La propuesta de una estructura estandarizada, unos cerramientos ligeros y una arquitectura resolutiva, eran la promesa hacia una nueva manera de proyectar del maestro Prouvé. Plazos cortos y costes de obra reducidos no siempre pudieron conseguirse, pero sí una nueva visión de la aplicación de los métodos de la industrialización al oficio del diseño de edificios y su posterior construcción.
Las Casas Tropicales (Maisons Tropicales), implementaban técnicas de aprovechamiento pasivo a nivel de ventilación y/o protección. En los modelos Niamey (1949) y Brazzaville (1951), que nos sirven de ejemplo se puede ver una clara tendencia hacia el diseño bioclimático como aliado fundamental para conseguir condiciones de confort que redundaría en un eventual ahorro energético.
Estos modelos tropicales, de la autoría conjunta de Jean y Henri Prouvé representaban el perfeccionamiento de las Maisons à portiques además de ser la evolución de las casa tipo Estándar.
Las Maisons à portiques, (de las que se construyeron 400 unidades en el escenario de la posguerra francesa entre 1939/1947) igual que las Casas Tropicales, contaban con piezas o componentes de fácil transporte y montaje con no más de 100 kg de peso por cada pieza.
Las casas, formadas por un bastidor axial de acero, en forma de V invertida (desarrollado anteriormente en colaboración con Pierre Jeanneret), que servía de estructura principal de la vivienda tenía la madera como material principal de cerramiento.
Se encontraban sobre elevadas sobre una plataforma de hormigón dejando un espacio disponible en planta baja, sin climatización, que permitía un uso de almacenaje y con unas dimensiones de 8,00 x 8,00 metros; sus componentes podían ser fácilmente intercambiables.
El otro referente conceptual directo de las Casas Tropicales, son las Casas Estándar en Meudon, Paris, (1949-1952), en colaboración con Henri Prouvé y André Sive. Se construyeron también por encargo del gobierno, para solventar la escasez de viviendas de la época.
Se proyectaron y montaron modelos de 8,00 x 8,00 metros y de 8,00 x 12, 00 metros, con bastidores de chapa de acero plegada U invertida, sobre la que descansaba un caballete. Con estos bastidores se podía conseguir no solo soportar el peso de la casa, sino que luego de instalados, un solo operario pudiera finalizar la obra con los paneles de aluminio que servían de cerramiento.
Estos paneles, modulados a razón de un metro, contaban con un aislamiento de lana de vidrio que evitaba los puentes térmicos; además contaba con un sistema de calefacción por suelo radiante que permitía calentar de manera homogénea los espacios interiores.
Por su alto coste de producción solo fueron montadas 10 casas en Paris de un total de 25 originalmente proyectadas. Las restantes fueron montadas en otras partes de Francia y en Argelia.