El término Forense proviene del latín fórum. “El fórum era el espacio público o la plaza donde los romanos celebraban sus fiestas, los mercados y los juicios públicos” (texto de Historia Universal). Por su parte, la Psicología Forense “es una disciplina que nace de la psicología clínica que estudia la conducta de uno más  individuos involucrado(s) en un acto o hecho criminal” (DMS-II).

Como se sabe, el psicólogo forense actúa como un perito y no como un terapeuta, ya que su cliente no es el individuo evaluado, sino un fiscal, juez o el tribunal que ventila el caso. El tal sentido, el peritaje de un psicólogo forense incluye, entre otros: (1) un diagnóstico de la situación en la que ocurrió el hecho bajo investigación; (2) verifica  si hubo o no una conducta criminal premeditada y, (3) indaga sobre los antecedentes de la(s) persona(s) involucrada(s) en el caso que se está investigado (DMS-IV).

Además, (4) el psicólogo forense pondera los factores genéticos que pudieron incidir para que ocurriera el hecho investigado; (5) levanta informaciones y las correlaciona con el  ambiente social y el entorno familiar cercano de la(s) persona(s) involucrada(s) en el hecho que se investiga; (6) analiza las circunstancias en las que ocurrió el hecho que dio origen al peritaje); y, (7) entrega un informe y lo discute con el fiscal, el juez o con los miembros del Tribunal Colegiado sobre sus hallazgos relacionados con el caso que se está investigando (DMS-V).

Como tal, la psicología forense se enriquece con los aportes de la psicología clínica, la psicología social, la psicología educativa, la criminología y la victimología e incluso, recurre a procesos alternativos de mediación y reconciliación entre las partes envueltas en el proceso de investigación. En tal sentido, “el psicólogo forense documenta los testimonios y asesora a los fiscales, a los jueces y a los tribunales en los litigios de naturaleza civil, comercial, penal, social”, entre otros (DMS-IV).

Como se sabe, el sistema judicial dominicano está utilizando métodos y procedimientos para judializar los casos de corrupción que maneja actualmente la Procuraduría Anticorrupción. Cuando se investigan crímenes y casos de corrupción complejos, los fiscales y los jueces apoderados de los mismos se auxilian de psicólogos forenses y psicólogos sociales para profundizar las evidencias, situación que desconozco si está o no ocurriendo en nuestro país.

Como se sabe, la Procuraduría Anticorrupción de nuestro país ha estado investigando y judializando varios casos complejos de corrupción que, desde nuestro punto de vista, deberían contar con el apoyo de psicólogos forenses y sociales, como soporte técnico-científicos para profundizar cada caso en particular.

 

No obstante, gestionar y aplicar justicia en casos de crímenes y casos de corrupción complejos, requiere de capacidad probada, experiencias, criticidad, rigurosidad, ética y una responsabilidad fuera de lo que se estila comúnmente. En el caso de nuestro país se sabe que, no todos los fiscales y jueces reúnen las condiciones profesionales, morales, éticas y la madurez psicológica para administrar y aplicar justicia. Como ciencia, la psicología forense contribuye decisivamente a que los fiscales y jueces tomen decisiones correctas, equilibradas y justas (DMS-IV y V).

Dada la cantidad y complejidad de los casos de corrupción que se están investigando en la actual coyuntura en nuestro país, la Procuraduría Anticorrupción debería utilizar tecnología de punta probada para profundizar y documentar los casos en proceso. Un interrogatorio a profundidad, requiere de métodos, técnicas y estrategias para recoger, robustecer y blindar las evidencias de un crimen o un hecho de corrupción complejo.

En tal sentido, los psicólogos forenses y sociales dominan técnicas para estimular las capacidades cognitivas y/o volitivas de los acusados, incluyendo la correlación y extrapolación de las versiones ofrecidas por el o los acusados. No obstante, sin técnicas y estrategias bien llevadas la investigación y los interrogatorios se prolongan por un período largo y son sumamente tediosos y agotadores (DMS-III y IV).

Como se sabe, los psicólogos forenses y sociales conocen el cuadro teatral que montan los acusados para despistar a los fiscales y jueces y a los propios tribunales. En estos tiempos modernos, la Psicología forense se ha convertido en una de las áreas más atractivas y con mayor evolución dentro del campo de la Psicología en los países desarrollados y en vías de desarrollo como el nuestro (DMS-V).

Estudiar, analizar, comprender y extrapolar la génesis del comportamiento de los seres humanos no les resulta fácil a los fiscales y a los jueces que investigan y manejan los expedientes de los casos complejos de crímenes y los actos de corrupción si no cuentan con el apoyo de un psicólogo forense.

“Las características distintivas de la mente son de tipo subjetivo; las conocemos solo por el contenido de nuestra propia conciencia”. Wilhelm Wundt