Sin consentimiento, es decir, sin la aprobación clara, libre de violencia, manipulación o coacción de las personas, no se tienen relaciones sexuales con ellas. Y no, no tienes derecho a obligar a tu novia, pareja o esposa a tener sexo contigo: se considera violación.
Esta conversación es difícil. Tenemos que hablar, otra vez, sobre violación y consentimiento. ¿Sabes de qué se trata el consentimiento? ¿De verdad lo sabes? ¡No te pongas a la defensiva! Claro que sé que tú, querido amigo no eres un violador ni un acosador. Sé que serías incapaz de cometer un crimen tan atroz.
Te hablo porque necesitamos tu solidaridad, apoyo y compromiso para enfrentar un grave problema que afecta a muchas mujeres dominicanas: al menos una de cada diez ha sufrido violencia sexual según datos citados por UNFPA.
El acoso, el abuso y la violación empieza desde la adolescencia y en muchos casos desde la niñez. Muchas de las niñas y adolescentes embarazadas cada año, en realidad son violadas por adultos con el visto bueno o la indiferencia de la familia, la comunidad y las autoridades. La mayoría viven en sectores empobrecidos, y los hombres que abusan de ellas se aprovechan de su necesidad de sobrevivir.
República Dominicana tiene la tasa más alta de embarazos en adolescentes de la región. “La tasa actual de la fecundidad adolescente de 97 nacimientos por cada 1000 mujeres de entre 15 y 19 años sigue siendo la más alta en la región de ALC. Los datos disponibles indican que el 22% de las mujeres entre 12 y 19 años han estado embarazadas, lo que es un 34% más alto que el promedio de ALC”, indica la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Como ves, el abuso tiene consecuencias dramáticas para las mujeres y las niñas. El irrespeto a nuestros cuerpos, nuestra dignidad y autonomía es constante.
Como somos personas decentes y ciudadanos responsables, denunciamos el abuso de menores en cualquier fiscalía o a la línea vida 809-200-1202.
En la calle nos acosan. ¿Te imaginas que todos los días, mientras caminas para ir al trabajo, la escuela o a la universidad, desconocidos te griten improperios sobre tu cuerpo? ¿Te imaginas la angustia de esforzarte, lograr tu primer trabajo formal y encontrar un jefe que te acose para mantenerlo? ¿Sabes lo que es sentir miedo de caminar en una calle solitaria por temor a una violación?
¿Y si te digo que esto no es lo peor? La casa no es un lugar seguro para las mujeres. Como nos recordó la magistrada Rita Durán en Libertarias, el segmento sobre mujeres, feminismos y masculinidades de La República Radio, la mayoría de las violaciones a mujeres y niñas ocurren en su propia casa: parejas que no entienden que el matrimonio no anula la libertad de la mujer para decidir si desea o no tener sexo, niñas violadas por familiares, vecinos o conocidos. Como citábamos en nuestra primera columna, entre enero y septiembre de 2022 se produjeron, en promedio, más de 595 denuncias de delitos sexuales cada mes. La mayoría de víctimas son mujeres y la mayoría de victimarios son hombres.
Ante esta realidad, ¿qué hacer? Todos debemos educarnos sobre abuso sexual y consentimiento. No debemos ser indiferentes ante las injusticias y validar los discursos que atentan contra la dignidad, la vida y los cuerpos de las mujeres.
Puedes hacer mucho para apoyar la igualdad y promover una cultura del respeto a los derechos de las mujeres y a su integridad.
¿Podrías no validar los comportamientos machistas y acosadores de algunos de tus amigos y conocidos? No celebrar chistes insultantes sobre los cuerpos de las mujeres o anécdotas de acoso callejero sería un buen comienzo.
¿Qué tal si le recuerdas a tus amigos que hablan de estar con “menorcitas”, que mantener relaciones sexuales con menores de 18 años es un delito grave, tan grave que los puede llevar a la cárcel, como recordó la magistrada Rita Durán? Hay que reiterarlo: las personas menores de 18 años no están en capacidad de dar su consentimiento para tener relaciones sexuales.
Y sin consentimiento, es decir, sin la aprobación clara, libre de violencia, manipulación o coacción de las personas, no se tienen relaciones sexuales con ellas. Y no, no tienes derecho a obligar a tu novia, pareja o esposa a tener relaciones contigo: se considera violación.
Como somos personas decentes y ciudadanos responsables, denunciamos el abuso de menores en cualquier fiscalía o a la línea vida 809-200-1202.
El sistema, ya sabemos, no siempre responde como debería. Pero debemos dejar de normalizar la violación y el abuso y exigir a las autoridades que hagan su trabajo.
Y no olvides que si eres profesor, prestador de servicios de salud o tienes niñas, niños o adolescentes bajo tu responsabilidad, y te enteras de un abuso o violación y no denuncias, eres cómplice de un delito grave, muy grave. Sé que apoyarás a la víctima, no por miedo a la ley, sino porque respetas los derechos de las mujeres, las niñas y los niños y quieres que tengamos familias y comunidades cada vez más sanas y armoniosas.
*¿Has tenido dificultades para denunciar una violación o recibir asistencia médica y psicológica oportuna? ¿Tienes alguna idea para ayudar a las víctimas? Escríbenos a libertariasrd@gmail.com Protegeremos el anonimato si así nos lo pides. Queremos contribuir a la conversación.
* La canoa púrpura es la columna de Libertarias, el segmento de feminismos, derechos y nuevas masculinidades de La República Radio