De acuerdo a la costumbre religiosa, y siguiendo el calendario gregoriano de 1582, el año 2023 termina el próximo domingo 31 a las 12 de la noche, para dar paso al nuevo año 2024.

El papa Gregorio XIII (Ugo Buoncompagni), bajo el gobierno del rey de España Felipe II, tuvo mucho que ver para que el mundo católico y países ortodoxos celebraran el primero de enero como el primer día del año.

Anteriormente, el nuevo año se celebraba el 24 marzo, acorde al calendario juliano que había sido creado por el astrónomo griego Sosígenes de Alejandría, en el año 46 antes de Cristo.

A partir del siglo XV es que la mayoría de la población en el mundo celebra con diversas formas la llegada de tan importante día festivo, que marca el presente del pasado.

Como una tradición, lo hemos acogido para desear con alegrías y fiestas los mejores parabienes a familiares, amigos y relacionados, pidiendo a Dios que derrame sobre todos los hombres, mujeres y niños del mundo salud, bienestar económico, paz y larga vida.

Después de las celebraciones de Nochebuena y Navidad, en conmemoración al nacimiento de Jesús en Belén, es que la humanidad, especialmente los devotos del cristianismo, se preparan para recibir con mayor júbilo la llegada del nuevo año.

A pesar de las expectativas y buenas vibras que se manifestaron para superar los inconvenientes y dificultades que ocasionó el virus de la Covid-19 durante todo el año 2020, estas no se cumplieron como se había deseado.

Independientemente de los grandes esfuerzos realizados por los gobiernos del mundo durante los 36 meses siguientes (2021-2022-2023), las economías de los países aún no han logrado superar las dificultades que generó tan fatídica enfermedad viral.

La Covid-19, además de millones de muertes por esa causa, fue la causante principal del desplome de la economía mundial. Y aun sigue vigente, causando problemas de salud en muchos países.

El anuncio de la posible llegada de una nueva pandemia más letal que la Covid-19 y los pronósticos de que más naciones occidentales y del Medio Oriente se involucren en 2024 en el conflicto bélico entre Israel y Gaza, y Rusia y Ucrania, mantiene en vilo a la humanidad.

Pero también se habla del retorno de la gripe aviar, cuya última pandemia hizo que 12,5 millones de aves murieran o fueran sacrificadas.

La Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó sobre la posibilidad del retorno de la gripe aviar en 2024.

La alerta se produjo en el marco de la II Reunión de Respuestas ante la Emergencia de Influenza Aviar Altamente Patógena, llevada a cabo recientemente en Santiago de Chile.

Reportes indican que en Estados Unidos ya se han producido unos cien nuevos brotes en los últimos 30 días, y un número considerable del virus H5N1 en el estado de Sonora, México.

Si bien es cierto que queremos ser optimistas con la llegada del nuevo año 2024, los pronósticos económicos y de salud mundial no son muy alentadores.

La economía estadounidense no está en sus mejores tiempos. El dólar continúa perdiendo solidez y valor afectando las economías de los países dependientes de EE.UU. e influenciados por la moneda norteamericana.

Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (Brics), controlan más del 40% del comercio mundial, y están creando sus propias monedas para negociar entre ellos, lo que significa que el dólar perderá igualmente el 40% del comercio global, y esto sí que reduce el poder hegemónico e influencia de EE.UU. en el mundo.

Debemos recibir el 2024 con optimismo, pero preparados a enfrentar las adversidades que se vislumbran y con pronósticos nada halagadores. Hasta el próximo año, después del Día de los Santos Reyes. Bendiciones.