Mas allá del impedimento constitucional, el Presidente Abinader ha dejado claro que este es su último periodo y que no va a participar de ninguna aventura reeleccionista. Este mensaje terminó de abrir las puertas para nuevos y viejos aspirantes que legítimamente sueñan con llegar (o volver) a la presidencia en el 2028. Discutamos las ventajas y desventajas de iniciar desde ya largas pre-campañas adelantadas.

La mayor ventaja de arrancar temprano pasa por el aumento de los niveles de conocimiento. Usualmente a mayor conocimiento mayor probabilidad de intención de voto.  Al mismo tiempo quienes inician adelante son los primeros en conformar estructuras dirigenciales y territoriales. También tendríamos que incluir en la lista de beneficios que una vez posicionado que son “candidatos/as firmes” comienzan a ser vistos dentro y fuera de sus partidos como posibilidades reales, lo que les facilita financiamiento, acceso a medios, adherencias, etc.

El exceso de exposición también tiene sus riesgos. Los precandidatos cercanos al gobierno deben cuidarse de no sobre-posicionar “agendas personales” y ser percibidos como factores de división, y deben estar atentos a que cualquier crisis asociada a sus gestiones será amplificada desde el lente de “estaban distraídos por estar en campaña”. Tampoco todo es fácil para los precandidatos opositores que deben estar atentos a no pasarse varios años posicionando poco mas que críticas.

Quienes legítimamente quieran comenzar desde ya necesitan asumir el mayor riesgo de todos, que es posicionar que tienen un techo muy bajo, “que no llegan”. Inequívocamente en 2027 habrá una “clasificación” entre los que tienen o no oportunidad.  Los medios van a amplificar el mensaje de “Si tienen 3 años en campaña y mide 5% es que esa candidatura no da para más”.  Las candidaturas que no demuestren viabilidad están condenadas al fracaso y perderán mas temprano que tarde los apoyos inicialmente ofrecidos por dirigentes y simpatizantes.

Los aspirantes presidenciales que quieren llegar al poder en 2028 tienen adicionalmente que tener cuidado especialmente con asumir una linealidad del ciclo iniciado en 2020.  Seis meses antes de la llegada en Argentina de Milei no se veía como una posibilidad viable. Lo mismo podemos decir de Noboa en Ecuador o de Pedro Castillo en Perú (mas allá de su destitución). Es verdad que República Dominicana se ha comportado como un país con un sistema de partidos estable en comparación con otros, sin embargo no deberíamos dejar de observar los vientos vecinos de desilusión y desconfianza con las élites en el poder.

Comparto algunas preguntas que pueden cambiar el escenario Dominicano de cara al 2028: Cómo terminará la imagen y evaluación de su gestión del presidente Abinader? Puede renovarse el PLD? LFP puede mantener el monopolio de la representación opositora? Producto de la reforma constitucional puede volver a ser candidato Danilo? Hay espacio para nuevas opciones que rompan la hegemonía de los partidos tradicionales?

Los aspirantes a suceder a Abinader deben edificar sus proyectos presidenciales sobre la base de la comprensión de la opinión pública. Lo primero que deben hacer es  estudiar rigurosa y continuamente al elector Dominicano: Qué esperan de cara al futuro mas allá de lo que le ha ofrecido este gobierno? Qué esperan se continue y qué esperan se cambie? Había algo en las administraciones previas que debe retomarse? Por qué muchos sectores están perdiendo la confianza en el voto? Por qué mas de la mitad jóvenes quieren irse del país?

El reto no es comenzar primero, el reto es comenzar bien. Impulsar una potencial candidatura presidencial implica recursos financieros, humanos, la conformación de equipos políticos, técnicos y programáticos. Obviamente los que son parte del gobierno deben posicionar que fueron gestores sobresalientes, pero la gestión no es todo, hagan todo lo que este a su alcance para posicionar atributos, condiciones de su personalidad que sean llamativas para los ciudadanos. Y los que estén fuera del gobierno, respetuosamente les sugiero que no se limiten a ir a los medios de comunicación a criticar.

Nota final para los aspirantes del oficialismo: cuidado por correr tan rápido pierden el primer voto importante, el del presidente.