades de salud.

 

Nadie puede negar que fue una labor titánica en la cual se pusieron a prueba las capacidades y responsabilidades de todos los componentes que integran nuestro país; gobernantes y gobernados cumplieron con su papel.

 

Otra situación exógena que influyó notablemente sobre nuestro país fue la invasión de Rusia a Ucrania, situación que generó el alza desmedida de muchos productos de importación, que    como consecuencia elevaron la canasta familiar. No obstante, la aplicación de ciertas medidas económicas (como el subsidio de los combustibles) lograron mantener ciertas estabilidades en los productos de primera necesidad, evitando así intranquilidades sociales que siempre afectan el normal estado de una sociedad.

 

Es necesario destacar que el turismo, sector determinante en nuestra economía, a pesar de esa situación conflictiva, fue manejado de manera adecuada, manteniéndose abiertos los hoteles del país utilizando con regularidad la empleomanía que genera, y lo más importante, manteniéndose y aumentado la cantidad de turistas que nos visitaron.

 

Como si todo lo antes dicho fuera poco, sufrimos las embestidas del huracán Fiona en el mes de septiembre del año por finalizar, dejando cuantiosos daños en las zonas Este y Nordeste del país; como es de suponer, nos afectó notablemente en lo relativo a las viviendas y a la agricultura, con irreparables pérdidas de productos agrícolas, situación que puso a prueba la solidaridad  y vocación de servicio de los dominicanos. Nuestros gobernantes actuaron con presteza para acudir en auxilio de las zonas más afectadas, realizando un proceso de recuperación en corto tiempo de situaciones indispensable para el diario vivir de todos y cada uno de los dominicanos.

 

Los sectores gubernamentales y privados aunaron esfuerzos dando demostraciones evidentes de que el país estuvo y está   por encima de los intereses de grupos y de particulares; la solidaridad encontró expresiones tangibles en aquellos casos de familias que lo perdieron todo y recibieron la ayuda humanitaria sin ningún tipo de requerimientos para acudir en su ayuda.

 

Los dominicanos, desde el más encumbrado hasta el más humilde, dieron pruebas inequívocas de su amor al prójimo.

 

Esos hechos: pandemia covid-19, Guerra Rusia y Ucrania, Huracán Fiona; sin lugar a dudas alteraron la tranquilidad y el sosiego de nuestro país.

 

Con el resumido comentario que hemos hecho, nos permite afirmar que el año 2022 puso a prueba nuestras capacidades para superar dificultades, y salimos airosos fundamentalmente porque todos actuamos con un criterio de amor a la patria y ejerciendo las virtudes humanas que siempre nos han caracterizado como país.

 

El próximo año 2023 está por llegar, las suaves brisas que identifican el fin de año se sienten en todo el territorio nacional y la alegría característica se hace notar en las acciones y los rostros de cada uno de los dominicanos. El año por entrar habrá de ser un año de importantes y determinantes realizaciones que nos sigan enrumbando por el sendero del progreso y desarrollo.

 

Nuestras tradiciones religiosas y culturales se exhiben con un esplendor inusitado, como queriendo recoger todas las alegrías que no pudimos disfrutar en años anteriores. Existe entre nosotros la vieja tradición  de que el año nuevo siempre traerá cosas nuevas para producir entre nosotros alegría y felicidad y eso nos hace ver el 2023 cargado de optimismo. Si sufrimos tanto en el 2022 de seguro el Divino Creador habrá de premiarnos por nuestras actuaciones y permitirnos que el 2023 sea todo lo contrario a lo que en el pasado sufrimos y habrán de llegar los momentos en que podamos vivir con tranquilidad y sosiego y disfrutar en la búsqueda constante de ansiado bien común.

 

¡Felicitaciones por el nuevo año, que Dios derrame bendiciones y proteja a todos y cada uno de los dominicanos!