La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) es la primera universidad del país fundada, luego que en 1538, el Papa Paulo III mediante la "Bula In Apostolatus Culmine" creara la Universidad de Santo Domingo (USD). Pasaron 424 años, para que en Santiago un 9 de septiembre 1962, se fundara esta universidad de auténtica visión, contenido y diseño universalista, en respuesta a las necesidades educativas del desarrollo nacional. Hoy diversas acreditaciones la colocan internacionalmente; entre las mejores universidades de América.
La fundación de la PUCMM, representó un punto de inflexión decisivo de la Iglesia dominicana. Las gestiones de la Conferencia del Episcopado por contribuir al desarrollo y la democratización de la sociedad dominicana, se consolidaron con el enfrentamiento a la dictadura a partir de aquella homilía de Enero de 1960. Manifiesto, declaratoria y comunicado religioso y social que condujo al Episcopado a un punto vanguardista de no retorno, en la defensa de la democracia. De ahí en adelante cada 21 de Enero, se espera ese análisis juicioso, pastoral y evangelizador.
La PUCMM ha tenido seis rectores. El estratega de la idea, Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, el primero. Al prelado originario de Salcedo, le siguió el firme y decidido higüeyano Monseñor Juan Félix Pepén Solimán; éste fue continuado por el acucioso intelectual santiaguero, Monseñor Roque Adames Rodríguez. Posteriormente asciende a rector, el emblemático santiaguero y líder concertador, Monseñor Agripino Núñez Collado.
Con las nuevas generaciones del Siglo XXI, no vinculadas a la coyuntura de la Homilía de 1960, llegan los religiosos y doctores Alfredo de la Cruz Baldera y Secilio Espinal Espinal. Ambos culminan esta pléyade de intelectuales al frente de la PUCMM.
La Conferencia del Episcopado Dominicano, conformada en ese entonces por Monseñor Octavio Antonio Beras Rojas, Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo; Monseñor Francisco Panal Ramírez, Obispo de La Vega; Monseñor Juan Félix Pepén Solimán, Obispo de la Altagracia, Higüey; Monseñor Tomás Francisco O’Reilly, Prelado de San Juan de la Maguana y, su principal ideólogo, Monseñor Hugo Eduardo Polanco Brito, Obispo de Santiago de los Caballeros. Es el colectivo de dirigentes de cuyas mentes preclaras, salió tanto la Homilía, como la apertura de la PUCMM.
Hoy la PUCMM ha egresado a 93,764 profesionales. Cuenta con más de 1,444 profesores distribuidos entre sus campus de Santiago y Santo Domingo. Próximamente, superará los 95,000 graduados.
Además de los modernistas contenidos curriculares, desde el año 1964 se inició en Santiago, los diseños arquitectónicos, las arborizaciones y cuidados ecológicos del y verde campus universitario dominicano. Un espacio construido con altísimas bondades medioambientales, que cautivó y captura la creatividad de los mejores diseñadores de universidades de América. La PUCMM, edificó obras docentes que dialogan con la naturaleza y preservan diversos afluentes de la subcuenca hidrográfica Guazumal-Pontezuela.
Creó la biblioteca universitaria más avanzada del país. Generó una museografía cristiana en un aljibe elevado e incrustado en un territorio que asegura la racional acumulación y consumo del agua. La PUCMM ha sido radical en la higiene universitaria y en la gestión de residuos. También abonó en conjunto con el empresariado y la sociedad civil, la creación del Plan Estratégico de Santiago (PES).
Asimismo, la PUCMM y sus rectores, han sido quijote de los mejores proyectos santiagueros como la Avenida Circunvalación Norte, el Aeropuerto Internacional del Cibao (AIC), Parque Central, Jardín Botánico, Parque de Zona Franca, Hospital Cabral y Báez y Hospital Metropolitano, entre muchos otros.
Aseguró programas académicos modernistas, impuso una objetiva evaluación estudiantil y un monitoreo docente del ejercicio profesoral. Construyó aulas y laboratorios tecnológicos de climatización natural, y asimismo aseguró la investigación y la innovación permanentes. Propulsó una gestión administrativa solidaria con una matrícula de casi 40% de estudiantes de escasos recursos.
Definitivamente fortaleció una gobernabilidad universitaria interna con una Junta de Directores integral y una Fundación y la Asociación de Egresados, motorizantes del desarrollo universitario.
La Epidemiología y la Medicina Social como ciencias imprescindibles en esta coyuntura pandémica, son unos de los pilares de la PUCMM. Por la asesoría de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) y auspicio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), logró en 1974, un diseño curricular vanguardista, bio-psico-social que superó en América Latina, el enfoque de enseñanza tradicional de la medicina. Se creó una referencia educativa validada por la Conferencia de Educación Médica en Edimburgo, 1988.
Hoy, esta Escuela de Medicina no puede entenderse, sin reputar en su justa dimensión, la germinación de esta universidad. En la década de los años 60 del pasado siglo XX, el obispado de Santiago se ubicaba en la calle Restauración. De ahí obispos y sacerdotes, cruzaban la vía para coserse sotanas en la sastrería Rey, de Isaías Peguero, mi padre que conoció de forma primigenia, las ilusiones de Monseñor Polanco Brito, de crear esta universidad en Santiago.
El Episcopado propuso y las fuerzas vivas santiagueras, armaron la base para que la PUCMM se transformara en la universidad de la excelencia académica. Puede decirse que el primer plan estratégico de Santiago fue realmente la arquitectura colectiva y el capital social para impulsar el Alma Mater cibaeño, la Madre y Maestra.
La escuela de medicina surgió de este esplendor social descentralizador. Se nutrió de consultores internacionales como Eduardo Acebal, María Isabel Rodríguez, Edmundo Granda y Jaime Breilh, entre otros. Ayudaron a diseñar un programa progresista con asignaturas conformadoras de módulos de aprendizaje en servicios salud, con pacientes y comunidad al centro del enfoque bio-psico-social.
Desde el primer día, al entrar a facultad, los estudiantes de medicina hacían inmersión en la situación de salud. Un instrumento de información cartografiada se aplicaba en cada barrio. Se aseguraba que el estudiante asistiera por 4 horas semanales con familias pobres, monitoreando 35 indicadores. Niños no vacunados, embarazadas sin asistencia médica y sospechosos de tuberculosis, entre otras tareas de atención primaria.
La PUCMM, explica por qué los servicios de salud santiagueros, son visitados por miles de dominicanos, haitianos y turistas internacionales agradecidos. Hoy la PUCMM y otras universidades pueden ser centro de estudio de las epidemias, para la innovación, la justicia y diversas profesiones que ya cuentan con maestría y doctorados. Los 60 años, son la boda diamante de la PUCMM con el desarrollo nacional, felicidades eternas.