Una de las facultades más valiosas que tenemos es la creatividad. Además de copiar lo que existe, podemos crear, esto contribuye a nuestro desarrollo evolutivo, ya que los animales solamente disponen de la selección natural para evolucionar, pero cuando usamos la mente correctamente podemos favorecer nuestros procesos adaptativos. Gracias a la creatividad no permanecemos pasivos ante la realidad conocida, sino que intentamos modificarla. Partiendo de lo que nuestros padres, nuestra cultura, sociedad y la naturaleza nos aportan, podemos desarrollar nuestra huella en nuestro entorno. Todos creamos, aunque algunos aportes son más trascendentes.

Para crear necesitamos: capacidad cognitiva, un nivel mínimo de relajación, cierto grado de optimismo, percepción analítica, capacidad de introspección y soñar despiertos. Evidentemente para conocer, aprender y replicar la creación de otro, no se necesitan tantos elementos, por eso tenemos mucho más repetidores o copiadores, que creadores.

Cualquier edificio o construcción, tuvo primero un plano, que fue precedido por una imagen mental detallada, motivada por el sueño de alguien. A veces nos burlamos de los que sueñan despiertos, pero el mundo ha podido avanzar gracias a ellos, esos que vieron lo que todavía no existía y se encargaron de que existiera.

Tenemos interiorizado una especie de plano o GPS, que nos mantiene preparándonos y encaminándonos hacia lo que deseamos. Seguramente ese plano de navegación por el que nos guiamos, lo adquirimos cuando todavía no teníamos la capacidad mental o madurez que tenemos ahora, pero conviene que verifiquemos si verdaderamente está correcto.

En nuestras vidas, tenemos algunas limitaciones como las de tiempo y espacio (que cada vez descubrimos que son más relativas de lo que pensábamos), pero a nivel mental estamos mucho menos limitados, por lo que podemos trabajar tanto en nuestro pasado como en nuestro futuro, evidentemente además de nuestro presente.

Crear en el pasado:

Eres tus recuerdos. Lo que conoces de ti, lo que recuerdas de tus vivencias, los principios y leyes que has aprendido, eso eres tú. Pero también escondes en tu inconsciente heridas de experiencias traumáticas que todavía te duelen y limitan en alguna manera, ante las cuales sientes impotencia, porque crees que, al estar en el pasado, pasaron y ya nada puede hacerse, lo cual es falso. No puedes modificar el hecho en sí, pero siempre podrás revivirlo, transformar su significación y reescribir el guion de una forma más favorable. La meditación te permite bucear en tu conciencia, encontrarte con esos episodios vividos y transformar su impacto en ti, al apoyar a tu yo niño, justo en el momento en que fue traumatizado.

Crear en el presente:

Una percepción concentrada, un análisis no sesgado, una idea clara de lo deseado y la capacidad de escuchar tu Yo Interior, permite el enfoque necesario para facilitar cualquier cambio que te propongas aquí y ahora. Tu poder creativo se incentivará si puedes trabajar en la realización de tu propio proyecto de vida, tu grado de motivación no será el mismo cuando trabajas en un proyecto con el que no te identificas.

Crear tu futuro:

La posibilidad de ver con claridad el futuro que deseas, los mínimos detalles que lo constituirán y por encima de todo, que esa imagen te haga vibrar, es el principal motor de los mecanismos que pueden colocarte hoy en las posiciones o actitudes que realmente te convienen. Tu pensamiento tiene el poder de crear, especialmente cuando sabes que puedes. La magia existe, aunque no necesariamente como la ves en películas.

En el mundo conoces personas que se dedican a pensar y otros a ejecutar, ambas son necesarias, pero cada vez escasean más los que verdaderamente piensan. Limitándote a hacer lo que te pidan, seguirás en la misma posición en que te encuentras. Dar algo más, la milla extra, es lo que te permitiría demostrar y demostrarte, que puedes asumir tareas de mayor envergadura que las que te están asignando. Desarrollamos vertiginosamente nuevas tecnologías, pero sin darnos cuenta, solemos limitarnos a utilizar nuestro cerebro reptiliano y al no emplear nuestras facultades superiores, no logramos adaptarnos correctamente a nuestra realidad. Y notamos una creciente tendencia del culto al cuerpo (gimnasios, cirugía estética), pero nuestro recurso más importante, nuestra mente, inconscientemente buscamos como bloquearla y mantenernos en una especie de aturdimiento o de piloto automático.

Tenemos ansias de desarrollar tal nivel de perfección en nuestras máquinas que puedan llegar a reemplazarnos progresivamente para no tener que hacer nada, olvidando que el trabajar o esforzarnos es la única manera de desarrollarnos, porque la inactividad nos atrofia. Ya deberíamos saber que solo desarrollamos y mantenemos sanas aquellas facultades que utilizamos. Hemos creado sociedades modernas y es hora de que podamos crear una nueva humanidad, capaz de sobrevivir a pesar de su desarrollo tecnológico. El Homo sapiens no debe olvidarse de mirar hacia adentro; su máxima creación es, y debiera ser, él mismo. Aunque encontraras al mundo perfecto de tus sueños, ahora no estás en condiciones de vivir en él.