Mis pensamientos y sentimientos viven oscilando entre distintas reflexiones sobre lo esencial que es a los humanos la felicidad. Voy descubriendo las diferentes acepciones. Tal es el caso de Jorge Luis Borges que refiere que la serenidad es la felicidad; otra persona cuyo nombre no retengo dice que la felicidad es un poco banal, superficial, y que prefiere hablar de armonía, como una posición ética más profunda como deseable para muestra condición de humanas, humanos, con más profundidad.

La bondad no se queda atrás como propuesta para vivir en sociedad y para las relaciones humanas, y para la felicidad.

Cuando pienso sobre lo de qué escribir, suelo repasar los quehaceres e inquietudes que han estado presente en mis días en el transcurrir de la semana; sobre hechos significativos para el bienestar humano, sea para alertar sobre heridas que deben ser superadas o sobre los logros.

En este escrito voy a comenzar a relatar un hecho suave, que ha endulzado y suavizado mi semana del 25 de junio al 1ero. de julio 2023. Veamos:

Fruto de ya estar pensionada, luego de 18 años en la Fiscalía de Santiago, 6 años más en el sector público en el INVI, y teniendo 68 años de edad; me organizaron una despedida en el local de la Unidad de Atención Integral a la Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales (UAIVGIDS). Mis compañeras feministas hicieron lo posible para recibir una pensión especial a través del Ministerio de la Mujer, hecho que se realiza a propósito del Día Internacional de la Mujer.

Gladislenny Núñez Gómez la directora de la Unidad se inspiró, motorizo esta actividad, con mucho amor, lo que agradezco, así como a todas las personas presentes organizadoras como a Juany Díaz, Marta Pérez, encargada de Recursos Humanos.

Estuvieron presente mi madre Nurys Celesta Mata, mi hermana Fanny Celeste Martínez y mi sobrino Elvin Andrés Vargas.

El titular de la fiscalía de Santiago, magistrado Osvaldo Bonilla, presidió el acto, junto a la directora de la Unidad magistrada Gladisleny Núñez Gómez.  La psicóloga Rojas Milagros Rojas habló por el personal, compañeros/as de trabajo (sus palabras estarán en una segunda entrega). Algunas fiscales que me han dirigido en el pasado como María Rosalba Díaz, Luisa Liranzo; la compañera activista feminista y compañera investigadora, Susi Pola envió un mensaje por estar delicada de salud. Estuvieron presentes, también del Núcleo de Apoyo a la Mujer NAM, mi hermana y compañera de lucha Manuela Vargas, Teresa Morel, Yohany Domínguez. Estuvo presente el compañero de trabajo Romy Castellanos que la magistrada Yeny Berenice nos unió para trabajar juntos desde el año 2006 hasta unos años atrás.

Fueron muchos mensajes, se leyó mi semblanza. Acá voy a colocar el mensaje que envió mi hija Ada kueilan Sang Mata, que reside en New Jersey, psicóloga de la PUCMM y magister en Trabajo Social en la Universidad Rutgers de New Jersey, hechos que resalto porque me siento orgullosa de que compartimos ideales profesionale, además de sentimientos filiales:

Escribió Ada Kueilan:

“Mami:

¡Ya eres una mujer libre como el viento! Y podrás volar hacia mi más a menudo jejeje. Estoy muy orgullosa de ti y de todo lo que has logrado en tu carrera. Gracias, de parte de todas las niñas, mujeres y víctimas de violencia que has ayudado con tu sabiduría, empatía, calidez y solidaridad infinita. Eres grande y mi ejemplo a seguir. Te deseo mucha paz, felicidad y prosperidad en esta emocionante nueva etapa de tu vida. ¡Que la disfrutes grandemente!”

Ada Kueilan.

 

Por su parte, de mi cuñada SukLan Julia Sang Ben, en nombre de la familia Sang Ben, envió el mensaje:

“Mildred Dolores

Unas pocas palabras para expresarte mi admiración por tus años y tu dedicación al servicio social. Sabemos que esto es solo un capítulo que cierras, pero que seguirás avanzando y aportando.

Te queremos

SukLan y familia Sang Ben

 

En una segunda parte continuaré relatando los hermosos sentimientos expresados ante mi retirada como empleada de la Procuraduría de la República, a la que agradezco la oportunidad durante 18 años de apoyar a víctimas de violencia de género.

 

Hasta lueguito.