Cuando los conflictos se agudizan hastiados los actores del escenario bélico en que se envuelven por la defensa de ciertos intereses geopolíticos o de otra naturaleza, emergen forzosamente contradicciones y diferencias apuradas por el tiempo concurrido en las lides y estrategias que, en principio, como sucede en el evento que sacude a Ucrania y Rusia en Eura asia.
En estos justos momentos de la crisis regional, el presidente Enmanuel Macron, de Francia, se le ve visitar al presidente de China Xi Jing Ping, unido a la representante conservadora de la Unión Europea, Úrsula Von der Leyen en búsqueda de lograr un espacio diplomático que abra una puerta para la paz y encontrar desactivar la guerra. Una cuestión cuesta arriba, aunque posible, por la carencia de mediadores europeos al involucrarse en favor de Ucrania, tal como lo reclama Rusia por aliarse Europa a Estados Unidos como bloque, sin marcar diferencia y por el contrario puesta geopolíticamente a la cola de USA.
Las filtraciones de inteligencia del Pentágono corriendo por las diversas redes en la Semana Santa, han incendiado contradicciones en el seno de la Unión Europea y por esas razones la visita acelerada de Macron a China y la comprensión de conocer las verdaderas intenciones de las elites estadounidenses arrojadas por la data filtrada.
Entonces, irrumpe un punto de inflexión en el conflicto que visualizamos con clara evidencia de los propósitos de la Guerra; al tiempo que se pone de manifiesto las debilidades del Ejercito de Ucrania, la falta de municiones y la manipulación reiterada en los YouTube y website coloreando acciones inclinadas a una de las partes en hostigamientos. Y no sabemos en quien creer porque una mentira repetida al infinito, parece verdad.
Veamos. La OTAN se impone e incorpora a la neutral Finlandia, como a Suecia, frontera en el Báltico con Rusia, colocando Washington armas nucleares en las propias narices de la Federación Rusa, contrario a lo que había proclamado en libros N. Brzezinski y H. Kissinger a no meterse en esa zona exsoviética, seguros de que Rusia no lo permitiría.
Otra cuestión en juego geopolítico, es el asunto de la fabricación, ventas y ensayos de las viejas y las nuevas armas sofisticadas, que se presentan grandilocuentes en las iluminadas pantallas y redes para diversión de las nuevas generaciones, que disfrutan esos monstruos acabando con pueblos y territorios, en una orgia de destrucción y fuegos.
Y ni narrar de las riquezas apetecidas de terrenos donde se cosechan los granos o cereales que quitan el hambre a África, en una extensa planicie ubicada entre Rusia y Ucrania, así como tierra de gases y gasoductos muy imprescindibles a Europa para mover la industria, el transporte y desarrollar su tecnología.
La reserva ofrecida por USA a Europa resulta deficiente porque es coyuntural, ninguna nación entrega su reserva estratégica a nadie, menos de combustibles y tarde se ha dado cuenta Europa. Alemania se metió hondo y ahora su pueblo se lo reclama en las calles, se complico con la voladura de los dos gasoductos Stream 1 y 11, destruidos como botín de guerra para forzar situaciones comerciales y económicas.
Y se imputa los decires a quien lidera el conflicto en afán de situar su nivel hegemónico frente a China, considerada en definitiva el verdadero enemigo en competencia con USA, exteriorizado por varios expertos americanos en su relato de esta guerra Rusia-Ucrania.
Creo, que las contradicciones afloradas entre los actores, de un lado, y la oposición de la parte del globo sensato de la carrera armamentista, frenaran la continuidad desastrosa y peligrosa del conflicto geopolítico que observamos otros con estupor, testigos de esta vorágine por dominar regiones geoestratégicas.