Un poco sobre mí…

Resido desde el 1995 en Ulm, donde aparte de mi trabajo como escritora -tanto de poesía como de ensayo y novela- me desempeño como profesora de español. Dicha ciudad está ubicada a orillas del río Danubio, en el Sur de Alemania y pertenece al estado de Baden-Wurtemberg. Se destaca no sólo por su impresionante catedral -de estilo gótico con la torre de iglesia más alta del mundo (161,53 metros)- sino por su importante ciudad universitaria y por haber sido el lugar de nacimiento de Albert Einstein, físico alemán considerado el más importante y destacado hombre de ciencia del siglo xx.

He venido, además, proyectando la cultura latinoamericana, en tanto que legado universal, a través de los conciertos que ofrezco con mi BARBARA MORENO DUO, de Canto y Guitarra.

En realidad, fue a partir del 2003 que comencé a interpretar canciones latinoamericanas. Mi DUO musical nace, propiamente, en esa fecha, con mis interpretaciones del folclor latinoamericano en los escenarios del Club Einstein y en la llamada “La Tarde Internacional de la Cultura” en el amplio escenario del Roxy en la ciudad de Ulm. Dichas presentaciones las he realizado junto a los destacados músicos alemanes y latinos: Roland Geiger (flauta), Adriana Gruhle (flauta) y los siguientes guitarristas: Martin Altersberger, Markus Munzer-Dorn, Sergio Vesely, Utz Grimminger, Georg Hesse, Markus Wirth, Uli Kruspel, Frank Sattelberger, Giancarlo alemán.

Junto a melodías tradicionales y folclóricas se destacan, también, composiciones modernas de alto contenido lírico y dramático, así como las motivadas de un sentido social y con un mensaje universal de paz, amor, tolerancia, armonía y justicia entre los hombres. Predominan, sobre todo, las de Mercedes Sosa, Violeta Parra, Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat, Ana Belén y Solos de guitarra.

Como en la década de los 90 comencé a mostrar cierto interés por la pintura -pintando en especial con tizas pastel y algunos en acrílica- incluí mis obras, en ocasiones, en mis conciertos. Mi inclinación por la representación plástica se manifestó en las repetidas exposiciones que fui realizando en la Universidad Popular de Ulm, lugar donde trabajo y donde he mostrado, algunos de mis cuadros desde el año 2003 y también en los años 2005, 2006, 2008, 2016, en la tertulia cultural: „Día de la Hispanidad“. Siendo preciso añadir que antes había ya tomado cursos de pintura con las destacadas pintoras alemanas, de arte moderno, Heidi Wolf y Roswitha Bardroff-Distler.

Pasado un cierto tiempo, comencé, asimismo, a presentar los llamados aquí Charlas-Conciertos. En ellos, expongo temas literarios, sociales o culturales, concernientes, principalmente, a Latinoamérica, intercalados, armoniosamente, con segmentos musicales, formando un ameno engranaje de reflexión y disfrute, información, orientación y regocijo.

Mis trabajos vertidos en esta forma plural o multiforme de Recital-Ponencia son los siguientes: “El Recorrido Lírico de Domingo Moreno Jimenes”, “El Pan de Hoy en la Diversidad Cultural Latinoamericana”, “Federico García Lorca, con Canciones y Poemas”, “El Maíz, Pan de las Culturas Indígenas en Latinoamérica”, “La Riqueza Multicultural del Caribe, “Gracias a la vida, Homenaje a Mercedes Sosa, “Hacia el Reino de la Luz”, selección de poemas de Bárbara Moreno”. “Un Millón de Amigos en la República Dominicana”.

Esta combinación de música y coloquio, la he presentado en universidades, asociaciones, clubes e instituciones culturales como, por ejemplo, en el prestigioso “Museo del Pan”, en la institución “Casa del Encuentro”, en la Casa de Einstein del Club Orange en Ulm, así como también en: Nürnberg, Rottenburg am Neckar, Stuttgart Friedrichshafen, Karlsruhe, Sindelfingen, Ingolstadt, Plochingen, Oberdischingen, Erlangen, Biberach, Wain. He ofrecido conciertos, además, en las ciudades alemanas de Neu-Ulm, Illertissen, Ochsenhausen, München, Sonthofen, Nersingen, Dornstadt, Laichingen, Schorndorf, Lautern, Oberkochen, Urbach, Langenau, Heidenheim, Geislingen, Laupheim, Aalen, Niederstetten, Allmendingen, Herbrechtingen, Erfurt.

Mi presentación es en alemán, excepto cuando incluimos lectura de poemas, que ofrecemos en los dos idiomas, realizando, antes de cada tema musical, una pequeña introducción refiriéndome al contenido. Hemos presenciado, con profunda satisfacción, un público alemán interesado en nuestra cultura e historia, nuestra literatura e idiosincrasia, nuestra mentalidad y formas de percibir el mundo, nuestras expresiones y creencias, y todo ello a pesar de que mis canciones sean en español y sólo algunos pocos hablen este idioma. Sin embargo, muy diferentes a nosotros, que mostramos, abiertamente, con efusividad y entusiasmo, sin reservas y expresivamente, nuestros gustos, preferencias, sentimientos, los alemanes son, más bien, reservados, fríos y secos.

Costó esfuerzo entender este proceder y contraste, aunque, poco a poco, hemos ido comprendiendo, que así son su cultura, sus hábitos, sus costumbres. Sobre todo, porque percibimos que, aunque se muestren, muchas veces, circunspectos, pocos expresivos, sin embargo, después del evento te dejan ver clarito que les encantó, porque se acercan para felicitarte, para hacerte algunas preguntas, expresándose con cautela, aunque con sonrisa sincera y convencida: “¡excelente!”  o bien: “¡la felicito! ¡Lo hizo muy bien!” o si no: “¿Cuándo tendrá su próximo concierto?”. Incluso es muy conocido en esta región del sur la expresión: ”No criticar o censurar algo constituye, en sí mismo, un elogio” lo que pone al descubierto que son muy parcos y “ahorrativos” a la hora de ofrendar encomios.

Por otro lado, hay que decir, que el idioma español gusta, en este país, en extremo. Quizás por el hecho de que, justamente, se opone, diametralmente, en cuanto a su fonética, su melodía y su sintaxis al idioma alemán, y es bien sabido, que lo diferente atrae, seduce, conquista. La lengua alemana resulta, de entrada, dura, áspera, poco grata al oído, nada amena ni placentera, ni agradable ni deleitosa, sino que suena imperativa, marcial, “sabe” a enojo, “huele” a discusión, conflicto, reproche.

Es perceptible aquí, por otra parte, una tendencia general de abierta predisposición por América Latina, la gente tiene buen concepto de los latinos, y se interesa por visitar sus países y por todo lo que viene de allí, música, artesanía, folclor, una actitud de preferencia y receptividad, digamos como si fuera visto en tanto que conglomerado “maravilloso” de tierras que todo lo tiene, que nada le falta, donde la gente es otra cosa: abierta, desprendida, humana, atrevida, sociable, solidaria, calurosa, simpática, entusiasta, amistosa. Y en el caso particular de los dominicanos más todavía, ya que no sólo nuestros valores, sino también nuestra visión es muy positiva de la vida, tenemos mucha empatía, y somos sumamente afirmativos, cálidos, receptivos. De hecho, todo ello conforma la dominicanidad y estamos convencidos que constituye una especie de patrimonio natural.

En este sentido pues, es natural que sean altamente valorados estos rasgos, cualidades y actitudes, ya que, por un lado, transmiten un mensaje de alegría, de esperanza y fortaleza, y por otro lado,  porque son muy diferentes al proceder y los modales de la gente oriunda de este país, los alemanes, quienes en general, todo lo toman muy en serio, su expresión natural es también seria, ríen poco, son sumamente críticos, un tanto desconfiados, estrictos, rectos, severos, cerrados, cuadrados, todo lo analizan, miran las cosas desde el punto de vista de la razón, de lo correcto, de lo adecuado y no del lado de los sentimientos, sin embargo, en ocasiones son francos y pueden decir las cosas como la sienten y sin tapujos. Sin ningún tipo de comedimiento o finura, sin cortesía ni elegancia sin refinamiento ni amabilidad.

Y todo, absolutamente todo, necesitan planearlo o programarlo, anotándolo, primero, en una hojita de papel, es decir no son personas que improvisan, se sienten perdidos, inseguros, si lo hacen.  Siendo, quizás, esta es la razón por la cual admiran a las personas que son “hechas de otra madera”, que son espontáneas, hablan, sonríen, se atreven, comunican sus sentimientos abiertamente y, sobre todo, si viene de América Latina.

No exagero si les comento que hasta tosen “disciplinadamente”. Me explico. En los conciertos de música clásica, por ejemplo, el público es tan disciplinado que cuando aplauden al unísono, y solo en ese momento, aprovechan para “resolver otros problemas” que se presentan, como es el caso del que necesita toser, sacar un pañuelo de la cartera, sacudirse las narices y, quizás con disimulo, intercambiar una mirada breve con la persona que acompaña en el concierto.

Sin embargo, buscando contrarrestar esta opinión, y para que no vayamos a pensar que los alemanes son sólo un nidito de defectos, enumeremos también el repertorio de sus virtudes: respetuosos del deber y de las reglas, responsables, limpios, cumplidores, ordenados, cuidadosos con sus cosas, trabajadores, puntuales, perfeccionistas, y cuando viajan a un país desconocido suelen interesarse, antes, por sus costumbres, tradiciones y muchas veces, incluso, aprenden un poco el idioma del país extranjero, porque aseguran que es un gesto de respeto a esa cultura. Son, además, amantes de las Artes y las Ciencias y de la Naturaleza, exigen sus derechos ante las instituciones responsables de cada aspecto de la vida social, poseedores de una consciencia profunda del compromiso de cada individuo en la protección del medio ambiente…