En mis trabajos anteriores, he tratado de entrar en el alma del guerrero más carnicero que ha conocido la historia militar moderna. Decir, como amenazó Putin, que si sus condiciones no son aceptadas tal como él las propone, continúa la muerte. Esto, sin importar las condiciones de la otra parte que se defiende de la agresión. Ha dejado claro el presidente ruso, que el terror militar de los bombardeos por las tropas rusas no parará y, a todo aquel que muestre solidaridad   con la tragedia, advierte el invasor, en sus arengas, se le considera hostil a la causa criminal y, además, un objetivo a ser atacado por exigir respeto a la vida y derecho soberano para Ucrania.

Estas reglas como mayor acto de barbarie, esgrimidas para hacer la guerra por Vladimir Putin, en cuyos objetivos y justificaciones plantea la no resistencia de Ucrania como única exigencia y, la rendición de civiles y militares ucranianos. Estas condiciones atacan la dignidad y libertad del pueblo y gobierno de Ucrania.  La cacería desplegada en los cielos ucranianos, las calles y casas que han sido convertidas en trampas para una carnicería humana propia de mentalidad y de una cultura genocida, que se suponía superada por la humanidad en milenios de años, lustros de evolución y desarrollo de civilización; pone de manifiesto lo injusto y criminal del ejército ruso y Putin al pretender destruir y convertir Ucrania en cementerio de gente viva para sus propias gentes.

El mundo no puede contemplar de forma indiferente esta tragedia en Ucrania y ver como se ensaña con un pueblo y su gente el dios de la guerra, la destrucción y caos; Vladímir Putin.  ¿con qué derecho?

Platón en el mito sobre el origen de la naturaleza y el hombre, pone en boca del sofista Protágoras la fábula de que: “Viendo Júpiter que tanto la sabiduría como la técnica y el fuego no servían más que para destruirse los hombres unos a otros”. Para resolver este problema, relata platón en el mito: “los dioses regalaron el dote de la política que tiene tres virtudes fundamentales entre la que se encuentra la justicia y la política”. Esto a pesar de ser en analogía una fábula de la antigüedad, no tiene nada que envidiar al hombre moderno que supone su condición de dios por poseer todo lo posible para destruir la tierra y armas inimaginables para liquidar pueblos, como diría Vladímir Putin.

La Justicia y el derecho en el mundo del presidente ruso, son superficialidades de la sociedad occidental y su blandenguería democrática. Un tirano, como Putin, no necesita consenso; solo concilia con su necesidad de grandeza, poder y dominación. El mundo civilizado debe plantar cara a un fascismo de lo peor conocido; con los cinco pilares fundamentales de la vida democrática de una sociedad civilizada: Convivencia pacífica, solidaridad humana, integración política, justicia social y libertad.

Concluyo estas amargas reflexiones, con una estrofa de una de las canciones del cancionero católico que más me impactó en mi vivencia y experiencia como seminarista, etapa que compartí con el Padre Tulio Cordero, es del cantautor Ricardo Cantalapiedra.

Dame la mano muchacha

Y diremos que es mentira

Este progreso humano

Donde existen carniceros y

Matan seres humanos….