La comunidad venezolana que reside en el estado de Nueva York está que arde con el alcalde Eric Adams.
Y no es para menos. El pasado miércoles, Adams aseguró que el auge de la prostitución en el municipio de Corona, Queens, es por culpa de mujeres venezolanas indocumentadas que han emigrado a esta ciudad.
Para el alcalde, la nueva “zona roja” en este condado es parte de la crisis migratoria que afecta a la gran urbe. En Corona, el 27% de sus habitantes vive en la pobreza.
El edil comprobó personalmente lo que denunciaron medios de comunicación y residentes del área, que “la mayoría de las trabajadoras sexuales son venezolanas ilegales recién llegadas a la ciudad”.
Cierto es que en la avenida Roosevelt, en Queens, se observan decenas de mujeres y transexuales durante el día y la noche ofertando placeres sexuales al mejor postor. Pero no todas ellas son de nacionalidad venezolana, las hay también de otros grupos étnicos.
El alcalde sabe que este problema no es único de Queens, que esta actividad ilegal se observa también en Manhattan, Brooklyn y el Bronx, y que esta modalidad de trabajo ilegal no es propio de mujeres inmigrantes indocumentadas.
Es de su conocimiento que la falta de un trabajo digno bien pagado, muchas jóvenes y mujeres adultas por su condición de indocumentadas las impulsa a prostituirse, a intercambiar sexo por dinero u otra remuneración para cubrir sus necesidades de alimentación, vivienda y educación personal, la de sus hijos o su familia.
La prostitución en Nueva York es un delito menor de clase B, y está penalizada con hasta tres meses de cárcel y multas de hasta $500 dólares, y los que trabajan en el patrocinio de prostitutas, aunque es un delito menor de clase A, podrían recibir un año de cárcel y $1,000 dólares de multa.
En meses recientes, los estadounidenses estuvieron muy atentos al escándalo protagonizado por el ex presidente Donald Trump, acusado de un supuesto acto de prostitución ocurrido en 2016 con la ex actriz porno Stormy Daniels.
Entre las 10 ciudades más pervertidas y seductoras del mundo, Nueva York está situada en el cuarto lugar, de acuerdo a un “ranking” realizado por The Bottle Club. Londres es la número uno, seguida de Las Vegas, y Berlín en tercer puesto.
Funcionarios neoyorkinos trabajan en proyectos de leyes que persiguen legalizar la prostitución en los cinco condados de la ciudad, y eso tiene preocupado al alcalde de Nueva York.
Adams sostiene que quienes buscan legalizar la profesión más vieja del mundo podrían provocar más problemas sociales con violencia en la ciudad, así como de salud pública, por el incremento de enfermedades de transmisión sexual.
El futuro económico de la ciudad de Nueva York, centro financiero del mundo, es cada vez más sombrío, y cada quien se la está buscando como pueda.
Adams reconoce que la fuerte migración de indocumentados hacia Nueva York ha hecho que el presupuesto de la ciudad se mantenga en declive, casi al borde del colapso, afectando con ello los servicios sociales, de mantenimiento de la ciudad y protección ciudadana.
Su política de “entren tó…” ahora es de que “se larguen”, y para motivarlos, la ciudad está ofreciendo a los solicitantes de asilo pasajes gratuitos de solo una ida a cualquier parte del mundo, debido a que los refugios y albergues están repletos y muchos tendrán que dormir en las calles en pleno invierno.