Rafael Chaljub Mejía es un escritor que ha decidido hacer de su vida, la política y la cultura del país las materias de sus obras, que ya son numerosas. Es un escritor incansable en un lenguaje subversivo por propio y original. José Rafael Lantigua lo ha bautizado como “escritor de raíces”.

“Tengo en Rafael Chaljub Mejía a un escritor de raíces, telúrico, cuya escritura nos contacta con la tierra ancestral -madraza del vivir y su didáctica- y nos introduce en el cultivo de la heredad latente que la vida, tantas veces, nos hace olvidar, pero que sigue ardiente en el recuerdo como fuego incesante.”

“Tengo a Rafael Chaljub Mejía como uno de los mejores escritores del país, un memorialista virtuoso, un prosista encantador, un ser entrañable que destila sapiencia, derrama virtudes y predica experiencias de vida que todos debiéramos leer para ser mejores.”

De ese estilo y tenor son las obras de Chaljub Mejía, como la más reciente, Relatos inocentes, 2022; como la que hoy comentamos porque es una obra que debiera leerse cada diciembre para celebrar a Manolo: Manolo cincuenta años después.

Publicada en 2013, esa obra es, sobre todo, un homenaje a Manolo cincuenta años después de su asesinado en Manaclas. En una oración Chaljub Mejía afirma la condición excepcional de Manolo en la historia dominicana: “Como personalidad especifica Manuel Aurelio Tavárez Justo –Manolo es irrepetible” (p.237).

En otra afirma la permanencia de Manolo: “Decir que Manolo vive parecería repetir una frase hecha. Sin embargo, la expresión tiene sentido y conserva intacto su valor”  (p.271).

Manolo cincuenta años después no es un libro testimonial. Es un ensayo en el que se analiza de manera crítica la historia del 14 de Junio desde sus inicios hasta su desintegración como el partido legado por Manolo,  posterior a la guerra de abril, producto de la lucha interna y de la acción destructiva del gobierno de los Doce Años de Balaguer contra esa y otras organizaciones de izquierda.

Sin embargo, en el curso del análisis de los acontecimientos en la obra se relata la larga militancia política de izquierda del autor, Chaljub Mejía, en el 14 de Junio y después en otras organizaciones que surgieron como prolongación de aquella agrupación, destacándose su participación en la guerrilla de 1963 en el frente Hermanas Mirabal que operó en la cordillera septentrional, concretamente en San Francisco de Macorís, loma Quita Espuela.

Chaljub Mejía resalta desde el inicio de su obra la acción discursiva principal que encierra los propósitos y los conceptos que motivaron a Manolo y al 14 de Junio en su lucha: el programa de liberación nacional del 59:

Así como Duarte y los Trinitarios resumieron en un lacónico Juramento de Honor los propósitos e ideales que daban vida a la organización de la cual, al fin y al cabo, nació la Republica Dominicana, los héroes de junio lo habían dejado dicho en un documento sencillo, breve, escrito en renglones precisos y bien pensados, concebidos con la amplitud  de miras necesaria para aglutinar a la mayor parte de la población. Con un programa de fácil asimilación, el 1J4 tuvo en sus manos una herramienta eficaz para la labor de educación política y organización del pueblo y para avanzar hacia conquistas  que históricamente demandaba la nación para empezar a liberarse  del yugo de la opresión. (p.21).

Es preciso destacar, como lo hace Chaljub Mejía, el carácter discursivo, no fáctico, del Juramento de los Trinitarios y del Programa Mínimo de los héroes de 1959.

En la perspectiva analítica, el autor   se centra en las acciones discursivas de Manolo, planteando las orientaciones políticas e ideológicas que inmediatamente después del ajusticiamiento de Trujillo emergían en la izquierda dominicana y particularmente en el 14 de Junio y su líder Manolo, por influjo de la Unión Soviética, y especialmente de la revolución cubana. Había una marcada orientación marxista que ya se hacía patente en el pensamiento de ese líder y que se puso de manifiesto en los conceptos que manejaba.

La acción discursiva concretada en el discurso del 14 de junio de 1962 es reconstruida por el autor como la manifestación más clara del pensamiento político de Manolo:

En medio de la vertiginosa radicalización el 1J4 vio llegar el mes de junio de 1962. El mes de más valor emblemático y que mayor carga de simbolismo heroico tenía para esa fuerza política. Para conmemorar el tercer aniversario de la llegada de los primeros expedicionarios de 1959, se convocó una manifestación multitudinaria en el parque Independencia y frente a una muy nutrida concurrencia pronunció el líder una larga alocución en la cual quedaron claras las señas distintivas de la transformación ideológica y política por la que atravesaban Manolo y su partido. Para los mejores enterados, quedaba claro que el contacto con los textos clásicos de las doctrinas revolucionarias estaba ejerciendo influencia en el pensamiento del joven dirigente.

Ocurrió que en el transcurso de los meses siguientes a la muerte de Trujillo había entrado al país una considerable cantidad de literatura marxista, procedente de la Unión Soviética y otros países de Europa y América, principalmente de Cuba. Aquellos materiales eran reproducidos y leídos con inusitada avidez. La falta de contacto con teorías distintas a las que solo servían para lanzarle cantos y alabanza a Trujillo, había sido demasiado largo y el deseo de conocimiento se volvía apremiante. En los militantes de izquierda del país  se produjo un rápido y notorio avance  y a eso contribuyeron algunos de los que habían retornado del exilio, los miembros del PSP que eran los que tenían una relación más larga con las teorías marxistas, y los del propio 14 de Junio que durante su exilio  y a su paso por países como México  y Argentina, y por estudios hechos en Cuba, tenían determinado manejo de los conceptos teóricos revolucionarios.

La difusión y asimilación de nuevas ideas hizo sus efectos correspondientes en el 1J4 y tuvieron impacto en el propio Manolo. En el discurso pronunciado en aquella ocasión memorable son comunes conceptos y categorías como los de la lucha de clases, condiciones subjetivas, imperialismo, liberación nacional, estrategia, táctica, así como las disertaciones sobres los diferentes regímenes sociales y hasta una clara condena a lo que Manolo definió allí mismo como el funesto derecho a la propiedad privada(p.p.62-63).

El último párrafo  de ese fragmento apunta los tópicos  lucha de clases, condiciones subjetivas, imperialismo, liberación nacional, propiedad privada, que en opinión de Chaljub Mejía constituían los elementos de la radicalización del  pensamiento de Manolo hacia la izquierda, hacia el marxismo, superando el contenido antitrujillista y puramente liberal de los partidos de  derecha del momento, que propugnaban por la realización de elecciones y la instrucción de un gobierno democrático-representativo.

La radicalización del pensamiento de Manolo se expresa, justamente, según Chaljub Mejía, en la actitud de rechazo a las elecciones por parte de ese líder, que este autor condensa en el título de un capítulo de su libro “El país hacia las elecciones y el 1J4 hacia las montañas”.

En ese capítulo, numerosos párrafos están dedicados a explicar y a evaluar críticamente la otra orientación, además de la marxista, que caracterizaba el pensamiento político de Manolo y del 14 de Junio: la guerra de guerrillas.

El rechazo a la vía electoral es resaltado: El 1j4 rechazaba la vía electoral porque se había aferrado a un solo método de lucha, el más radical, y cualquier otro forma de acción no le importaba gran cosa”. (p.61).

El discurso de junio de 1962 consagró, con la célebre expresión de Manolo sobre las montañas de Quisqueya, la línea guerrillera por oposición a la vía electoral, elevando la proclamación de la guerrilla al nivel de compromiso moral, de honor, de la palabra empeñada, de juramento:

Óiganlo, señores de la reacción, si imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el 14 de Junio sabe muy bien donde están las escarpadas montañas de Quisqueya, y a ellas, y a ellas, iremos, siguiendo el ejemplo y para realizar la obra de los héroes de junio del 59, y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad, de la justicia, el espíritu de la revolución, porque no nos quedará entonces otra alternativa que la de la de Libertad o Muerte. (p.63).

La valoración de Chaljub Mejía indica que esas palabras tuvieron en Manolo el valor de un juramento y estaban cimentadas en el honor y la lealtad a sus palabras:

“Fue este un pronunciamiento, además de ingenuo, sumamente comprometedor. Por el alerta que le despertaba al enemigo; porque se separaba abiertamente del curso por el cual transitaba la vida del país, se marginaba de la opinión del pueblo que se inclinaba en forma cada vez más decidida hacia las elecciones; y porque con la nobleza, el concepto de honor y la lealtad de la palabra empeñada que lo caracterizaba, a partir de esa proclama Manolo se consideró atado para siempre a su pronunciamiento. Él se emplazó a sí mismo. Aunque había hablado en un momento específico y coyuntural, desde entonces y para siempre Manolo le dio categoría de juramento solemne, y pasó a actuar como si hubiese hipotecado su futuro, su vida misma y el destino de su partido. Una vez más lo ético y lo moral pesaron más que cualquier consideración en los cálculos del líder y su partido en el momento de tomar las grandes decisiones”.

“Para los hombres y mujeres del 14 de Junio, cualquier otro método de lucha queda descartado, las elecciones eran cosa de otro mundo y sin importar que el país se encaminara hacia ellas; la única ruta digna de transitarse era la que conducía a las lomas.” (p.63)

En el origen de esa orientación, que ya no se limitaba a un método de lucha, sino que tenía valor de concepción política y compromiso moral, estaba Cuba y la expedición de 1959:

Entonces Cuba fue la referencia, el ejemplo a imitar la revolución en nuestro país se consideró como una continuación de aquella y eso empezaba por el intento de aplicar en nuestro medio el mismo método de lucha que hizo posible el triunfo cubano”. (p.68).

El movimiento clandestino nació inspirado en gran parte por la experiencia guerrillera cubana y bajo el aura de los guerrilleros de Constanza, Maimón y Estero Hondo. Los iniciadores del movimiento actuaron desde siempre convencidos de que solo mediante la violencia se podía liquidar a la bárbara tiranía de Trujillo. (p.68).

La orientación guerrillera no se limitaba a un método de lucha, sino que tenía valor fundamento estructural de la organización de cultura política:

La guerra de guerrillas fue parte medular de la política de ese partido. El Movimiento revolucionario 14 de Junio se estructuró alrededor del paradigma guerrillero y no lo abandonó nunca, sostiene el historiador Roberto Cassá en su laboriosa obra Los origines del Movimiento Catorce de Junio. (p.69).

Fidelio Despradel, veterano de la resistencia clandestina y uno de los más destacados dirigentes catorcistas desde que la organización surgiera a la luz pública, reitera que, desde antes del ajusticiamiento de Trujillo, el 14 de Junio venía siendo educado en la insurrección armada como recurso político contra la opresión…”. (p.69).

En esa obra, Chaljub Mejía contribuye al conocimiento del pensamiento político de Manolo al identificar y explicar tres ideologemas que lo configuraban en un proceso de radicalización continua que culminó, trágicamente, en Manaclas: liberación nacional, marxismo y guerra de guerrillas. La obra también contiene ideologemas valóricos, como el del honor.