Cuando hablamos de protección social, desde el punto de vista de políticas públicas, a lo que no estamos refiriendo es al accionar del Estado, para garantizar que el segmento de la población más pobre que tiene limitaciones de ingresos, tenga acceso a alimentación, servicios de salud, educación, agua, electricidad, vivienda, entre otros.

Los programas de protección social surgieron en Europa, entre mediados y finales del siglo XIX, a partir de lo que se denominó como fundamento filosófico y político Estado de Bienestar, destacándose Otto Von Bismarck, quien propuso la creación de un seguro social; a partir de ahí se comenzó a legislar sobre programa de protección social y sobre todo dirigido al ámbito laboral

Aunque en la República Dominicana surge el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS) en el año 1947, es a partir del año 2001 mediante la aprobación y promulgación de la ley 87-01 que se crea el sistema nacional de seguridad social.

Con respecto a otras modalidades programas de protección en la República Dominicana, más lo que hacían los gobiernos era desarrollar acciones de ayuda social, tanto en alimentos, ajuares del hogar, becas estudiantiles, canastillas a embarazadas, ayudas en medicinas, pues de lo que se trataba era de actividades de asistencia social con un carácter político-coyuntural.

Es a partir del año 2004 que se crea el  Gabinete de Coordinación de Políticas Sociales (GCPS) mediante los  los decretos 28-01, 1082-04 y 1251-04,  definida como una instancia de articulación de la formulación, ejecución, seguimiento y evaluación de los programas incluidos en el Sistema de Protección Social de República Dominicana, basado en tres ejes principales:

Programas de transferencias condicionadas, programas de desarrollo humano y social y programas de inclusión económica; dicha instancia integra a las instituciones que están llamadas a trabajar por la reducción de la pobreza y creación de capacidades humanas para la promoción social, en las que están integradas tres unidades institucionales del Estado: Sistema Único de Beneficiarios (SIUBEN), SUPERATE (Anteriormente PROSOLI) y la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS).

El objetivo básico, que se definió, de estas instituciones de protección social es “romper el círculo vicioso intergeneracional de la pobreza”, es decir, que los hijos y los nietos, de los hogares actualmente pobres, superen esta condición y para esto no basta darle ayuda en alimento, incentivo por la asistencia social de niños y adolescentes, protección en salud a través de un seguro de salud; sino que también los jefes de hogares se comprometan, además de llevar los hijos a las escuelas, el chequeo mensual de las embarazadas y chequeo periódico de los envejecientes, ellos mismos comprometerse a participar en los programas de alfabetización, capacitarse para aprender un oficio en los cursos programados por el INFOTEP:  sus centros que ofrecen cursos técnicos denominados colaboradores.

Es necesario entonces que se midan los progresos y pertinencia de estos programas de protección social, en los que se gasta más del 25% del gasto público social anual, para que a partir de los mismos se pueda medir los progresos, a partir de los indicadores de reducción de la pobreza extrema y de forma particular reducción de la mortalidad materno-infantil, reducción de la repitencia estudiantil, reducción de la deserción escolar, reducción de los niveles de desnutrición.

Resulta por lo anteriormente señalado incongruente que el actual gobierno de los recursos que debiera destinar a fortalecer estos programas de protección social, tanto desde el punto de vista de la cobertura, de llegar a mas hogares en condiciones de pobreza, ha venido promoviendo una política de bonos cada vez que se da una festividad como en navidad, día de las madres, inicio del año escolar.

En vez de emitir bonos en efectivo, que mas bien tienden a generar distorsión, corrupción y que una parte de dichos recursos caiga en manos de personas que no tienen la condición de pobreza y además con estas acciones no es posible medir el desempeño en términos de reducción de la pobreza y más que a reducir este mal lo que puede contribuir es a perpetuarla.